La organización PFLAG (Padres, familias y amigos de lesbianas y gays) de Toronto acaba de lanzar su nueva campaña #WhatMatters y, para hacerse ver y oír, han llenado los institutos del distrito de Toronto con estos pósters.
De primeras, en ellos solo se pueden leer las palabras lesbiana, gay, bisexual, trans, hetero, queer y genderqueer sobre los colores del arcoiris. Pero la cosa tiene truco. Si les sacas una foto con flash usando el móvil, lo que es casi un acto reflejo en estos tiempos que corren, se puede leer compañera lesbiana, compañero de equipo gay, colega bisexual, amigo trans, aliado hetero, simpatizante queer, BFF genderqueer.
Anne Creighton, la presidente de PFLAG Toronto ha dicho, “Nuestra misión es conseguir que los estudiantes hablen de estos temas y, lo innovador de los pósters y lo fácil que resulta compartirlos, encaja perfectamente con eso”
“Queríamos enviar un mensaje positivo a los estudiantes, uno que dijese que somos más que nuestra identidad de género o nuestra orientación sexual.
Con esta campaña, PFLAG quiere concienciar a los estudiantes e intentar hacerles ver las cosas desde un punto de vista diferente cuando se trata de sus compañeros LGTBQ y que vayan más allá de las meras etiquetas. Ole por PFLAG.
En Japón, el símbolo “仁” tiene un significado muy profundo. “仁” significa “un sentimiento de afecto profundo, o cuidado, por otro” La parte izquierda del símbolo “仁” está compuesta por “イ” y significa “humano” o “persona” La parte derecha “二” es el número dos, y combinado con la otra parte, “仁” significa el afecto y el cuidado que existe entre dos personas. En algunas circunstancias este símbolo tambi´ñen se puede pronunciar “hito”, lo que es un homónimo de “一”, el número uno. Esto se interpreta como que el lazo de dos personas hace que se conviertan en uno. Que dos personas que se aman pueden formar un vínculo que no puede ser cortado por nada, un lazo que los hace uno, y este es el espíritu que Equal Wedding Japan quiere proporcionar.
Japón es uno de los países del mundo que todavía no celebra matrimonios igualitarios. Solamente el distrito de Shibuya reconoce este derecho para todos los ciudadanos. Pero una empresa llamada Equal Wedding Japan se ha propuesto hacer campaña (y ganarse un dinerito en el camino) por la igualdad de derechos. Así, cualquier pareja puede celebrar una ceremonia en el país del sol naciente en cualquiera de las cuatro versiones que la empresa tiene disponibles: Noh, Machiya, Samurai, y la boda tradicional japonesa.
1 de 5
Así que ya sabes: si eres una enamorada de lo oriental y de tu novia, esta puede ser una buena opción para sellar tu unión con ella y, de paso, hacer presión para que el gobierno japonés legisle de una vez, que ya va siendo hora. Podéis encontrar más información en su web.
Cuando Carol de Patricia Highsmith se publicó, rompió el molde en el que se habían creado hasta el momento las novelas lésbicas. Más de medio siglo después, con una tasa de mortalidad ya bastante más baja en el gremio, aunque todavía con mucha tragedia griega en la isla de Lesbos, sigue estando en lo más alto de la literatura LGTB.
Con Carol, por primera vez en un libro, se representaba una relación amorosa entre dos mujeres con total naturalidad, sin connotaciones negativas ni enajenaciones mentales ni ninguna otra clase de perturbación de por medio que las castigase por haberse alejado del buen camino de la heterosexualidad. Carol y Therese son dos mujeres normales y corrientes que, además, tienen el honor de ser las primeras croquetas literarias que llegan al final de la historia con sus funciones cardiorrespiratorias y encefálicas intactas, en otras palabras, tienen un final feliz. Doblete.
Carol nunca fue como los demás libros, siempre destacó y seguirá haciéndolo. Parte de su magia está en la sencillez y universalidad de la historia y la otra, en ese algo tan especial que tienen los mejores libros y que resulta imposible de explicar. Dos personas se encuentran por casualidad y se van conociendo, la una a la otra y a sí mismas. Ya está. Ni más, ni menos. Cualquier persona podría identificarse con ellas con independencia del lado de la acera desde la que lo estén leyendo y, si no lo hacen, decidles de mi parte que es que están muertos por dentro. Pero que muy muertos, oye.
Lo que sentía por carol era casi amor, pero carol era una mujer. no es que fuera una locura, es que era felicidad.
