En 2015 fue Catwoman la que salió del armario como bisexual. Meses después, fueron Harley Quinn y Poison Ivy. La última, y sobre quien mucho se había especulado sobre si sí o si no, ha sido Wonder Woman.
Hace un par de días así lo ha reconocido Greg Rucka en una entrevista con Comicosity. Greg Rucka y Nicola Scott han sido los encargados de Año uno, el Rebirth de Wonder Woman, un proyecto de más de diez años de gestación, que va en su segundo número y donde se hacen varias alusiones a las relaciones entre las amazonas que pueblan la el paraíso que es la Isla de Temiscira.
Cuando a Rucka le preguntan sobre ese tipo de relaciones, se muestra sorprendido, creyendo que había quedado bastante claro, precisamente en este segundo número, el carácter de las mismas. Para él, las relaciones que las mujeres de Temiscira mantienen entre ellas son obvias y no tendría sentido alguno decir lo contrario. Por lo tanto, Wonder Woman como habitante de la isla, sería partícipe de ellas.
¿Estamos diciendo que Diana ha estado enamorada y mantenido relaciones con otras mujeres? Tal y como lo vemos Nicola y yo, la respuesta es obviamente sí.
Reconoce a Temiscira como una sociedad queer, donde sólo hay una género y, por ende, donde no existe un heteropatriarcado. Tampoco las etiquetas, por innecesarias. En ningún diálogo nadie reconoce ser lesbiana, bisexual o queer. Rucka busca mostrar la vida de sus personajes, lo que hacen y cómo se comportan con la mayor naturalidad posible, entiende que son declaraciones que nada aportan a la historia que quiere contar y prescinde de ellas.