Ha tenido que venir TikTok a avisarnos de que había una nueva serie que nos podía gustar *por el argumento*. Esta serie es Las pelotaris 1926, una serie que va sobre… un grupo de pelotaris en… 1926. No, ahora en serio: la trama gira en torno a tres mujeres jugadoras de pelota vasca, un deporte que tuvo muchísimo empuje en México durante la década de los años veinte del pasado siglo, y sus vicisitudes. Las protagonistas son Chelo, Idoia e Itzi, a quienes dan vida Zuria Vega (En las buenas y en las malas), Claudia Salas (Élite) y María de Nati (Entrevías, Nacho).
Realmente, que sean pelotaris es solamente la excusa para hablar de ellas y de su vida, colocándolas en un lugar preeminente en un mundo de hombres. Si hubieran sido actrices o cantantes la trama hubiera funcionado igual, porque al final de lo que se habla es de los problemas de ser mujer, y es un relato universal que no se ciñe a una época ni lugar determinados. Pero el caso es que es justo eso lo que le da un plus de interés, porque destapa una época del deporte que, al menos para mi, es poco conocida. No tenía ni idea de que los frontones hubieran sido tan populares en México, y mucho menos que estas mujeres fueran poco menos que estrellas.
Por supuesto, una de las tramas de las protagonistas, la de Itzi, tiene que ver con el croquetismo. Y es que en el pasado tuvo una relación con Ane (Alex Onieva, Alta Mar), una mujer de origen vasco que la dejó para llevar una vida más tradicional, pero que no ha podido olvidarla. ¿Hemos visto este argumento mil veces? Sí. ¿Lo veríamos mil más? No cabe duda.
La serie ha sido rodada a caballo entre Euskadi, con escenarios reconocibles como el Hotel Londres y la Playa de la Concha en San Sebastián, el frontón Plaza Berri en Biarritz, o las calles de pueblos como Artikutza y Pasaia, y México, en donde podemos ver el Zócalo o el Gran Hotel Ciudad de México. De momento Las pelotaris 1926 ha sido estrenada en la plataforma Vix, que solamente distribuye en Latinoamérica, pero al estar producida por Mediapro, estamos seguras de que llegará a Amazon Prime Video en algún momento para poder verla en España. Si te gustó cualquiera de las series de época de la factoría Bambú, esta serie es para ti.
Hace diez años (sí, diez años, yo qué sé) se estrenaba Orphan Black, una serie que conquistó al público en general por su tratamiento de la ciencia ficción y al público croqueta en particular porque vivimos una historia de amor bastante chula entre una de las clones, Cosima (Tatiana Maslany) y Delphine (Evelyne Brochu). Hace unos meses, te contábamos que AMC habái dado luz verde a Orphan Black: Echoes, un spinoff que se sumergirá profundamente “en la exploración de la manipulación científica de la existencia humana”, según la descripción de la cadena, y tendrá como protagonista a un grupo de mujeres que se abren camino en la vida intentando desentrañar el misterio de su identidad, con pinceladas de amor y traición. Bueno, pues muy bien. Ahora, ya tenemos las primeras imágenes.
La protagonista de la serie será Kristina Rytter, a quien ya vimos en Jessica Jones. El resto del reparto lo completan James Hiroyuki Liao, Tattiawna Jones, Keeley Hawes, Jonathan Whittaker y Alexandra Castillo, actriz chilena a quien ya vimos en The Girlfriend Experience.
El catálogo de las plataformas se ha vuelto una cosa inexpugnable. Todas las semanas se estrenan varias ficciones, algunas con más suerte y calidad que otras, e incluso si estás al día de todo… te cuesta seguir qué te puede interesar y qué no. Por un lado, YAY, por otro, no nos da la vida. Pero bueno, aquí van algunas series que puedes encontrar en plataformas como Netflix o Amazon, dependiendo de tu ubicación.
Rebelde
Una escuela para crear estrellas de la música. Un puñado de jóvenes llenos de sueños y hormonas. Nada puede salir mal. Si tu adolescencia pasó a principios de los dosmiles, sabrás que Rebelde lo petaba. Lo petaba fuerte. El reboot de la serie, que se estrenó hace un par de años, iguala a la original en entretenimiento, y además nos trae la representación lésbica que echamos de menos.
