











¡Hola, croquetillas! Hoy cierro la trilogía de reseñas de deportes bizarros hablando de Keijo [sin traducción, es el nombre del deporte en sí]. Sinceramente, es la serie que menos me ha gustado de las tres. Vale, tiene su gracia, pero no me ha convencido.
¿De qué va? Pues hay un deporte que solo pueden practicar mujeres, el Keijo, consiste en luchar sobre unas plataformas que están en el agua, flotando, gana la que se quede en la plataforma sin caer. Dicho así suena hasta normal, porque hay competiciones parecidas en estas pruebas de gladiadores modernos. ¿Problema? Pues que solo pueden usar el culo y las tetas para empujarse y defenderse. Que es la razón de que la serie sea tan rara en algunas escenas.
No solo veremos las peleas en las competiciones, también los entrenamientos para fortalecer culo y tetas. Es que todo en sí es de traca: los entrenamientos, los consejos, las pruebas para subir de nivel, el cómo actúan las profesionales, que usan culo y tetas para todo. Pero es que para todo. ¿Qué se caen unos troncos apilados? Tranquilas, les doy con un culo, que las patadas son de débiles.
Esta serie la abandoné por la mitad, más o menos, creo que me vi 7 capítulos de 12 que son, no pude más. ¿Tan mala es para abandonarla? Mala no es la palabra, es un nivel de absurdez curioso. Explico esta crítica un poco mejor. ¿Qué tiene de diferente esta serie para que me guste menos que las otras dos cuando las tres son para dar de comer aparte? En los tres animes [Kandagawa, Two Car y Keijo] hay mucho fanservice, obvio. Esto es que se muestra más chicha de lo habitual, como incentivo. El “problema” de Keijo es que, por mostrar más, lo hacen muy estúpido. En las otras el deporte es raro e imposible, pero…. Mmmmm… ¿Cómo decirlo? No queda forzado. Es decir, tú lo ves y es como una serie de ciencia ficción. Sabes que no es real, pero cuela y se acepta. Aquí tenemos varios momentos en los que dices “madre mía, ¿a quién se le ha ocurrido esto? Por ejemplo, cuando una lanza un ataque del tipo “meteoros de Pegaso” ejecutado con el culo en plan metralleta de golpes de nalgas. También algo que me pareció curioso es que, al ir a atacar, se lanzan de culo, pero claro, tienen que mirar, de forma que están todo el rato giradas que se van a descoyuntar o partir la espalda o algo.
Que soy fan de estos deportes chungos y bizarradas varias, pero que la absurdez sea creíble o aceptable. Aunque sepas que es una tontería como la copa de un pino.
Eso sí, hay shoujo-ai. La historia comienza con dos amigas, Nozomi y Sayaka que entran en una academia para ser deportistas de élite. Sayaka entra abandonando su carrera en el judo por seguir a Nozomi. Una vez en los dormitorios de la academia, conocerán a sus dos compañeras de cuarto. Por un lado, Kazane, una chica muy tímida que apenas habla, pero que no tiene reparos a la hora de tocar los culos de todas para darles masajes. Por otro lado, Non, una chica muy torpe pero muy amable.
De verdad os digo que no es por criticar la serie, pero con esta no pude, lo siento, es muy bizarra hasta para mí. Eso sí, vuelvo a decir que las hay peores. Algún día, cuando logre hacer un artículo decente, hablaré de dos series que sí son malas y habría que encarcelar a los creadores.
Nos vemos la siguiente semana en otra reseña un poco menos rara.
¡Gokigenyou!
El Festival de Cine LGTB de Extremadura calienta motores para su 22ª edición, apostando más que nunca por el cine de estreno y acercando grandes producciones de temática LGTBI a las zonas más rurales de la región extremeña.
Si bien el pasado 5 de noviembre la cinta Vivir deprisa, amar despacio (Christophe Honoré, Francia, 2018) marcaba en Badajoz el pistoletazo de salida para las proyecciones del festival, su arranque oficial no tendrá lugar hasta la tradicional Gala de Inauguración, celebrada el 9 de noviembre a las 20:30 en la Filmoteca de Cáceres. Conducida por Laura García Cáceres, en ella se presentará la programación de proyecciones y actividades que se sucederán a lo largo de 27 municipios de toda Extremadura hasta el 17 de noviembre, y el público podrá ver algunas de las piezas que optan al premio a Mejor Cortometraje este año.
