Da igual que acabes de salir del armario o lleves treinta años casada felizmente con tu señora esposa y con una granja de gatos a vuestro cargo, siempre, siempre, aparece algún/a lumbreras en tu camino para hacerte alguna pregunta absurda sobre tu vida como lesbiana. Aquí tienes una batería de siete de las preguntas más incómodas que se le pueden hacer a una lesbiana y que, seguramente, alguna vez te han hecho.
Así que… ¿Cómo tienen sexo las lesbianas?
El mayor secreto del mundo ya fue desvelado por Valerie Col en su consultorio: no hay que coger las manos, sino los pies, y ejecutar una danza ritual sobre el lecho al ritmo de flautas y cascabeles. Infalible.
¿Lo has intentado con un chico?
¿Y tú? ¿Lo has intentado con un cangrejo? ¿Cómo sabes que no eres cangrejosexual?
¿Puedo mirar?
No, no puedes mirar. No. Es lo más maleducado que te pueden preguntar.
¿Eres el chico, o la chica?
Yo soy una taza, una tetera, una cuchara y un cucharón. Ah, y una chica, también.
Bueno, como eres lesbiana… ¿te gusto?
Normalmente nos gustan la gente con un poco de cerebro, imagínate.
¿Estás segura, o es solo una fase?
La pereza que me da contestar a esta pregunta, que también tiene la versión “lo que te pasa es que no estás definida?”, no os la podéis ni imaginar.
¿Te gusta ser lesbiana?
Jejejejeje. No lo sabes bien, ladrona.