Sin huellas
¿El mejor estreno español de Amazon prime video? Me juego mi escueto sueldo a que sí. Sin huellas cuenta la historia de Desi y Cata, dos limpiadoras que encuentran un cadaver en una mansión. A partir de ahí, una huída hacia adelante divertidísima, sin tregua, y que te tendrá pegada a la tele hasta que la termines. Incluye dos caras más que conocidas: Carolina Yuste (Carmen y Lola) y Silvia Alonso (Buscando el Norte). No te decimos más.
Oscuro deseo
Oscuro Deseo narra la historia de Alma (Maite Perroni), una mujer casada y profesora universitaria que asiste a una fiesta de fin de semana, donde conoce a un joven llamado Darío y comienza un romance con él. Sin embargo, la diversión se convierte en tragedia y Alma se ve incapaz de volver a su vida normal. Para empeorar las cosas, Darío se convierte en su estudiante y Alma se encuentra involucrada en la investigación de un asesinato ocurrido en la casa donde pasaron el fin de semana. Hasta aquí, pues ok, pero la serie está plagada de tramas LGBT que seguro, segurísimo, te van a gustar.
Young Royals
O, como se conoce en castellano, Jóvenes Altezas, es una serie sueca que cuenta la vida de unos jóvenes herederos a distintas coronas en un internado. La trama central es entre dos chicos, pero atentas a las chicas, que alguna alegría nos dan.
Sky Rojo
Tres esclavas sexuales huyen de su proxeneta. La trama, protagonizada por Verónica Sánchez, Lali Espósito y Yany Prado, es sencilla. Pero lo más interesante de la serie no es eso, sino el backgroud de las chicas, sus historias pasadas y cómo llegaron a estar atrapadas en ese club. El pasado de Wendy, el personaje de Lali Espósito, es tremendo.
Lost Girl
Trece años hace del estreno de Lost Girl, la serie protagonizada por Anna Silk sobre, bueno, súcubos y hombres lobo, y la lucha entre criaturas mágicas. Nos flipó entonces y nos flipa ahora. Tenemos escritos chorrocientos artículos sobre la serie, pero sobre todo te podemos decir QUE LA VEAS, que te va a gustar.
Madre solo hay dos
Dos mujeres mexicanas son madres a la vez, pero en la mejor tradición de comedias de enredo, sus bebés son intercambiados. Amantes de la palabra, deciden formar un nuevo tipo de familia, para que todos puedan estar en la vida de los otros. El problema viene cuando deciden fingir que son pareja, porque a lo mejor a una de ellas le parece que podrían serlo de verdad. Tengo pendiente escribir algo más sobre esta serie porque la última temporada me gustó muchísimo. Todo un descubrimiento.
Alison Steadman, una famosa actriz inglesa que fue la pionera de los besos lésbicos en televisión en 1974, ha concedido una entrevista a The Guardian donde ha contado detalles sobre su beso en la serie Second City Firsts, de 1974. La actriz destacó la importancia de esta escena en su carrera y en el avance de la representación LGBTQ+ en el cine y la televisión.
Steadman señaló que el director de la serie le había explicado que la escena era necesaria para el desarrollo de la trama y que ella debía sentirse cómoda con ella. A pesar de que la actriz nunca antes había besado a una mujer en la pantalla, ella aceptó el papel y la escena se convirtió en un hito en su carrera.
“Para cuando llegamos a grabar, este gran director [Peter Gill] no hizo un escándalo y dijo: ‘Así que esta es la parte en la que se besan… Está bien, beso rápido, sigamos’. Estaba nervioso sobre las reacciones que podía tener la gente. Pero mi madre fue genial y los vecinos lo superaron rápidamente”.
En la entrevista, Steadman reflexionó sobre la importancia de la representación LGBTQ+ en el cine y la televisión, y sobre la necesidad de que las personas queer tengan la oportunidad de contar sus propias historias. Ella destacó la importancia de mostrar la diversidad de experiencias y realidades que existen en la comunidad LGBTQ+, y de no limitar la representación a los estereotipos y las caricaturas.
La actriz también habló sobre cómo la sociedad ha evolucionado desde los años 70 en cuanto a la aceptación de la diversidad sexual y de género. Señaló que, aunque todavía hay mucho por hacer en cuanto a la igualdad y la inclusión, se han logrado importantes avances y se han abierto espacios para que las personas queer sean más visibles y tengan más voz en la cultura popular.