Asimismo, el 16 de noviembre se celebrará la Gala de Clausura en Badajoz. Como cada año, a partir de las 22:00, el Palacio de Congresos “Manuel Rojas” acogerá la entrega de premios que cierra oficialmente el Festival y que será presentada por el actor Fermín Núñez, la actriz Laura Corbacho y el activista trans Leo Arán Narros.
Y entre gala y gala (ambas de entrada libre), una amplia variedad de proyecciones y actividades donde elegir pintarán de colores cada rincón de la comunidad en un festival ya veterano y consolidado como cita ineludible del territorio extremeño.
De entre toda la programación destacan los seis ciclos de cortometrajes, que este año trae como novedad el bloque “Migrantes LGBTI”. También podremos visionar piezas como Retrato de una mujer en llamas (Céline Sciamma, Francia, 2019) o Temblores (Jayro Bustamante, Guatemala, 2019), cintas que, de otra forma, no suelen llegar a las salas de cine de Extremadura.
Así que ya sabes: si eres de alguno de los 27 municipios por los que pasa este Festival o, simplemente, quieres acercarte a la región más GUAY de España (no podía escribir este artículo sin reivindicar lo mío, simplemente no podía), tienes una cita con el cine. Un cine LGTB y, sobre todo, de calidad. El programa completo (y cualquier información relacionada con el Festival) está disponible aquí
¡Feliz Fancinegay!
¡Hola, croquetillas! Ya hablé de Two Car hace tiempo en un artículo de cajón desastre, pero merece una reseña algo mejor al haberme enganchado a las idiotas de las motos acuáticas dándose tiros. También dentro de poco haré una reseña a mi manera [de esas que suman puntos para que Marca me mande de una patada a la Luna] de Keijo, otra serie también bien hecha con trama que hay que seguir con lupa para no perderse.
Sinceramente, me he hecho muy fan de estos animes malos. Corrijo, para mí un anime puede ser malo de dos formas. Malo porque los guionistas se han fumado cosas no legales, pero te ríes y te partes con la tontería de historia, con lo cual tan malo no es. Y luego malo porque es malo, incluso rozando lo ofensivo. Con estas series es imposible ofenderte, y te ríes muchísimo por las tonterías que tienen. Creedme que estoy disfrutando cosa mala con la tontería de Kandagawa Jet Girls, cuando acabé volveré a escribir un artículo completo diciendo toda la maravilla que tiene esa chorrada entre tanta tontería y estupidez.
Con Two Car me pasó lo mismo. Fue anime de otoño de 2017, 12 capítulos porque la trama no daba más de sí. Admito que la veía fiel todas las semanas. ¿Es buena? No, como le pasa a las Jet Girls, la trama es producto de haber consumido drogas. Pero si te la ves pasas muy buen rato.
¿De qué va? Empieza la temporada de carreras, chicas de diferentes institutos participan para ganar el título. Entre todos los equipos participantes iremos viendo la historia de cada una de ellas. Las carreras son en motos por pareja. Varios dúos de chicas compitiendo sobre motos con sidecar. Dicho así suena hasta serio. Mentira y gorda. De serio poca cosa. Primero, el concepto de carrera que tienen estos señores. Si con Jet Girls vemos que una conduce y otra dispara [aún me estoy reponiendo del bazooka de una de las americanas del martes pasado], aquí es que una conduce y la otra se coloca en el cajetín del copiloto y se va moviendo para ser más aerodinámicas. De verdad, no sé dónde compran las drogas, pero su camello se gana el sueldo.
Es que, de verdad, si te pones a analizar seriamente estas chorradas, no puedes, porque te da un esguince neuronal. Pero si te lo tomas con humor, disfrutas. Pasa como con las películas cutres de ninjas en colorinchis. Que son malas a rabiar, pero te partes.
