Bueno, quizá de repente se ha apoderado de mi la drama queen que habita en mi cuerpo y no me han cambiado literalmente la vida pero, eso sí, me han encantado tanto o más que la propia serie.
He de decir que si esperáis que la serie sea una adaptación al pie de la letra de los cómics, no los leáis, porque no es así. O puede que os llevéis una grata sorpresa, como hice yo. Dentro de los cambios drásticos que existen entre un formato y otro, ambos se hacen fáciles de llevar, divertidos y entretenidos para el público. El comic, editado por Vértigo entre el 2010 y el 2012 consta de 28 números.
Gwen (y no Liv como en la serie) es una joven que despierta de la muerte convertida en una zombie. Su vida cambia drásticamente, sus familiares no saben que sigue “viva” y comienza a vivir en una cripta, al lado del cementerio donde trabaja de sepulturera. Sus nuevos mejores amigos son Ellie, una fantasma fuera de época y Scott un hombre – terrier. Come cerebros para no perder su humanidad pero esto le supone soportar la voz del fallecido en su cabeza, intentando resolver asuntos aún inacabados en vida.
Mientras tanto, en el pequeño pueblo de Oregon donde Gwen vive, se estará cociendo un ataque zombie, una plaga de vampiros, monstruos, presidentes muertos del gobierno, momias o cazadores de monstruos para intentar salvar al mundo de su fin.
El cómic de iZombie no deja de ser los orígenes de la serie, con sus propias tramas y estilos. Como tal, no podemos juzgarla como una entidad unidad si no como dos cosas independientes. El cómic destila la ironía y la diversión gamberra que nos enganchó de la serie y es una estupenda excusa para quedarte encerrada en casa leyendo un domingo.