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‘The Miseducation of Cameron Post’ triunfa en Sundance

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The Miseducation of Cameron Post, la adaptación al cine de Desiree Akhavan de la novela de Emily M. Danforth de 2012, ha triunfado en el Festival de Sundance de 2018, donde ha conseguido el Gran Premio del Jurado de la sección de ficción. Con Chloë Grace Moretz a la cabeza del reparto, The Miseducation of Cameron Post cuenta la historia de una joven adolescente llamada Cameron Post.

Son los años 90, y todo se tuerce cuando pillan a Cameron teniendo sexo con la reina del baile del instituto. Sus conservadores tíos, que son sus tutores legales, la envían entonces a un centro de terapias de reorientación para homosexuales, una realidad todavía muy actual en Estados Unidos.

The Miseducation of Cameron Post se ha llevado uno de los mayores reconocimientos del festival de cine independiente más importante del mundo. No tenemos constancia todavía de que alguna distribuidora española se haya hecho con sus derechos para exhibirla en España, pero esperemos que llegue -y pronto- de una forma u otra a nuestro país, aunque sea pasando primero por los festivales de cine LGTB nacionales.

Vía: El cine de lo que yo te diga

Primeras imágenes de ‘Station 19’, el spin-off bomberil de ‘Anatomía de Grey’

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De la mano de Shonda Rhimes, y con Ellen Pompeo (Que tras su entrevista a The Hollywood Reporter se ha desvelado como algo más que ‘la actriz que hace de Meredith Grey’) como productora ejecutiva, llegará en marzo a nuestras pantallas un proyecto que se ha llevado con un secretismo brutal, pero del que finalmente vamos viendo pinceladas. Hablo del spin-off de Anatomía de Grey basado en los bomberos de Seattle: Station 19.

La serie tendrá a Ben Warren, el marido de Miranda Bailey, como pivote entre las dos ficciones, y es de suponer que veremos con cierta frecuencia a los personajes de una en la otra, lo que en la práctica supone ampliar el universo del Grey Sloan Memorial Marta Sánchez Adolfo Suárez Barajas.

Este mismo jueves, dentro de la emisión de la serie madre, veremos a loe nuevos personajes, aunque habrá que esperar hasta el 22 de marzo para disfrutar de un episodio entero, que en su premiere será de dos horas. Jaina Lee Ortiz (Rosewood), Grey Damon (Friday Night Lights); Miguel Sandoval (Bad Judge); Okieriete Onaodowan (Hamilton); Danielle Savre (Too Close to Home); Jay Hayden (The Catch); Barrett Doss (Iron Fist); y Alberto Frezza (Dead of Summer) serán los personajes principales del parque de bomberos. 

Nada nos gustaría más que ver a una croqueta enfundarse el traje de intervención. Desde que Leslie Shay nos abandonara en Chicago Fire soñamos con este momento, pero yo ahora subo la apuesta: ¿Qué tal si alguna bombera fuera el nuevo amor de la cirujana pediátrica Arizona Robbins? Ahí lo dejo. 

Vía: La vanguardia

‘El color púrpura’, porque en tu biblioteca no puede faltar este clásico

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¿Andas buscando algo nuevo para leer? ¿Una novela un poco diferente, premiada, dura… tal vez un clásico?

Pues a lo mejor la obra más famosa de Alice Walker puede ser tu próxima víctima… (y hablo de víctima literaria, que para las otras ya está inventado el Tinder).

Publicada en 1982 (ya te he advertido que era una novela “viejuna”), El Color Púrpura es la historia de dos hermanas de raza negra ambientada en la América del Sur del período de entreguerras. Como imaginarás, no es este un momento fácil para las mujeres, menos todavía para las que son de color. Nettie y Celie viven en un entorno devastador en el que la sociedad y sus propias familias parecen dispuestas a romperles la vida en pedazos. Pero en una comunidad donde no hay lugar para la esperanza, las dos hermanas irán soldando los trocitos de su alma y reconstruyéndose con ayuda del tiempo.

El Color Púrpura es una novela sobrecogedora, cruel, real, cargada de emotividad, amor, pasión, valentía, injusticias, incesto y sí… también croquetas.