Todo ello aderezado con el suspense marca de la casa de la Highsmith quien, cuando ideó la historia, no se preocupó tanto de su contenido como de su estructura. A Patti la inspiración le vino mientras trabajaba en la sección de juguetes de unos grandes almacenes de Nueva York cuando, una mañana, una mujer alta y rubia le compra una muñeca.
Tras haber sido rechazado por el editor con el que ya había trabajado con Extraños en un tren, el libro terminaría publicándose como una novela pulp de 25 centavos en una edición cutroncia y con un diseño de portada que dan ganas de arrancarse los globos oculares, bajo el título de The price of salt y el seudónimo de Claire Morgan. Highsmith quería comprobar cómo respondían los lectores sin estar influenciados por su orientación sexual o estatus. De forma inmediata, lo petó a lo grande. Vendió más de un millón de copias, agotó la tirada, se rumorea que hasta influenció a autores como Nabokov, y se le montó un dedicado club de fans en torno a ella que le llenaron el buzón de cartas dándole las gracias por la historia y por haberle infundido esperanza en una época no conocida por ser gay-friendly precisamente.
Pese a la importancia del libro, pasó sin pena ni gloria a ojos del lector medio y de los críticos, que nunca le prestaron demasiada atención por no haber sido atribuido a ningún autor conocido durante más de 40 años hasta que Patti asumió su autoría. No sería hasta 5 años antes de su muerte que volvería a publicarse sin llegar a recibir todavía un reconocimiento directamente proporcional a su calidad. Esperemos que eso cambie con el estreno de la película y todo el mundo corra a hacerse con un ejemplar que sobar y disfrutar.
Si el año 2015 fue una gozada en cuanto a visibilidad croqueta en películas (y series, pero ese es otro asunto), este año 2016 promete ser también rico y pródigo en cine lésbico. Muchos son los títulos que podremos ver este año: algunos los llevamos esperando desde hace tiempo, y otros son nombres de última hora, pero seguramente disfrutaremos de todos por igual (o, al menos, lo intentaremos).
I love her
Basada en un cortometraje de 2013, I love her nos cuenta la historia de dos chicas que vivne en una gran ciudad, y ambas se sienten solas y perdidas. Una de ellas es una música que todos los días actúa en el mismo sitio, y es ahí, tocando, cuando conoce a la otra. Dirigida por Darya Perelay, esta historia de amor ambientada en Ucrania es una de las películas que más han llamado nuestra atención, porque además lleva cierto retraso en su estreno. Para más información puedes consultar su Facebook.
Lezbomb
De la misma directora que el divertido corto Girl night stand llega Lezbomb, una comedia multigeneracional que cuenta la historia de una chica que decide que el mejor momento para decir en casa que es lesbiana y presentar a su novia es, ni más ni menos, que la noche de Acción de Gracias. Para qué hacerlo un martes por la tarde si puedes tener un pavo en la mesa. Con un poco de suerte podremos verla antes de que termine el año. Si no, habrá que esperar a 2017. Más info en su web.
Hand grenade
Drama familiar sobre adultos queriendo ser niños y niños queriendo ser adultos. Se centra en una familia cuyos hijos, chico y chica, son homosexuales. Ella está intentando concebir el hijo de su hermano y su novio, pero mientras tanto una granada emocional caerá en sus vidas. Me encantan las sinopsis oficiales de las películas. Más información en la web de la productora.
Heartland
Esta película nos quema por dentro, porque hace mucho, mucho tiempo que la queremos ver.Heartland cuenta la historia de Lauren, que para sobrellevar la muerte de su novia vuelve al hogar familiar. Ahí conocerá a la prometida de su hermano, Carrie. Cuando un tornado amenaza al pueblo las dos descubren que, quizá, estaban buscando cosas equivocadas en lugares incorrectos. Actualmente está en postproducción, según datos de su web, pero donde de verdad podemos estar informadas de lo último es en su cuenta de Facebook.
Ava’s Impossible Things
Ava y su madre Faye están unidas por muchas cosas, principalmente su amor incondicional, su pasión por la magia y… ¡por una enfermedad hereditaria! Nada más empezar y ya hay drama. El caso es que hace tres años que Ava está cuidando de su madre, hasta que un día ésta le cuenta una cosa que hará tambalear su vida, hasta tal punto que huirá de la realidad hasta un mundo lleno de deseos olvidados. La peli tuvo un problema con la producción, pero esperamos poder disfrutar de ella en 2016.
Lizzie Borden
Esta adaptación del mito del terror norteamericano estará protagonizada por Chloe Sevigny y Kristen Stewart, y estará dirigida por Pieter Van Hess. De momento hay pocos datos, pero contamos con que el rodaje sea fácil y ligero y la podamos ver pronto.