Así pues, la revelación de Alison Steadman sobre su primer beso lésbico en la pantalla es una muestra más de la importancia de la representación LGBTQ+ en el cine y la televisión. Es vital que se sigan abriendo espacios para que las personas queer contemos nuestras propias historias y se muestren las diversas realidades y experiencias que existen en la comunidad LGBTQ+.
Hace unas semanas te contaba cómo mi viaje a Copenhague me había abierto los ojos en muchos aspectos. Viví muchas primeras veces: la primera vez que me hicieron propuestas tan indecentes, la primera vez que visité tiendas de BDSM y la primera vez que compré unas pinzas para los pezones. Pero hubo otra, la primera vez que probé una magic wand.
Yo llevaba solo unos meses explorando el lado erótico del mundo, el del sexo alternativo. Y desde el principió leí y oí hablar de la famosísima magic wand: un juguete erótico con un cabezal que estimulaba lo que tú quisieras y más. Por aquel entonces yo no tenía más de dos juguetes eróticos; me da hasta ternura recordarlo. No te miento, no eran nada del otro mundo. Un vibrador de una marca desconocida que seguramente ya ni existe y un huevo de Picobong. La historia de estos dos te la contaré otro día.
El caso es que aproveché mi paso por lo que parecía la capital de la libertad erótica (debo decir que todavía no había tenido la ocasión de visitar Ámsterdam) para hacerme con una de esas famosas magic wands. Además, la varita tiene miga, porque se dice que se empezaron a comercializar hace décadas sin restricciones en varios países como masajeadores personales para aliviar contracturas. Sin embargo, muchas personas le dieron uso para aliviar otro tipo de malestares.
Visité varias tiendas y al final me animé con una que se parecía a la magic wand original, pero era mucho más barata. Fue en mi último día en Copenhague: mi vuelo salía por la noche y había tenido que dejar la maleta en la consigna del hotel, así que no tenía acceso a la intimidad de mi habitación frente al Tivoli. Mis ganas de probar mi nueva compra fueron tales que me metí en el baño del hotel, lavé el juguete y lo probé allí mismo. Años después, sigo preguntándome si alguien escuchó el ruido al otro lado de la puerta.
Es por esta historia que conocer a Victoria me transportó a 2014. Con este nombre tan poderoso, Diversual ha bautizado a su magic wand, que conserva lo mejor de este tipo de juguete y, al mismo tiempo, es completamente distinta.
Así pues, Victoria es un masajeador externo de la línea de Diversual Basics. Se trata de la colección propia de la marca española y, a pesar de mi reticencia inicial (estaba muy acostumbrada a juguetes de alta gama), cuantos más productos pruebo de Diversual Basics más fan me vuelvo, en breve entenderás por qué.
En cuanto a su forma, Victoria se parece a las clásicas magic wands: tiene un cabezal flexible y un mango largo para poder sostenerla con comodidad. Sin embargo, es mucho más pequeña, mide 20 centímetros de largo. Piensa que la magic wand de toda la vida mide más de 30, así que ganamos en confort. Eso sí, solo puede usarse de forma externa, a pesar de sus 4,1 centímetros de diámetro.
Lo bueno del cabezal grande y móvil de este masajeador es que te ayuda a estimular diferentes partes del cuerpo de diferentes maneras. Puedes jugar con el ángulo, la presión o incluso la zona del cabezal. Además, como es más grande que otros masajeadores externos, cubre más terminaciones nerviosas. El placer está asegurado.
Y tengo que hacer un inciso importante: realmente sirve para aliviar otras partes del cuerpo. Sufro de dolor cervical y Victoria me ayuda a descargar la tensión del día. Por no hablar de otras zonas erógenas, como los costados o el pecho. Tú te sabes las tuyas mejor que nadie, busca y encontrarás.
A pesar de que las magic wand tienen fama de usarse en solitario (si lo haces, mejora la experiencia con un poco de lubricante de base agua), también se pueden usar en pareja. Por ejemplo, en posturas de tribadismo donde ambas personas estéis sentadas o para caldear el ambiente con un buen masaje.
El acabado del juguete es suave y ha sido fabricado con silicona médica y ABS. Está disponible en color negro y cereza.