Yo sé lo que es una necesidad y a este punto queríamos llegar.

A lo largo de distintas décadas, la autora nos va desglosando la intensa vida de dos hermanas que se ven forzadas a separarse. Celie, la protagonista, vive en el sur de Estados Unidos casada con un hombre al que aborrece y martirizada por la vergüenza de haber sido violada por quien cree que es su padre. Durante toda la novela mantiene vivo el recuerdo de su hermana Nettie y la esperanza de reencontrarse algún día con ella, y vuelca todos sus sentimientos en unas cartas que sacuden al lector por la dureza de su contenido.

La dramática existencia de una apocada y silenciada Celie cambiará de repente cuando entra en su vida la amante de su marido, una extraordinaria mujer llamada Shug Avery que a mí me recuerda, no sé por qué, a una versión beta de Whitney Houston.

Cantante de soul, sexy, guapa, liberal, glamurosa… Shug es justo lo opuesto a Celie, que desde el principio se muestra fascinada por la presencia de esta apasionante mujer en su vida. A partir de ese momento, las dos mujeres desarrollarán una intensa amistad que ayudará a Celie a reconstruirse como persona, a construir su autoestima y a plantarle cara a todas las injusticias que han marcado su vida. Poco a poco Celie irá descubriendo el poder de su propio yo, de luchar por lo que quiere, de ser ella misma y, así, acabará liberándose de su crudo pasado para reunirse con aquellos a los que realmente ama.

Hay muchos motivos para animarse a leer esta novela. Para empezar, le valió a su autora un Premio Pulitzer en 1983, convirtiéndose así en la primera mujer afroamericana en conseguir este galardón. Otro motivo es que Steven Spielberg la adaptó al cine dos años después, en 1985, y en el papel protagonista tenemos a una INMENSA Whoopi Goldberg que si no recuerdo mal se llevó un Oscar por su interpretación de Celie. En resumidas cuentas: si los libros no son lo tuyo y te da pereza leerlos, siempre puedes lanzarte directamente a buscar la película. Además, su banda sonora también es buenísima. Mira, un dos por uno, eso que te llevas.

Cosas a saber antes de decidirte a abordar esta historia:

-Es una novela epistolar, lo cual significa que está vertebrada a través de las cartas que el personaje principal va escribiendo

-No es una lectura fácil. Diría incluso que tiene gran crudeza, aunque es un gran cuadro de la América de entreguerras y la dificultad que experimentaron las mujeres para hacerse oír en aquella época

-El croquetismo está presente pero es leve. No te zambullas en este libro con la errónea idea de encontrar en él una historia erótica de tórridas escenas bajo, sobre o entre las sábanas, porque no hay (casi) nada de esto. Pero si ese “casi” ha picado tu curiosidad, espero que sea motivo suficiente para que te animes a leerla

-Encontrarás, eso sí, una gran ternura que te hará empatizar con los personajes y misteriosamente tener esperanza por ellos, sabiendo que aunque su situación actual es desesperada, el futuro quizá albergue algo mejor para ellos

-Desde mi humilde punto de vista, la novela flaquea un poco en sus compases finales. Sigue teniendo interés y la leerás hasta el final, pero sobre todo movida por la curiosidad de saber cómo es el desenlace. Advertida quedas.

El libro se va a reeditar en español en el próximo mes de abril. Puedes comprar el libro en preventa en este enlace. ¡Buena lectura!

No es un vibrador, es EL vibrador: Zumio

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Feliz año, querida. Te deseo un 2018 lleno de orgasmos. Hoy retomamos Los secretos de Thais con una reseña que te hará replantearte la masturbación como la conocías. A mí, por lo menos, me ha desmontado el ritual de darme amor de arriba abajo.