Hollow in the land
Esperada no, esperadísima esta película independiente en la que volveremos a ver a Dianna Agron en un papel lésbico, esperamos que algo mejor que el que tuvo en Bare. Agron será Alison, una mujer lesbiana que trabaja en una fábrica, cuyo padre lleva un año en prisión acusado de asesinato, y que para terminar de dificultar su existencia deberá ir en busca de su hermano, desaparecido sin explicación.
Perder para ganar es una película chilena de la que ya te hablamos hace un tiempo, y que cuenta la historia de Antonia, una chica que no ha escondido demasiado bien una foto suya besándose con otra chica. Cuando su madre la descubre, la echa de casa, y Antonia tiene que irse a vivir con su prima María José, que tampoco es que sea super tolerante. Afortunadamente, Andrea entra en su vida, y le enseñará que la vida es otra cosa. La película, según su Facebook, está casi terminada, y casi lista para que la veamos.
Lost in time
La directora de Loving Anabelle, Katherine Brooks, estuvo todo el 2015 enfrascada en un nuevo proyecto, de nombre Confidential. Si no has tenido noticias nuevas es normal, ya que la película ha cambiado de nombre y ahora se llama Lost in time. La historia es la misma: Olivia trata de superar el tsunami de 2004, y para eso busca ayuda profesional. Su psiquiatra, james, pasará a ser algo más para ella. Está claro que a Brooks le gustan las relaciones de poder. Más información en su web.
Love is all you need
El cinco de marzo, en el Festival Cinequest, podremos por fin ver la película Love is all you need, de la que te hemos hablado en varias ocasiones. Basada en un cortometraje, el film te hace la siguiente pregunta, ¿qué pasaría si viviéramos en un mundo en el que lo habitual fueran las parejas homosexuales? Sin duda, uno de los grandes estrenos para este 2016.
El Consejo de Administración de RTVE ha dado luz verde a la renovación de la serie Seis Hermanas. El ente público parece satisfecho con los resultados de audiencia y engagement, y la ha renovado por nada más y nada menos que143 capítulos. Echando cuentas, nos sale que tenemos Seis Hermanas para, al menos, siete meses más.
Así, las fans de Aurora y Celia y del bollodrama de principios de siglo en general, están de enhorabuena. Nunca son suficientes las ficciones que incluyan un personaje lésbico, o varios, y si además las tramas son consistentes, como lo son en esta serie, es un motivo grande de alegría.
Una de las películas más recordadas de la historia del cine es Grease (Brillantina, en latinoamérica), la historia de amor adolescente protagonizada por Olivia Newton John y John Travolta en 1978. Su banda sonora permanece en el imaginario popular, porque agachils damultiplayin, y nunca es mal momento para ver de nuevo las aventuras de los T-birds y las Pinks Ladies. Anoche, la cadena estadounidense Fox hizo un revival de la historia en riguroso directo, y fue todo un éxito. Lo podéis ver en este enlace.
Los protagonistas fueron Julianne Hough y Aaron Tveit en los papeles principales de Sandy y Danny, pero el resto del elenco no desmereció en absoluto: Vanessa Hudgens (cuyo padre había fallecido la noche anterior, y a quien estuvo dedicado el show), Carly Rae Jepsen, Keke Palmer o Carlos Pena completaron el reparto, en un programa que cosechó éxitos y buena audiencia.
Como de casi todas las cosas del mundo, hay aspectos de Grease que nos gustan, que nos chiflan, y otras que, en fin, menos que cero.
A favor
Rizzo
Rizzo, interpretada por Stockard Channing, es la líder de las Pink Ladies, las chicas más molonas del instituto. Va de dura, pero en realidad sufre como nadie, y le importa un bledo su reputación porque ella lo que quiere es pasárselo bien. Es el contrapunto perfecto para Sandy, la protagonista, que es un poco mojigata, un poco pesada, y un poco cortarrollos. Nos hubiera encantado que este personaje hubiese tenido un spin off. Además, tiene la mejor canción de la película, There are worse thingsi could do, una balada en soledad en donde termina por ganarse nuestro corazón con este lamento sobre su relación con Kenickie. Vanessa Hudgens hizo ayer noche una versión más que digna, pero nos quedamos definitivamente con la original.