Una de las características por las que la magic wand original se hizo tan y tan popular fue su potencia. Y Victoria está a la altura: su motor es potentísimo, silencioso y tiene ni más ni menos que 20 patrones diferentes con 8 intensidades. Es cierto que la vibración de base puede ser algo fuerte y necesites bajarla, pero para eso están las intensidades, para que uses la que mejor te sienta.
Si te soy sincera, he alucinado con los 20 patrones. Habré probado decenas de juguetes, pero algunos de los patrones no los había encontrado en la vida. Es divertido y excitante probarlos y descubrir cómo reacciona tu cuerpo a cada uno de ellos, con más o menos intensidad.
La interfaz es de 3 botones: el de encendido y apagado (me ha encantado que baste un solo clic y no mantenerlo durante varios segundos), el de los modos y el de la intensidad. En el caso de este último, si quieres subir la velocidad solo debes pulsar, pero no hay un botón para bajarla: tendrás que seguir dándole hasta que vaya de más intenso a menos.
Victoria es un juguete que funciona con batería recargable, el punto de carga está en la parte inferior y hay que apretar un poquito con el cargador. Necesitarás una hora o una hora y media de carga para alrededor de dos horas de uso. Puedes llevártelo a la bañera o a la ducha sin problemas, porque es sumergible.
Con respecto al packaging, es sencillo: viene en una bolsa de plástico precintada y en su caja. En la caja se incluyen todos los detalles y también las instrucciones a través de un código QR. Además, trae una bolsita de tela para guardarlo y el cargador.
Sin embargo, a mí lo que más me ha sorprendido de Victoria es el precio. En estos momentos está en oferta y no llega a los 30€. Me cuesta creer que un juguete de esta calidad, con esta potencia, comodidad y 20 patrones tenga este precio tan accesible. Si buscas un vibrador externo para ti, Victoria te encantará seguro, y también es genial para regalar por su versatilidad.
En pocas palabras: esta magic wand de Diversual es pura magia. No podría tener un nombre más acertado, porque significa la victoria absoluta. Es un básico en el cajón de la juguetería y combina la forma de la clásica magic wand con la tecnología de hoy en día. Es silenciosa, potente y una fuente de posibilidades con sus 20 patrones y 8 intensidades.
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Good news, everyone! Michaela Coel (Podría destruirte) y Anne Hathaway (El diablo viste de Prada) interpretarán a una parejita lésbica en una próxima película con trama romántica. La noticia se dio a conocer en el Festival de Cine de Sundance, donde se presentaron los primeros detalles de la película, que todavía no tiene título confirmado.
La película será dirigida por el director y guionista ganador del Oscar, Tom Hooper, conocido por películas como El discurso del rey y Los miserables, donde ya trabajó con Hathaway. El guión fue escrito por Matthew Lopez, autor de la exitosa obra de teatro “The Inheritance”. Además, la cinta contará con la colaboración de la cantante Charli XCX.
Michaela Coel interpretará a una mujer negra de origen humilde que lucha por hacerse un lugar en el mundo de la moda. Por otro lado, Anne Hathaway interpretará a una exitosa cantante de pop, con una vida llena de lujos y comodidades. Chica conoce chica, se enamoran, todo eso.
La película aún no tiene fecha de estreno confirmada, pero se espera que comience a filmarse en los próximos meses. Desde luego, una de las películas más esperadas del año.
Pocas series son tan icónicas para las sáficas como ‘The L Word’. A pesar de sus evidentes problemas de bifobia y transfobia y, bueno, algunas de sus tramas, la ficción fue pionera en representación lésbica a principios de los dosmiles. Por eso, su revival ‘The L Word: Gen Q’, que contaba con muchas de las actrices del reparto original y con Marja Lewis-Ryan como showrunner, prometía y mucho. Sin embargo, se ha metido tremendo batacazo yShowtime la ha cancelado tras su tercera temporada.
¿Otro caso de #CancelYourGays? Pequeño inciso de opinión: soy la primera que defiende que tiene que haber series de lesbianas/bisexuales mediocres, pero siendo sincera y si habéis visto esta última temporada, no estoy segura de que podamos hablar de una cancelación injusta. No puedo negar los momentazos de Tibette, especialmente en el último capítulo, pero cuando el punto fuerte de una serie es la pareja que se está retirando del foco, es que hay un problema y gordo. Jennifer Beals (Bette) y Laurel Holloman (Tina) apenas han salido esta temporada y las tramas de las otras protagonistas eran un absoluto despropósito. Podría escribir otro artículo enterito sobre lo que han hecho con uno de sus mejores nuevos personajes, Gigi Ghorbani (Sepideh Moafi), y su relación con Dani Núñez (Arienne Mandi).