Aquí tenemos varias parejas de chicas, todas ellas estudiantes de instituto. Megumi y Yuri son las más protagonistas, pero no son pareja, es más, se llevan a matar, más de una vez llegan a las manos porque se odian. Pero, por circunstancias, siguen compitiendo juntas. Pero sí hay tres parejas bollo muy curiosas: Misaki y Chiyuki, Nagisa e Izumi y Mao y Hitomi. Comento un poco sobre ellas.
Misaki y Chiyuki son la mejor pareja de la trama. Cuando cuentan su historia veremos que Misaki es una chica humilde que va a un colegio de pijas y debe trabajar para ayudar con los gastos. Conocerá a Chiyuki, una de las pijas. Aunque su historia tiene un poco de drama, poco a poco conectarán y se llevarán bien. A pesar del drama inicial que tienen, su historia es hasta bonita, muy simple y llena de tópicos, pero cuqui.
Nagisa e Izumi, aquí empezamos las bizarradas. Izumi es una sádica, disfruta haciendo sufrir a Nagisa, le gusta llegar al límite. Pero Nagisa es SU masoquista, que nadie se la toque. Nagisa es masoquista, quiere a Izumi y acepta lo que sea para estar a su lado. Sí, esta es la relación de “por favor, id ya al psicólogo, que empezáis muy pronto con ese tipo de relaciones”. Al igual que la relación anterior, son parejas que van evolucionando a lo largo de la trama.
Mao y Hitomi… En fin, aquí es donde menos gracia me hace todo esto. Es una parodia descarada de Haruka y Michiru, porque imitan hasta su aspecto. Mao es la menos femenina de pelo corto calzonazas. Hitomi es más femenina y es la dominante en la pareja. Ambas presumen de unos anillos de compromiso que no se quitan nunca. Este dúo, en vez de tener un capítulo propio donde se ve su historia, lo que hacen es salir siempre en un bar, haciendo una reflexión sobre las otras parejas. Siempre terminan diciendo que su amor es para siempre, porque sus corazones están conectados. Sinceramente, es una pareja surrealista y sus diálogos son para hacérselo mirar. Desde el cariño lo digo.
Esas son las tres parejas bollo que hay, aunque hay que destacar también a Yuria y Maria, hermanas gemelas con crisis de identidad, a las locutoras que retransmiten las carreras, y el resto de personajes adultos que viven por el pueblo.
Insisto, sin ser una serie buena, pasas un buen rato. Las carreras, aunque absurdas, son emocionantes. Hay que tener en cuenta que las chicas no pueden hablar durante la carrera, llevan cascos [y nadie pensó en poner micrófonos en los cascos, cachis la mar], por lo que deben llevarse medianamente bien y tener cierta conexión para no ajostiarse en la primera curva. Porque claro, esto es visualizarlo y pensarlo mientras lo ves, como la que hace de paquete moviéndose durante la carrera la cague, o la otra tome la curva de aquella manera, se van a la mierda con todo el equipo. Es más, en la serie se ven diferentes accidentes leves por este tipo de cosas. Pero de verdad soy muy fan de estos deportes de mierda que deberían hacerse reales y olímpicos. Solo por las risas. Y, por favor, que alguien regale unos gallifantes a quien se piensa todas estas fumadas.
La semana que viene, si nadie lo remedia, hablaré de la otra joya que me falta de este tipo de deportes cutres, Keijo, un deporte de lucha entre chicas en el que se tienen que tirar de unas plataformas golpeando solo con las tetas y el culo. Otro argumento bien pensado, aquí ni esconden que lo que quieren es ver chicha.
¡Gokigenyou!
Hace unos meses me propusieron enviarme una copa. Como llevo una temporada que han pasado más copas por mi vagina que por mis labios (los de la boca), me pareció buenísima idea que quien hiciera la prueba en esta ocasión fuera una amiga que jamás había usado una. Aquí os dejo con su experiencia utilizando la Sileu Cup Rose…
M. al habla:
La copa menstrual Sileu Cup Rose ha sido, por así decirlo, mi iniciación en el mundo de las copas menstruales, ya que era la primera vez que utilizaba una, y tenía ganas de comprobar por qué tanta gente habla de ellas y sus beneficios. A primera vista, esta copa menstrual me llamó la atención por su intenso color rojo y por su dibujo en forma de una rosa, tal y como su nombre indica. Me fijé en que es bastante finita, no sé por qué esperaba que fuese algo más gruesa, pero me alivió porque así la inserción sería más fácil.