Me encantan los retos. Mucho. Así que cuando me llegó este juguete erótico que prometía un orgasmo en 60 segundos solté una carcajada. ¿Te imaginas tener un orgasmo en un minuto? Qué bueno. Antes de nada, échale un vistazo, míralo. Se llama Zumio:

Lo que sí le dio puntos antes de atreverme a probarlo fue leer que estaba diseñado por y para mujeres, como debería ocurrir con todos los juguetes eróticos para mujeres. Aun así, con un poco de desconfianza lo probé y pensé: “qué cosa más rara”. Fue raro porque estaba acostumbrada a estimularme el clítoris y los labios menores al mismo tiempo, no a vibraciones tan concentradas en un punto tan específico… pero no estuvo mal. Se llama SpiroPunta, y es superprecisa.

Luego me dormí una pequeña siesta (ya he dicho alguna vez que los orgasmos me dan sueño) y tuve uno de esos sueños húmedos que no recuerdas, pero hacen que te levantes cachonda perdida. Zumio estaba ahí al lado porque lo había estado probando antes y dije: “venga, tú eres el elegido para quitarme estos calores”. Igual porque ya lo había usado, esta vez le cogí mejor el truco y lo puse justo donde tenía que estar. Vale, no fueron 60 segundos, pero en 90 como mucho tuve uno de los orgasmos masturbatorios más intensos que recuerdo. 

Pensé: WOW.

Cuando a una le pasan estas cosas es difícil seguir haciendo vida normal. Cambié de vibrador habitual, solo para ver si lo que me había pasado con Zumio había sido cosa de una vez… pero no. De hecho, una vez que intenté volver a mi vibrador habitual me pareció aburrido, menos intenso, soso. Recuerdo que pensé: “¿pero qué está pasando?”. 

Te pongo en contexto: ocho velocidades en lo que parece un lápiz, y es tan intenso que no pasas de la tercera. Un año de garantía y sumergible hasta un metro. Y puedes recargarlo en su base como si fuera un cepillo de dientes eléctrico, mira:

La base lleva un agujero para que conectes el cable típico de carga de un móvil Android (por si tienes iPhone, en la caja ya va uno). La interfaz es sencilla: un botón para encender y apagar y otros dos para subir y bajar velocidades.

También lleva su funda para guardarlo y que puedas llevártelo donde quieras. Porque da tantos orgasmos que yo no lo dejo en casa si me voy de viaje, te lo aseguro. Es pequeño, apenas pesa y es muy sencillo de guardar. Además, es de los juguetes más silenciosos que he probado recientemente. 

Yo lo he puesto en un cajón que tengo al lado de la cama. Es facilísimo encontrarlo. Es que últimamente lo uso mucho. Es cierto que, si estás acostumbrada a masajeadores pequeños, al principio no sepas cómo colocártelo, pero te aseguro que acabas acostumbrándote. El tipo de vibración de Zumio y la manera en que se propaga es distinto a lo que hayas probado hasta la fecha y creo que es imposible que te deje indiferente.

Mira, mira:

Aquí, zumbando. #sexblogger #sexbloggerlife #eroticwriter #escritoraerotica #zumio

Una publicación compartida de Thais Duthie (@thaisduthie) el Ene 28, 2018 at 6:02 PST

Lo que no me ha convencido mucho es la batería. Me ha sorprendido que, dándole el mismo uso que a mi anterior vibrador habitual, necesitara recargarse con más frecuencia. Me he informado y he descubierto en la web de Zumio que la duración de la carga depende de la velocidad a la que lo uses. Cuanta más intensidad quieras, menos durará la batería. Aun así, te durará mínimo 75 minutos y hasta un máximo de 4 horas. Lo que sí es interesante para resolver esto es que dejarlo en el centro de carga mientras no lo usas no daña la batería, así que nada más acabes de usarlo lo pones y no es necesario que lo quites hasta que vuelvas a utilizarlo. ¡Bien!

Después de estas intensas semanas de pruebas incansables, he llegado a la conclusión de que Zumio es el futuro. No es un vibrador, es el vibrador. Ese que toda persona con un clítoris debería tener. Perfecto para primerizas, expertas, para quien sea. Eso sí, veo difícil el usarlo en pareja, pero ya sabes, solo hay que echarle creatividad.

Hazte con tu Zumio AQUÍ.

De shippeos lésbicos y arqueólogas

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“I like girls. No, I like a girl. No, I love her. I love… her”.