Las canciones de la banda sonora
Hay vida más allá de Summer nights y Grease lighting. Lo prometemos. De hecho, pese a que esas canciones han envejecido muy pero que muy bien, la sobreexposición de las mismas ha resultado en aborrecimiento total. Sin embargo, el resto de temas de la banda sonora, desde este Beauty School Drop-out de Frankie Avalon, pasando por Hopelessly devoted to you, e incluso los temas que no son originales de la película, como Hound dog o Tears on my pillow, son los que mejor captan la esencia de los cincuenta.
La estética
Pese a estar rodada en 1978, Grease hace un Regreso al futuro y nos muestra las bondades de los años cincuenta. O, al menos, nos vende la imagen de los mismos que todas tenemos en el cerebro. Zapatilla mucha gafa de sol, y kilos de ungüentos capilares para ellos y falditas de vuelo, pañuelo al cuello y ánimo de posguerra para ellas. Yo, compro.
Película de instituto (con baile incluído)
Además de ser una ventana a los cincuenta, forma parte de un género que fascina y repele a partes iguales, el de películas de instituto. Problemas como que el chico de la clase no te lleva al baile, o el encajar en la sociedad adolescente cuando eres la alumna nueva son las máximas preocupaciones. Así da gusto. Grease incluye, además, un elemento nuevo: no sólo hay que molarlo todo en clase, sino que hay que ganar la carrera de coches con la banda rival. Los macarras son un elemento atemporal, ya lo véis.
Cha Cha DiGregorio
Si Rizzo mola, la rival de Rizzo tenía que hacerlo mucho más. Annette Charles dio vida a la más desvergonzada del norte de California, la lagarta que quería robar a Kenickie de los brazos de Rizzo y, de paso, a todo chico que se le pusiera por delante. Cada aparición suya es una joya (y, además, se llevó el premio de baile del Ridley).
Amigos para siempre
Al final, lo importante de Grease es que, pese a todos los piques, el reírse del otro, y demás historias de adolescentes, lo que queda es que son amigos, y lo serán para siempre. Más que una película de amor, es una película de amistad. Y es que los años del instituto son oro.
En contra
Los protagonistas
Danny Zucko es el protagonista con menos carisma de la historia del cine. Un chaval que sí, es guapo, pero se lo tiene mucho más creído de lo que debería. Además, tarda cinco minutos en alardear de todo lo que ha hecho con su amor de verano, ese que nunca iba a olvidar. Danny, no molas nada. Por otra parte, Sandy da la sensación durante toda la película (excepto los últimos cinco minutos, cuando lo entiende TODO) de que se ha caído del equivalente australiano del guindo, y no logra entender por qué motivo Danny, el sensible Danny, la trata así. Pues porque ya no estás en Australia anymore, Sandy.
La relación de los protagonistas
Esta película es LO PEOR en ese sentido. Danny se enamoró de Sandy en las vacaciones de verano, cuando no tenía a nadie más, en un país extraño. Pero una vez que está rodeado de sus amigotes, la virginal chica no le es suficiente. Porque, claro, él es un machote y todas esas cosas. MAL. Por otra parte, Sandy, en un episodio de ceguera a tener en cuenta, decide cambiar aspecto y personalidad (o sea, cardarse el pelo, enfundarse un mono asfixiante y FUMAR) para conquistarlo. Lo peor de todo es que funciona.
Expediente X es una piedra angular de la televisión. Estrenada en 1993, cuando el formato de serie era mucho más rígido que en la actualidad, la historia de Mulder y Scully trascendió a la cultura popular, y se convirtió en un referente claro para algo que no dejaríamos de ver desde entonces: la tensión sexual no resuelta. Antes, los protagonistas se enamoraban (o no se enamoraban), pero no tenían esa química, esa tensión, esa relación dependiente entre ellos, eso que nos hacía estar pendientes de todos sus movimientos. Además, la ciencia ficción dejaba de ser algo para frikies y salía del armario como algo poliédrico y fácilmente disfrutable por todos. Así era Expediente X, y así es en la actualidad, gracias a la miniserie que nos ha regalado el creador, Chris Carter, en este 2016.
Gillian Anderson conoció la fama en los noventa gracias a esta serie, pero cuando finalizó en 2002 la actriz de Chicago pasó a un segundo plano en el escaparate internacional. ¿Falta de trabajo? Quizá al principio, pero luego supo ser cuidadosa a la hora de elegir papeles complejos y que, más que un sueldo astronómico, le daban algo mas importante en la carrera de fondo de las actrices, le daba prestigio.