Pero la copa no venía sola, sino que me llegó acompañada de dos accesorios muy útiles, como fueron un estuche del mismo color que la copa y con el dibujo de una rosa en su parte frontal, muy bonito estéticamente y práctico si queremos llevárnosla de viaje o para pasar un día fuera; y un esterilizador plegable para esterilizar la copa después de cada periodo, que se usa de forma muy fácil en el microondas siguiendo las instrucciones que contiene.
La primera vez que la usé me costó un poco insertarla, quizá también estaba un poco tensa al no saber bien cómo se hacía, pero con un poco de paciencia la pude introducir sin demasiadas complicaciones. Además, es muy fácil doblarla, puesto que es muy flexible, y eso ayuda mucho a la hora de la inserción.
Lo cierto es que, debido a mi inexperiencia, los dos primeros días de utilización tuve unas pequeñas pérdidas, pero enseguida le coges el truquillo, tanto a meterla como a sacarla muy fácilmente con ayuda del rabito que tiene al final de la copa. Mi buena amiga Thais Duthie me dio un consejo muy útil, y es pasar el dedo por el contorno de la copa una vez esté introducida para asegurarnos de que esté correctamente colocada, y así seguro no habrá ninguna pérdida.
Después de usarla varios meses, puedo decir que estoy muy satisfecha con su utilidad, y, además, he reducido el número de compresas y tampones que utilizo notablemente, con lo cual es una ventaja extra en cuanto a lo económico se refiere. Creo que Sileu Cup Rose es una muy buena opción para todas aquellas personas que, como yo, se quieran iniciar en la utilización de copas menstruales y que no sepan cuál escoger.
Para hacerte con tu Sileu Cup Rose pásate por AQUÍ.
¡Hola, croquetillas! Esta semana la reseña será breve, porque hablaré de una serie de esta temporada que he descartado, por gustos personales, pero puede que os guste a alguna de vosotras, así que prefiero comentarla. Me refiero a Azur Lane.
¿De qué va? Como dije en el artículo resumen de temporada de otoño, de chicas que pelean. Esperaba cierto fanservice, por motivos evidentes [solo hay que ver el físico de las chicas], pero no me ha convencido el argumento en general. Que no es malo, ojo, digo que no me gusta.
El argumento va más allá de chicas que se pelean, por supuesto. En este universo, basado en un juego de móvil, las chicas se dividen en 4 grandes grupos, inicialmente estos grupos luchaban contra unos seres marinos que amenazaban al mundo. Dos de los grupos decidieron usar la misma tecnología y medios que el enemigo, adaptándolo. Los otros dos no, usaron tecnología propia. El primer capítulo empieza diciendo que siempre ha habido guerra y conflictos, y que, tras haber combatido al primer enemigo marino, estos dos grupos que usaban la tecnología adaptada decide atacar a sus antiguos aliados.
Bien, ¿por qué digo que no me convence? Las chicas luchan convirtiéndose en barcos y aviones. Bueno, no se convierten, adaptan partes de sus cuerpos asumiendo las armas que usan las máquinas de guerra. Sí, como KanColle, es la misma idea. ¿No me gusta porque luchen las chicas? No, por mí pueden pegarse como les apetezca. Pero, idea personal, convertir a una chica en un Robocop con partes de avión o barco o tren de mercancías, me parece el colmo de la cosificación de las chicas. Que ya sabemos lo que pasa cuando se deja a los hombres hacer ciertas animaciones con esas tetas y culos botando de forma tan fluida. Pero una cosa es mostrar carne, que hay mucho pervertido suelto, y otra cosa es hacer esa identificación de chica con barco o avión de guerra, que cada una tiene las propiedades del trasto de lo que adquiere las armas.