*Comienza a sonar Glasvegas*

Naomily fue mi primer shippeo lésbico. Así salía del armario ante su hermana gemela, y ante todo el instituto, Emily, declarándose a su novia Naomi tras una pelea con Megan en mitad del baile de fin de curso en la serie inglesa “Skins”.

Fue uno de los momentos cúlmen de mi vida shippeando parejas de chicas en la ficción: vi este capítulo en directo, en la web de Channel 4, en inglés a pelo, sin subtítulos ni nada.

Era la época en que teníamos que ponernos nuestro traje de arqueólogas y buscar relaciones lésbicas en la ficción con cepillo y rasqueta, en películas extranjeras (¿quién te dijo a ti que ibas a ver cine asiático alguna vez?), series anglosajonas y cine indie.

En España habíamos tenido a Maca y Esther, y, un poco antes, a Diana en “7 vidas”. En Hulems ya hicieron una pequeña encuesta para saber cuál fue nuestra primera referencia lésbica en la ficción con resultados muy variados.

Por la época de Naomi y Emily, pululaban por entonces Pepa y Silvia en “Los hombres de Paco”, ajenas a la tragedia que se mascaba en sus vidas, y nos descargamos enteritas todas las temporadas de “The L Word”. Nuestro oído hacia los idiomas mejoró muchísimo.

Fue la época en que los ships comenzaron a tener nombres propios: las ya mencionadas Naomily, Pepsi, Bettina… ¿Cuál era el de Dana y Alice? Era mi favorito en “The L Word”.

Pero, oh, sorpresa, de las cuatro que he nombrado, tres acaban de manera catastrófica cumpliendo a rajatabla el síndrome de la lesbiana muerta.

Hoy tenemos otros shippeos que, ¡Aleluya!, acaban bien.

Flozmin (el shippeo entre Flor y Jazmín en la serie argentina “Las Estrellas” que recientemente ha llegado a su final) ha finalizado con boda y adopción de dos nenitas que son un calco de ellas.

Licantha, en la serie brasileña “Malhação” promete darnos alegrías y dramas a partes iguales (como todo amor adolescente), mientras enseñan –y aprenden– a vivir la diferencia de manera muy natural.

En España tenemos a Dianhoa, la pareja formada por Diana y Ainhoa (interpretadas por Rebeca Valls y Cristina Llorente, respectivamente), dos doctoras de “Centro Médico” en TVE (sí, esa serie que creías que sólo veían las personas mayores y los hipocondríacos). Y muy pronto empezará Nachesa, el ship policía Nacha (Silvia Sanabria) y la psicóloga Teresa (interpretada por Ceila Freijeiro) en “Servir y proteger”. Serie que, por cierto, ya tuvo su episodio de síndrome de la bisexual muerta.

Espero que tanto Dianhoa como Nachesa tengan una relación sana pese al drama que rodea sus trabajos.

Es un puntazo enorme que estas dos últimas parejas tengan su sitio en la tele pública y en horario de tarde en el que, digamos, está el público más reacio a la diversidad.

Lo hemos dicho muchas veces, pero nunca nos cansaremos de hacerlo, la representación de la diversidad es muy importante.

Así las adolescentes de hoy no tendrán que sacar el cepillo y la rasqueta para buscar historias que las representen en la ficción televisiva.

 

Eran pocos LGBTfobos, y llegó María Elósegui

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¡Extra! ¡Extra! ¡España está de enhorabuena! (gritos del público, emoción, aplausos incansables) ¿Puigdemont ha cambiado de peluquero? ¿Las Spice Girls se reúnen de nuevo? ¿El final de Los Serrano era una broma? ¡No! ¡Nada de eso! Por primera vez, una mujer española será magistrada en Estrasburgo, nada más y nada menos que en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, un puesto que ha obtenido tras la votación de sus ahora compañeros y ha ganado por 114 votos (frente a los 76 y 37 votos de sus dos rivales).

