Quiero escribir un artículo sobre como [el matrimonio] te cambia la vida. Simplemente, te sientes mucho más fuerte. Para mi es como “No te metas con mi relación. No te metas con mi familia”. Realmente te da una validez, y te da algo así como un muro en el que apoyarte en el caso de que algo pase.
Así de rotunda y feliz se muestra Martina Navratilova, una de las más grandes tenistas de todos los tiempos, sobre su decisión de vontraer matrimonio con Julia Lemigova, su pareja durante los últimos seis años. La checoslovaca (¿esto se sigue usando? Quiero decir, es un país que ya no existe) ha concedido una entrevista al New York Times en la que habla sobre los dos temas más importantes de su vida: el tenis y el amor.
El otro día estaba en la consulta del médico rellenando un formulario, y por primera vez escribí “casada” en lugar de “soltera”, y escribí el nombre de Julia en la casilla de contacto de emergencia, y cuando preguntaban por nuestra relación, escribí “esposa”, y era como “WOW, vale, esto está muy bien”. Nadie puede meterse con eso. No tienes que explicar nada. Es lo que es, y las protecciones legales que tienes al estar casada son astronómicas. Hay como 1600 leyes diferentes para protegerte. Julia y yo no estamos más comprometidas con la otra que antes del matrimonio. Pero a los ojos de la ley, si. Y es genial. Aparte de que las niñas [refiriéndose a las hijas de Julia] se sienten mucho mejor.
Navratilova siente a las dos hijas del matrimonio anterior de Julia como suyas. “Nadie es madre hasta que lo es”, afirma. También declara que se casó para, de algún modo, servir de inspiración a otras parejas, como seguro ha ocurrido. “Simplemente, estoy feliz de haber enfocado el asunto, y de haber empujado el listón de la igualdad un poco más lejos.” Hacen falta más mujeres como tú, Martina, valientes y comprometidas. Podéis leer la entrevista entera en la web del NY Times.