¿Merece la pena verse? A mí no me cuaja, pero va a ser la que más contenido bollo va a tener junto a la idiotez de Kandagawa [que cada vez se vuelve más bollo, muy curiosa la cita del último capítulo]. Que estas chicas-aviones-barcos-whatever son todas muy hermanables y esas cosas, tienen un punto cuqui. Pero a mí me mata eso de “transformación, me acoplo los cañones de ese pedazo barco que abulta 3 estadios de fútbol”.
Conclusión, si os gustó KanColle, esto os va a gustar porque es la misma idea, pero con otras chicas y otra trama.
¡Nos vemos la semana que viene!
¡Gokigenyou!
¡Hola, croquetillas! Hoy voy a comentar la otra serie de temporada que estoy siguiendo, porque descarté el resto que empecé a ver. Se trata de “Houkago Saikoro Club” [el club de dados de después de clase]. Aunque esta es una crítica con 3 capítulos vistos, más o menos te haces una idea de por dónde van a ir los tiros. Eso sí, me temo que no va a haber shoujo-ai, o al menos no lo parece. Pero, con o sin shoujo-ai, es una serie curiosa de ver.
Primero, el argumento. ¿De qué va? Primer día de instituto. Miki, chica muy tímida porque no ha tenido buenas experiencias termina conociendo a Aya, chica más animada, van a la misma clase. Hasta aquí todo muy típico. Tras conocerse por chocar fuera de clase, Aya casi atropella con la bici a Miki [también típico], empiezan a charlar y dando un paseo acaban en una tienda de juegos de mesa. No parchís o la oca, sino estos juegos tipo Munchkin, Ciudadelas y todos estos.
Ahí en la tienda se encontrarán a Midori, la delegada de su clase que trabaja a tiempo parcial y le encantan esos juegos. Miki y Aya nunca han jugado, por lo que su compañera les irá enseñando todos esos juegos de mesa.
En cada capítulo veremos un juego diferente, por medio de la mecánica del juego conoceremos mejor a las chicas, por cómo afrontan la dificultad del mecanismo de la partida. También en cada episodio participarán otros personajes, cada vez gente diferente. En el primer capítulo jugaron con el dueño de la tienda, en el segundo con un compañero de clase y en el tercero con la hermana y una amiga de la hermana de Aya.
¿Cosas buenas que tiene la serie? Mostrar los juegos y usarlos para presentar a los personajes, ligando el comportamiento en el juego a cómo son realmente. Se trata de partidas muy amenas de ver y veo positivo que se muestre ese tipo de juegos que están considerados de muy frikis cuando es algo muy entretenido y deberían ser más populares. Aparte, las chicas son adorables y es una serie “suave” para verla en plan relax.
¿Algo no tan bueno? Pues yo esperaba que hubiera rollo bollo, ya fuera suave o no. Pero cuando aparece el compañero en el segundo episodio, que está enamorado de Aya, ya se jodió ese plan. Que Aya pasa mucho de él y no se da cuenta, pero no va a haber croqueterío. Aunque también salió en el tercero la amiga de la hermana de Aya, Kyouko se llama la chica, que es toda una badass que mola mucho. Ojalá salga más.
¿Recomiendo verla? Inicialmente sí. Es entretenida, suave y amena. Me gusta que abra ese horizonte de juegos de mesa no tradicionales. No hay grandes dramas, y los pocos que hay sobre Miki y su infancia complicada porque algunas chicas se metían con ella no te hacen sufrir mucho porque poco a poco los va superando.
La siguiente semana os comento sobre las series que descarté, que en sí no son malas, pero a mí no me cuajaron. Sí, digo esto tras decir que estoy viendo la de Jet Girls, a veces mi criterio es un poco especialito.
¡Gokigenyou!
La directora y guionista francesa, Céline Sciama (conocida por películas como Water Lillies, Tomboy o Girlhood), ha sorprendido con una película llena de belleza y sensibilidad. Retrato de una mujer en llamas (Portrait de la jeune fille en feu) ha pasado, de manera exitosa, por varios de los festivales cinematográficos de renombre, llevándose, en el Festival de Cannes, el premio al Mejor Guion.
