Porque este tercer episodio de la tercera temporada nos ha tenido la semana aguantándonos las ganas de salir al balcón a gritar (¿Qué? ¿Que no os ha pasado lo mismo? Pues menudas Oncers estáis hechas) que mejor que reunirnos junto al (imaginario) fuego y hablar más a fondo de él.
Y es que aunque veníamos predispuestas a fijarnos en Mulán y su pelo maravilloso y su armadura maravillosa, la verdad es que el episodio en sí es un resumen general del subtexto a carretadas que campa a sus anchas por esta serie y nunca está de más regodearnos en él.
Ya sabíamos que Emma parecía una butch en formación, pero con estos modelitos que nos lleva hasta nuestra amiga más hetero y empanada tiene un gaydar que está dando bocinazos.
Pero no nos detengamos sólo a juzgar la vestimenta de la protagonista más lesbiana que se haya calzado una serie en el último año o como puede Regina andar por la selva con botines y americana. Centrémonos en las cosas importantes, por favor.
A lo mejor Regina sólo quiere desviar la atención con lo de Campanilla o a lo mejor es que se ha vuelto adicta a eso de “hacer magia” con Emma. Nosotras la entendemos muy bien: Una vez haces pop ya no hay stop. Claro que a lo mejor podríamos pensar un poquito menos mal si no la apartara del grupo para decírselo o no dejara de mirarle la personalidad en vez de a los ojos. Luego dirán que está todo en los ojos del shipper.
“¿Y crees que es el mejor plan porque a tu novio se le ha ocurrido?”“¿Novio? ¿Hook? ¿Cuál es tu problema?”
Mientras tanto Mulán recibe lecciones amorosas de Neal y aquí, la que todavía no ha caído en la trampa de los spoilers, a lo mejor empieza a pensar “No empecemos otra vez con Phillip”.
Pero ah… AH, que gran momento cuando Robin Hood le pide que se una a su banda y ella le pide tiempo. “Un ser amado” pregunta él y ella responde “Ya veremos”. De lo poco que sabemos de narrativa cinematográfica, que la siguiente escena sea Aurora regando las flores deja poco a la imaginación.
Básicamente estamos así cuando vemos a quien se refiere.
Y acabamos así cuando nos damos cuenta de que Aurora está embarazada y con un cuelgue de lo más heterosexual con Phillip.
Que drama, que dolor, que sentimientos más encontrados. Nos encanta que Disney por fin haya apostado por el colectivo con más seguidores que tiene, pero que nos haya dado un amor no correspondido nos rompe el corazón. ¿Le darán a Mulán otro interés amoroso? ¿Será esto un simple guiño para no volver a tocar el tema nunca más? Ya tenemos pocas escenas de una y de otra, esto parecen cuatro gotas en medio del desierto.
Muchas de las que emparejan el Swan Queen se han tomado mal la bisexualidad de Mulán. Al fin y al cabo, si nos dan un ligero atisbo de LGBT en una dirección, significa que su esperadísima pareja no va a hacerse realidad de ninguna de las maneras. Sentimos romperos la burbuja: Aunque estamos dando grandes pasos en cuanto a visibilidad, lo de Emma y Regina no va a pasar, ni con Mulán ni sin ella. Nos encantaría, claro, menos subtexto y tensión sexual no resuelta y más besos en pantalla, pero es un sueño. Así que, de momento, habrá que conformarse que un personaje tan molón como Mulán esté enamorada de una mujer.
Pero vamos, que si no os gusta ni el Swan Queen ni el Sleeping Warrior, en este episodio no hay que desfallecer: Con un par de flashbacks ya tenemos una nueva pareja en escena.
Queridos creadores de OUaT, dejad de ponernos los dientes largos. Nuestro corazón de fangirls no va poder soportar muchas más féminas haciéndose ojitos.
Y a ti, ¿Te ha gustado este 3×03? ¿Te reconcilia con una serie que ya estaba de capa caída? ¿Quieres que Aurora críe a su hijo con Mulán y sean felices para siempre, o prefieres centrar esas esperanzas en Emma y Regina?
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