No sé vosotras, pero yo ando distrayendo el ansia viva para no ponerme nerviosa. Porque está claro que, en cuanto suban la segunda temporada al completo, compraré dos packs de bebida energética para no dormirme durante el maratón de episodios que voy a hacer. Aunque fallezca de un infarto por sobredosis de taurina… qué muerte tan épica, caris.
Muchos son los rumores que andan mareándonos sobre las protagonistas de la serie. Quizá el más sonado es el que asegura que Laura Prepon es fan de póster de la Cienciología, cosa que le ha hecho aparecer menos en la segunda temporada (aunque ella asegure que han sido problemas de agenda, ajá). Está claro que la Cienciología no ve bien eso de apoyar el cambio de acera y eso le habrá traído algún quebradero de cabeza a la intérprete de nuestro personaje presidiario malote favorito. Para las que no sepan aún de qué va esa iglesia, os diré que es una mezcla entre el humanismo rancio, el grupo etnoreligioso de los amish y un programa nocturno del vidente Sandro Rey. Vamos, que eso tiene de religión decente lo que yo de ingeniero naval.
El remate del tomate ha sido conocer la noticia de que la Prepon anda saliendo con Tom Cruise. Eso ha provocado un facepalm croquetil con efecto ola por todo el mundo. ¿En serio era necesario, Laura? ¿Pero tú has visto en qué se ha convertido ese hombre? Tom Cruise ha pasado de ser un actor respetado a parecer un señor con síndrome peterpaniano que se ha tragado un payaso. Recordemos que hizo parir a la madre de su hija en una habitación blanca de un lugar súper secreto y con aromas de lavanda. Con lo bien que están los hospitales modernos, por aquello de las precauciones por los problemas en los partos (fíjate tú qué tontería). Por lo que más quieras, Laura, recapacita. Tom no. No. Caca. Sit. Patita.
En fin, esperemos que de aquí al estreno de los nuevos episodios esta mujer no nos dé más sorpresas de este tipo. Nos queda el consuelo de saber que en la tercera temporada aparecerá mucho más. A no ser que Tom Cruise la convierta, para entonces, en presidenta del Foro de la Familia y le apriete mucho más… la agenda.
TESTIMONIO
Como dato curioso, innecesario e inválido, como todo lo que yo cuento, os diré que una vez pisé la sede que hay en Madrid. Supuestamente me hicieron un examen de aura o vete tú a saber qué, sujetando dos cilindros metálicos con las manos, conectados por un cable, como los teléfonos-yogur que fabricábamos de pequeñas con los vasitos del Danone. Al principio, dio negativo. Le sonreí feliz al señor representante de la fe cienciológica en nuestro país y él se sintió decepcionado. Le jodió que yo fuese una persona feliz, sin (demasiadas) taras mentales. Insistió en repetirme la prueba. Volví a sostener los cilindros con las manos. Al estar ya recalentados por el anterior test, dio positivo. Sobre todo cuando me preguntó si tenía problemas y yo le contesté: “Los normales de alguien que trabaja por un sueldo de mil euros”. Bingo. Se abrió la veda y él se sintió libre para soltarme su sermón megaultrapop sobre lo bueno de creer en el ser humano, la bondad y los unicornios rosa.
Si me aceptáis un consejo, amigas… Tened cuidado. La felicidad no la dan dos cilindros metálicos, a no ser que se hayan comprado en un sex shop.
@pazquintero