Sciama construye su historia enmarcada en el s. XVIII, lo cual le permite hacer una soberbia reflexión sobre la mujer en una determinada época histórica. Sus actrices, Noémie Merlant y Adéle Haenel, logran, con sus interpretaciones, transmitir y emocionar con sus gestos y sus miradas. Vamos, una química digna de las protagonistas de La vida de Adéle.
Sinopsis:
Bretaña francesa, 1770. Marianne es una pintora que debe realizar el retrato matrimonial de Héloïse, una joven que acaba de dejar el convento. Héloïse no acepta su destino como mujer casada y se niega a posar, por lo que Marianne debe trabajar en secreto. Para ello, se hace pasar por dama de compañía, para así observarla de día y pintarla de noche. Su relación se vuelve más intensa a medida que comparten juntas los últimos momentos de libertad de Héloïse antes de su boda.
La reacción de la prensa es abrumadora:
“Veraz y fiel descripción de la pasión. Toda la película se vive como el espectáculo incierto
de desmontaje de una bomba. Una película preciosa, bellísima”
El Mundo (Luis Martínez)
“Sciamma hace gala de una asombrosa delicadeza, avivando sentimientos solo con miradas y silencios y reitera su habilidad para comunicar sensualidad a través de las imágenes”
Periódico de Cataluña (Nando Salvá)
“Una de las más hermosas historias de amor del cine reciente.
Es pura fibra sensible, parece demasiado delicada para ser cierta y le brilla la piel
cada vez que Adèle Haenel y Noémie Merlant se miran a los ojos”
La Razón (Sergi Sánchez)
“Si bien el argumento ya es de por si sorprendente, incluso emocionante, es su impecable desarrollo a través del estilo visual de la cineasta lo que enamora.
Sublime. Exquisita obra maestra que pasará a la historia”
Cinemanía (Daniel de Partearroyo)
“Deslumbrante”
Fotogramas (Manu Yáñez)
“Impresionante, delicada, sensible”
Sensacine (Alejandro G. Calvo)
Con toda la expectación creada no nos queda más que esperar un poco para poder disfrutarla. El filme se estrenó en Francia en septiembre y llega este 18 de octubre a las pantallas españolas. Estamos ya haciendo cola virtual en las webs de los cines para comprar la entrada.
Entre la montaña rusa de sentimientos que ha sido la vuelta de Supercorp y el adulting, que no deja de interponerse en nuestras ya de por sí ajetreadas vidas, no hemos podido sacar un rato para ver el primer capítulo de Batwoman hasta este fin de semana.
Entre que mis expectativas no estaban precisamente altas y lo que se vio en el crossover del año pasado, esperaba más bien poco de la nueva serie del multiverso de Greg Berlanti. Aún así, a medida que se acercaba la fecha del estreno mi curiosidad iba aumentando por ver qué se cocía en Gotham, y mi debilidad por las superheroínas y el croqueteo terminaron haciéndome morder el anzuelo. Y oye, ni tan mal. El piloto me ha dejado un buen sabor de boca y ganas de continuar.
La elección de Ruby Rose me sigue chirriando a día de hoy. Sigo sin verla como la mejor opción para Kate Kane. Aunque no sé si es que ya estaba mentalizada o qué, pero tras ver el piloto ya no queda rastro del disgusto que me llevé cuando su peluca pelirroja ondeó al viento en Elsewords. Puede que, con el tiempo, hasta me termine gustando su versión de la mujer murciélago.
Dentro del Arrowverso, Batwoman va a ocupar el hueco que, en unas semanas y tras siete años, va a dejar el otro vigilante del multiverso, Arrow. Comparada con The Flash, Supergirl y, desde luego, Legends of Tomorrow, tiene un tono más en la línea y en consonancia con la de la serie del justiciero de Star City, más seriota y oscura. Como no podía ser de ninguna otra forma cuando se cuenta una historia ambientada en la que, según Marca, es la peor ciudad para vivir, Gotham.
El piloto ha sido un capítulo puramente introductorio, en el que Batwoman ha puesto sus cartas sobre la mesa respecto de la clase de serie que busca ser. Promete ser un viaje repleto de acción y croqueteo que no pienso perderme y que seguro que le gustará a las fans del Arrowverso.