Las actrices opinan
De hecho, las propias actrices Kate Moennig (Shane) y Leisha Hailey (Alice) insinuaron lo hartas que estaban de la dirección en la que estaba yendo la serie en su podcast Pants, y Moennig subió una historia a su Instagram en cuanto la noticia de la cancelación fue oficial con un texto bastante directo: “Shane, it was an absolute pleasure to see you again. You will always mean more to me than just being a sex addict who doesn’t know anything about non monogamy. To the fans of the show, I love you all”. “Shane, fue un placer absoluto volver a verte. Siempre serás más para mí que una adicta al sexo que no sabe nada sobre no monogamia. A los fans de la serie, os quiero a todos”. Razón no le falta. Y parte de mí está esperando con muchas ganas un nuevo capítulo del podcast, para ver si cuentan algo más del drama detrás de las cámaras, porque parece que hay mucho que no sabemos.
Kate Moennig sin chill ninguno en Instagram
Una nueva serie de ‘The L Word’: un reboot en Nueva York con la creadora de la original
No todo está perdido para las fans de ‘The L Word’, ya que parece que, simultáneamente a la cancelación de ‘Gen Q’, se estaba preparando otra serie relacionada, esta vez un reboot de la original situado en Nueva York en el que estaría involucrada Ilene Chaiken, creadora de la ficción de los 90.
Tendremos que esperar para saber más de este reboot, pero la esperanza es lo último que se pierde, así que estaremos atentas a todas las novedades. Esperemos que esta ficción consiga recuperar la esencia de ‘The L Word’ donde ‘Gen Q’ ha fallado.
Si alguien me pregunta cuál de todos los juguetes eróticos me parece más infravalorado no tendría que pensármelo mucho: el dildo. Es el artilugio de placer más antiguo que existe y, sin embargo, a menudo se ve superado en ventas por succionadores de última generación o vibradores que se calientan al tacto.
La reputación de los dildos en el colectivo sáfico cambia de una persona a otra. Hay gente que prefiere otras presentaciones antes de decantarse por formas fálicas, mientras que amantes de los arneses disfrutan de los diferentes tamaños, grosores y dureza de los dildos.
Lo cierto es que los dildos son juguetes que ofrecen muchas posibilidades, aunque no lo parezca en un inicio. Y ya no se fabrican dildos sin más, sino que tienen algunas funcionalidades muy interesantes, como es el caso de Limba Flex, el dildo del que quiero hablarte hoy.
Limba Flex es una creación de Fun Factory. Es una marca alemana que destaca por la calidad, el diseño y la diversión que transmiten sus productos. En este caso, han diseñado un dildo que puede doblarse gracias al cable que lleva en su interior.
En otras ocasiones hemos visto dildos que cambiaban su forma con la temperatura, pero la perdían demasiado rápido. Limba Flex no necesita nada: dale la forma que quieras con tus manos y la mantendrá durante todo el tiempo que quieras. Puedes utilizarlo recto, curvarlo completamente o en cualquier ángulo que te apetezca. Incluso si eliges el tamaño M o L, podrás darle una forma sinuosa muy agradable para la penetración.
La mayoría de los dildos se fabrican pensando en estimular la zona G y, por mucho que todos los cuerpos con vulva sean iguales por dentro, cada persona tenemos nuestras diferencias. Poder adaptar la curvatura de un juguete para que nos estimule como necesitamos es disfrutar de una experiencia totalmente personalizada.
La punta es cónica al inicio para facilitar la penetración, luego se va ensanchando y da lugar a una parte plana para estimular mejor la zona que deseamos.
Limba Flex está disponible en varios tamaños y de ahí sus colores. Hasta hace poco solo existían el S y el M, pero ahora el L se ha sumado a la familia. Este es más o menos igual de largo que el M, pero casi un centímetro más grueso:
Elijas el tamaño que elijas, procura usar lubricante de base agua para que la sensación sea más agradable. Te recomiendo Toyfluid, de la misma marca, es un lubricante ligero que me ha dado muy buen resultado.