En los últimos años la hemos visto como la mítica Blanche DuBois en la versión teatral de Un tranvía llamado deseo, la hemos podido disfrutar como Bedelia Du Maurier, la psiquiatra del psiquiatra más desquiciado de la historia en Hannibal, y como la decidida y concienzuda Stella Gibson, la detective de The fall, esa serie que, sea cual sea tu orientación sexual, Jamie Dorman y Gillian Anderson hará tambalear sus cimientos. Gillian está mejor que nunca, y así lo declara en una entrevista a interviewmagazine.com, en donde habla del pasado, del presente, y del futuro, y en la que nos cuenta con qué papel se ha sentido más identificada y mejor.
Stella, a quien interpreto en The Fall, es un personaje del que me siento muy, muy cerca. Disfruto de verdad interpretándolo. Y Blanche [DuBois]. Creo que esas dos mujeres han sido mis favoritas. Cuando hice de Lily [Bart, de La casa de la alegría], yo era muy joven y era la primera vez que un director estaba tomando un riesgo conmigo. Yo estaba muy nerviosa por eso, por confiar en que podía hacerlo, por confiar en él. No fue un rodaje fácil. Mi incomodidad conmigo misma, creo que está presente en la pantalla, pero ironicamente creo que añade algo.
La entrevista no tiene desperdicio, y si tenéis curiosidad por leerla, podéis hacerlo aquí.
El mundo de la televisión es apasionante, y no solamente cuando disfrutamos del producto final, sino meses antes ya cuando empezamos a apreciar movimientos anticipando lo que vamos a ver en nuestras pantallas. Estos días las cadenas están cerrando los nuevos proyectos para la temporada 2016-2017, y la cadena que nos ocupa, ABC, ha encargado ni más ni menos que 23 pilotos entre comedia y drama, de los cuales se quedará definitivamente cinco dramas y cinco comedias. La competición está reñida, porque en la lista hay proyectos de Shonda Rhimes, Liz Friedman o Andrew Reich, quien fue productor de Friends.
Entre toda la lista de posibles candidatas a encabezar las noches de la cadena durante el año que viene, hay un proyecto, que todavía no tiene título, presentado por Ed Weeks (The Mindy Project) y Hannah Mackay, y que será una comedia single camera que nos contará la historia de una mujer lesbiana que no pide perdón a nadie y de su mejor amigo, un chico hetero bastante neurótico. Los dos tendrán que buscar a su media naranja mientras lidian con su relación co-dependiente.
Veremos cómo evoluciona el proyecto, y de verdad, de verdad, esperamos que tenga mejor suerte si es escogida que la comedia de Ellen DeGeneres One big happy, esa ficción en la que pusimos nuestras esperanzas y resulto ser una castaña de tamaño natural.
Teníamos muchas esperanzas puestas en los SAG Awards, los premios que otorga desde 1995 el Sindicato de Actores de Estados Unidos. Los actores y actrices afiliados a la organización eran los encargados de darnos una alegría y conceder a Cate Blanchett y a Rooney Mara los premios a mejor actriz protagonista y de reparto por sus interpretaciones en Carol, pero los actores y actrices han sido, al final, los encargados de darnos otro disgusto: Cate y Rooney se han vuelto a quedar con las manos vacías, en una de las últimas citas de los premios del cine antes de llegar a la meta final de los Óscar de 2016.
Brie Larson, como ya ocurrió en los Globos de Oro, ha pasado por encima de Cate Blanchett y se ha hecho con la estatuilla de mejor actriz protagonista por su papel en Room. En la categoría de mejor actriz de reparto, donde competía Rooney Mara, los afiliados al Sindicato de Actores han elegido como mejor intérprete a Alicia Vikander por su trabajo en La chica danesa. Pero aunque los SAG Awards han dejado un sabor amargo en sus premios dedicados al cine, en el apartado de televisión nos hemos llevado más de una alegría: Jeffrey Tambor fue reconocido con el Premio a mejor actor en comedia, y Queen Latifah consiguió el de mejor actriz en un filme televisivo por dar vida a la cantante de blues Bessie Smith en Bessie.
El reparto de Orange is the New Black se impuso a las veteranas Modern Family y The Big Bang Theory y consiguió el Premio del Sindicato al mejor elenco en comedia, y Uzo Aduba, aka “Crazy Eyes”, ha ganado la estatuilla de mejor actriz en su categoría. La encargada de recoger el galardón al mejor elenco, rodeada de algunas de sus compis, fue nada más y nada menos que una guapísima Laura Prepon, que aprovechó su discurso para mandar un sutil recadito para los señores de la Academia y las polémicas sobre la poca diversidad de los Óscar:
Mirad a este escenario. Quiero decir, a esto es a lo que nos referimos cuando hablamos de diversidad: diferentes razas, colores, credos y orientaciones sexuales.