Satisfyer. Suena a placer garantizado, ¿verdad? Hagamos un repaso: he probado el Satisfyer más famoso: el Pro 2. También el Pro 2 Vibration, incluso el Pro 3 Vibration. Vale que yo estoy a nada de sacarme el cursito, pero la empresa alemana parece que vaya a seguir los pasos de iPhone con sus modelos consecutivos. Antes de llegar a ese punto van y nos sorprenden con una colección muy selecta: los Satisfyer Luxury.
Tiene tres productos, de los cuales dos de ellos son idénticos salvo por los colores. Hoy empezaré hablándote del que más llamó mi atención cuando lo saqué de la caja: High Fashion. Ya en la foto se puede ver que no es un Satisfyer como cualquier otro… para nada. De hecho, jamás había visto un juguete de aluminio pulido, que es el material que lo recubre.
Es sumamente precioso y desprende lujo y exclusividad desde el ángulo por el que lo mires. Una ventaja de este material es que es resistente a golpes y rayas, por no hablar de que el tacto es más especial que el de la habitual silicona.
Digamos que, en cuanto a funciones, High Fashion tiene una forma parecida al Pro 2 Vibration, pero incorpora las mejoras de Pro 3 Vibration. Aun así, ha mejorado mucho su ergonomía para que puedas usarlo de forma más cómoda porque se adapta superbién a la mano. Con respecto al manejo, al igual que el Pro 2 y el Pro 3 tiene la interfaz de tres botones que te permite utilizar vibración y succión a la vez o por separado.
Esto es un plus, porque puedes usar solo la succión o, si buscas estimular un poco más, añadir la vibración. Personalmente, yo no usaría la vibración en solitario, porque me da la sensación de que en los succionadores esa función se dispersa. No la noto cerca del cabezal, pero además, al tratarse de un juguete de succión, lo que vibra es alrededor del clítoris, no sobre él que es lo que interesa. En pocas palabras: si lo que buscas es un vibrador como tal hazte con otro: los succionadores con vibración son para succionar, con el añadido de la vibración.
Tiene 11 programas distintos, cuya intensidad puedes ir subiendo o bajando. Me ha sorprendido descubrir la potencia, ni siquiera he pasado del segundo o tercer programa. Desde luego, no es un juguete que no vaya a hacerte sentir nada. En el peor de los casos, puede sobreestimularte, aunque si te ocurre te recomiendo que utilices la vibración, que es más ligera.
Es más silencioso, eso sí, gracias a su modo susurro. No tanto como un susurro, pero ha mejorado mucho con respecto a los primeros succionadores que parecían un avión en pleno despegue.
Como no podía ser de otro modo, es totalmente estanco. Es decir, que puedes utilizarlo en la bañera, en el spa o en el medio acuático que más te guste. Para cargarlo te bastará con el cargador inalámbrico que viene en la caja. Podrás usarlo unos setenta minutos más o menos. ¿Cuántas veces puedes alcanzar el orgasmo en ese tiempo?
Otra diferencia importante con respecto a los modelos anteriores y que a mí me ha cautivado absolutamente: el cabezal. Está hecho de silicona médica líquida, un material mucho más suave y flexible, no tan basto como en los otros Satisfyer. En la foto podrás verlo mejor:
El packaging de High Fashion está mucho más cuidado que el de los otros Satisfyer. Se nota que es un producto de gama alta y que tienen en cuenta hasta el más mínimo detalle. Además de la cajita negra y elegante con esa textura que imita la piel, va bien colocado en unos soportes de espuma y trae una bolsita de satén para que puedas guardarlo y transportarlo.
Solo me queda hablar del precio. Como es evidente, hay una diferencia considerable entre la gama normal de Satisfyer y la Luxury. A mi parecer, la diferencia lo vale, porque hay mejoras en todos los ámbitos, desde el diseño hasta el packaging, pasando por el ruido del motor o el cabezal. Creo que es un juguete ideal para aquellas personas amantes de Satisfyer que quieran dar un paso más con esta apuesta más lujosa y más bonita. Por lo menos, yo me he sentido como una reina mientras lo usaba, solo me faltaba la copita de champán y una bañera un poco más grande.
Ten orgasmos de primera clase con High Fashion AQUÍ.