Yo tengo el más pequeño porque me apetecía tener un dildo de este tamaño, ya que el resto de mi colección está formado por juguetes más largos y anchos. El tamaño pequeño es discreto para transportarlo y va bien para iniciarse en la penetración, tanto vaginal como anal (sí, Limba Flex es apto para el juego anal).
La textura del material es suave, ya que el dildo ha sido fabricado con materiales hipoalergénicos y respetuosos para el cuerpo. Eso sí, es de esas siliconas en las que se quedan hasta las motas de polvo, así que procura limpiarlo antes y después de cada uso.
Lo que me ha encantado de este dildo de Fun Factory es su firmeza: mantiene la curvatura deseada y es rígido por dentro y ligero por fuera. Esta habilidad lo hace perfecto para utilizar con un arnés, porque no hay que estar recolocándolo. Incluso es adecuado para llevarlo bajo la ropa interior y que pase desapercibido. Además, la base es muy fina (lo cual es ideal para los arneses, así no roza en el hueso púbico).
Si prefieres el juego en solitario, también disfrutarás de la ventosa de la base. Puedes colocarla sobre cualquier superficie lisa y se mantendrá en posición para que seas tú quien lleva el ritmo, incluso bajo la ducha, porque es resistente al agua.
Como todo producto de Fun Factory, Limba Flex viene en su caja dorada con un manual muy exhaustivo e ideas para disfrutar del dildo. He echado en falta una bolsita para guardarlo y transportarlo. Mientras tanto, lo dejaré en la caja.
Sobre el precio, Limba Flex tiene un precio justo para la calidad que obtenemos. Es uno de los best sellers de Fun Factory, con lo cual vale la pena si disfrutas de este tipo de juguetes.
En pocas palabras: Limba Flex es ideal para utilizar en solitario o en pareja, con o sin arnés, fuera o dentro de la ducha. Es flexible en cuanto a lo que puedes hacer y también en su interior, porque puedes curvarlo a tu gusto para que se adapte a tu anatomía o a tus preferencias de cada día.
Mi historia con Lily comienza hace varios años. En aquel entonces, me enamoré perdidamente de una de las joyas de LELO, un juguete que vibraba al ritmo de tu canción favorita. Ahora, que vivimos rodeades de dispositivos inteligentes, asistentes de voz y conexiones varias, es más habitual, pero en ese momento fue toda una revolución.
Poco después me crucé con Lily 2. Era prácticamente igual que ese juguete que vibraba con la música, pero más sencillo y más pequeño. Además, estaba impregnado con aromas para estimular el sentido del olfato mientras lo usabas. Recuerdo que dejé de usar el juguete musical y me quedé con Lily: discreto, cómodo, versátil. Fue mi vibrador de cabecera durante meses… pero alguien que prueba juguetes no puede encariñarse.
Lo que no sabía entonces era que hubo un Lily 1 que salió hace justo 20 años, los mismos que cumple la marca sueca este año. Para celebrarlo, han decidido sacar una versión mejorada de este icónico juguete: Lily 3. La noticia me puso contenta y con grandes expectativas, como cuando vas a volver a encontrarte con esa amiga especial a la que hace tiempo que no ves.
Lily 3 es un masajeador personal, aunque también lo definen como minivibrador. Y no es para más, porque el juguete no supera los 7,5 centímetros de largo y los 4 de ancho y pesa 45 gramos. De hecho, cabe en la palma de la mano. Sus dimensiones lo convierten en un vibrador manejable, discreto y fácil de utilizar.
Aun así, lo mejor de su aspecto es la forma. Lily 3 tiene una forma ligeramente curva pensada para adaptarse a la anatomía de la vulva y que sea muy ergonómico. Ese pequeño ángulo es precisamente lo que necesitamos en un juguete como este, ya que nos da estimulación en el clítoris y un agarre cómodo. Además de eso, tiene una punta redondeada pero directa, así que las vibraciones se concentran en la zona que queremos.
Algo que valoro muy positivamente de este juguete es que me permite utilizarlo en posturas menos convencionales. Por ejemplo, bocabajo. Al ser tan pequeño, no molesta tenerlo bajo el cuerpo y cumple muy bien su función. Si pensamos en el uso que se le puede dar en pareja, es un buen complemento para posturas de tribadismo de una persona sobre otra donde pueda mantenerse fijo.
