Corregidme si me equivoco, pero creo que nunca tanto drama había rodeado a una película como a La Vida de Adèle. Primero, vimos a la autora de la novela gráfica diciendo que el largometraje es pornografía para mentes masculinas. Acto seguido les llegó el turno a las actrices, que protestaron sobre el tiránico método de trabajo del director. A continuación, el director contestó algo así como que son unas niñas mimadas. Y ahora, como colofón de este culebrón, tenemos al director renegando de su propia película.
En una entrevista concedida a la revista francesa Telerama, Abdellatif Kechiche confiesa que le da igual lo que ocurra a partir de ahora con La Vida de Adèle. De hecho, si fuera por él ni siquiera llegaría a las salas de cine:
En mi opinión la película no debería estrenarse. La han arruinado mucho. Ganar la Palma de Oro [en el Festival de Cannes] fue un breve momento de felicidad. Después me he sentido humillado, deshonrado, rechazado, y lo vivo como si me hubieran maldecido”.
Oook. Pues no sé qué debemos interpretar de todo esto. ¿El arte duele? ¿Es eso? En realidad tanto pataleo público empieza a parecernos irrelevante. Es una película lésbica, así que el (bollo)drama no podía faltar. Y aunque lamentamos todo el dolor que haya podido ocasionar, nosotras la película la vamos a ver igual. ¿Verdad o verdad?
Vía: Business Insider
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