En este caso, Lily 3 es inofensivo solo en el exterior. Dentro tiene un motor que va de un rango suave a una potencia considerable. Aun así, es silencioso. Dispone de 10 modos de vibración para que encuentres el que mejor te estimula y podrás controlarlo con una interfaz de 2 botones. No hay pérdida: + para encender y – para apagar (pulsando varios segundos en ambos casos), pulsar + un par de veces rápido para cambiar de modo y el + o – varios segundos para subir o bajar la intensidad.
Está fabricado con materiales respetuosos para el cuerpo. El exterior está compuesto de silicona biocompatible y tiene un acabado suave. Está disponible en tres colores: dark plum, polar green y calm lavender (como el mío).
Al igual que el resto de juguetes de la marca, Lily 3 es sumergible para que te entretengas bajo el agua y descubras sensaciones nuevas. También es recargable, con un par de horas de carga disfrutarás de otras dos de juego.
Lily 3 viene en el packaging característico de LELO. Me ha alegrado comprobar, además, que el tamaño de la caja es menor, que es más sostenible. Viene bien colocado bajo una plancha de espuma e incluye el manual de uso, el cargador, una muestra monodosis de lubricante, la bolsita de tela para transportarlo y la tarjeta de la garantía. Tiene 1 año de garantía y 10 años de garantía de calidad.
La mejor noticia de Lily 3, sin embargo, viene ahora: para conmemorar los 20 años de LELO, podrás conseguir el juguete con un descuento del 50 % durante todo el año. Un vibrador de calidad como este a un precio que lo hace más accesible me parece estupendo. A mi modo de ver, vale mucho la pena y es una forma de conocer la marca y la calidad de sus productos.
En definitiva, que Lily haya sido un superventas en los 20 años de historia de LELO era de esperar. Lily 3 es pequeño, versátil, ergonómico, potente y accesible. Ahora sabemos dos cosas: la primera, que el placer está en tus manos. Y la segunda, que el placer también cabe en la palma de tu mano.
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Cuando veo unas pinzas para los pezones me transporto al verano de hace ocho años. Después de pasar una temporada trabajando en una isla remota de Dinamarca, me quedé tres días en Copenhague. La capital es especialmente interesante para cualquier amante del BDSM por la cantidad de tiendas y locales relacionados con ello y, para mí, fue un parque de juegos.
En cuestión de horas, había entrado en 3 o 4 tiendas repletas de accesorios BDSM, me habían propuesto grabar porno kinky, me habían ofrecido trabajo en un club de caballeros y lo más relevante: había comprado mis primeras pinzas para los pezones. En aquel entonces me estaba iniciando en el BDSM y tan solo había oído hablar o leído sobre ellas.
Recuerdo con cariño y morbo aquellas tres noches en un hotel del centro. La ciudad caótica al otro lado de la ventana, las luces del Tívoli de lejos, una botella de tinto comprada en el súper de abajo… Y también recuerdo una ducha más larga de lo usual tras haber probado las pinzas por primera vez, con los pezones todavía sensibles bajo el agua. Aquella noche las sábanas me rozaban y me recordaban la presión con la que, horas antes, apretaban las pinzas en medio de un orgasmo catártico.
A mi modo de ver, las pinzas para los pezones son uno de los accesorios más versátiles, fáciles de utilizar y estimulantes que se pueden encontrar en el mercado de lo erótico. Algunas de las ventajas más evidentes que encuentro son estas:
Pueden usarlas cualquier persona, indistintamente de su género y de sus genitales.
Es posible regular la estimulación con la presión con la que atrapan el pezón.
Llevan el juego a otras zonas erógenas distintas de los genitales. Incluso puedes utilizar las pinzas en otras partes del cuerpo además de los pezones.
Son ideales para adentrarse en el soft BDSM o para practicantes con más experiencia.
Son discretas, ocupan poco y dan muchísimo juego.
Su mantenimiento es sencillísimo.
Por todo ello, que la nueva incorporación de Lovense llamara mi atención, fue previsible. Tampoco fue ninguna casualidad que su nombre fuera mi signo zodiacal. Las Gemini son las primeras pinzas para pezones del mundo que se pueden controlar a través de una aplicación, así que el producto prometía.
Así pues, estas pinzas de Lovense tienen dos motores, uno en cada pinza. Si las pinzas para los pezones ya son estimulantes de por sí, imagínate con el complemento de la vibración: explosivo. Además, en el caso de las Gemini puedes controlar ambos motores de forma independiente a través de la aplicación.
Lovense Remote es mi aplicación favorita para controlar juguetes eróticos: intuitiva, fácil de utilizar y los juguetes se sincronizan rapidísimo. Tiene opciones muy excitantes como la función de alarma (el juguete te despierta con vibración cuando tú le digas) o la posibilidad de que el juguete vibre al ritmo de tu canción favorita. Por descontado, la aplicación ofrece patrones ilimitados y puedes controlar las Gemini con la máxima precisión: fuerza, intensidad y vibración de cada una de las pinzas.
También puedes usarlas sin la aplicación con el botón que hay en el control. Sirve para encenderlas, cambiar de modo y apagarlas y está justo entre ambas, que están conectadas por un cable resistente y más ligero que las cadenas de las pinzas convencionales.
Han sido diseñadas de manera que sirven para cualquier pezón, sin importar su anatomía. Mi consejo es que, antes de utilizarlas, estimules la zona lamiendo, mordiendo o acariciando, y que vayas poco a poco. Las Gemini, como la mayoría de las pinzas, tienen una ruedecita con la que puedes regular el pellizco. Tal vez tengas suficiente con un poco de presión o prefieras más fuerza.
Si el pecho no es lo tuyo, recuerda que tenemos muchas más zonas erógenas. Prueba a pellizcar la nuca, la cara interna de los muslos o los costados para descubrir más puntos de placer. Incluso indaga a ver si te gusta más tener las pinzas apagadas o bien encendidas con un patrón determinado. A mí, personalmente, me ha parecido que el motor estaba más en la cara externa de la pinza que en contacto con el pezón, pero me basta con sentir la presión aunque estén apagadas.
¿Y qué hay del juego en pareja? Es muy excitante que cada una de las personas lleve una pinza y estéis unides por el cable de Gemini. También se puede usar el propio motor de la pinza, que es redondeada, para estimular otros lugares. En en caso de que tu amante y tú estéis en espacios diferentes, podéis aprovechar que Lovense Remote os permite controlar las pinzas a larga, muy larga distancia. Ceder el control es sexy y aceptarlo también.
Pero todavía hay otra cosa: en el paquete se incluyen dos complementos para llevar el juego a otro nivel. Para todas aquellas personas que disfrutan fuera de la cama, puedes llevar las Gemini puestas y colocarlas el control en tu sujetador con el clip o colgarlo del collar. Ambas opciones te permiten llevarlas puestas de manera discreta y utilizarlas en el exterior. Eso sí, si bien no son especialmente ruidosas, me han parecido poco silenciosas para lugares muy tranquilos, así que asegúrate de que haya algo de barullo si quieres que nadie se entere de que las llevas puestas.
Ten en cuenta que la sensación de presión que ejercen las pinzas se parece a la de un pellizco, solo que continuo. Después de haberlas llevado durante un tiempo, la piel permanecerá sensible y el juego puede continuar entonces con caricias o pequeñas mordidas.
Volviendo a las funcionalidades, las Gemini son inalámbricas y se recargan con un cargador magnético. Podrás disfrutar de alrededor de una hora y media o dos horas de uso continuo, que no está nada mal para tus momentos de pasión. Asimismo, son resistentes al agua: para incrementar las sensaciones, prueba a usarlas bajo la ducha.
Con respecto al packaging, las pinzas de Lovense van muy bien protegidas en una caja de cartón. Incluyen el cargador, el manual, el collar, la pinza para el sujetador y una bolsita de satén para transportarlas o guardarlas.
Para acabar: el precio. Pues bien, unas pinzas convencionales rondan los 20 o 30 euros, dependiendo del material y de la calidad. Si, además, le sumamos el motor y la tecnología revolucionaria de Lovense para poder utilizarlo con la aplicación, el precio sube. De forma habitual ronda las tres cifras, pero ahora puedes conseguir las Gemini a un precio bastante accesible.
En definitiva: las Gemini de Lovense son unas pinzas únicas por su ligereza, tecnología y diseño. Son ideales para cualquier persona que disfrute de la estimulación de los pezones para explorar la zona como merece. Funcionan estupendamente como pinzas al uso, pero el complemento de la vibración es excitante y funciona a la perfección junto a Lovense Remote.