Qué alegría y qué alboroto. Qué puesto tan merecido e impor… Un momento. Si mis gafas no me engañan (nota mental: limpiarlas más a menudo) y estoy leyendo con claridad, la catedrática María Elósegui Ichaso (ojo al nombre entre conseda y directora de cine) no es solo miembro del TDEH, sino que también ha publicado varios artículos y libros de diversa índole. Muchísimos medios han dado cuenta de varias de sus afirmaciones, muchas de ellas algo curiosidas. Para sorpresa de todos, la magistrada, erudita, cosmopolita y oseasoyjueza, tiene sus propias opiniones acerca de la homosexualidad y la transexualidad.

La Cadena Ser recoge en su página web una serie de afirmaciones de sus publicaciones, tales como «quienes construyan y realicen su comportamiento sexual de acuerdo a su sexo biológico desarrollarán una conducta equilibrada y sana, y quienes se empeñen en ir contra su biología desarrollarán distintas patologías. Eso está claro». Para que lo entendamos: si eres croqueta y no quieres estar acompañada por pepinillos, te aguantas, porque, amiga, de toda la vida se han visto en el mismo plato. En resumen, y citando a la maravillosa Ana Botella, «una manzana y una pera no pueden dar dos manzanas». Aquí tenemos que parar los vítores de alegría que iniciábamos por tener a una mujer en el Tribunal Superior de los Derechos Humanos. Se me han quitado las ganas y el nivel de Defensa Croqueta se ha disparado, porque la opinión de una respetable magistrada alcanza a todos más allá de Estrasburgo y esos señoros que hablan con boquita de piñón.

Derecho, pero no mucho. 

La Vanguardia también se ha hecho eco de esta, nuestra jueza, y nos regala un maravilloso párrafo, firmado por la señora de mazo en pecho: «Para muchos, el sexo biológico y el género, es decir los roles sociales, no están relacionados, de manera que podríamos construir nuestra identidad sexual al margen o de espaldas a nuestro sexo biológico. […] Pero el que lo podamos hacer (siempre dentro de unos márgenes, ya que no podemos cambiar nuestro ADN masculino o femenino), no quiere decir que el saldo sea positivo, sino que afectará a la construcción de la personalidad.»

En otras palabras más llanas: que las niñas tienen vuelva y los niños tienen pene. Que no te engañen (¡cuánta frase célebre!). ¡Que estáis locos! Que eso de que sientas que tu cuerpo no te corresponde, que te mires al espejo y no te reconozcas, que te atraiga alguien por su personalidad y no por lo que esconda detrás de la bragueta, ¡son chuminadas, patochadas, meloneces, mimimimi!

El País ha hablado con Elósegui, que también se luce. Respondiendo a María Fabra, nos regala esta frase: «No, no creo que la homosexualidad produzca patologías. Creo que está en investigación los orígenes de la homosexualidad y hay distintas teorías. […] Las personas pueden hacer elecciones en su vida y esta es una elección más.» Espera, que me desorino. Ser homosexual es lo mismo que decidir qué zapatos te vas a poner hoy: si llevo una camisa roja, zapatos rojos y uñas color vino; si hoy he dormido menos, croqueta 24 horas.

Tal vez esto sea una broma y despertemos del sueño como Antonio Resines, pero, mientras tanto, toca defender el amor en todas sus formas, porque, como dijo el uruguayo Mario Benedetti, «el amor es una bahía linda y generosa/ que se ilumina y se oscurece/ según venga la vida».

 

‘The Handmaid’s Tale’ ficha a Cherry Jones

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Cherry Jones, actriz de películas como Ocean’s Twelve, La tormenta perfecta Señales, y ex pareja de la también intérprete Sarah Paulson, ha fichado para la segunda temporada de The Handmaid’s Tale, donde interpretará a la madre de Defred/June (Elisabeth Moss).

Un personaje importante en la novela de Margaret Atwood -o al menos, importante es el recuerdo que le tiene la bautizada en el serie de Hulu como Defred-, que en la primera temporada de The Handmaid’s Tale El cuento de la criada no había sido ni mencionada. La serie estrenará su segunda temporada a nivel mundial en abril de este año -en España, a través de HBO-, y en ella Jones interpretará a Holly, una mujer “abiertamente feminista” y una madre “crítica pero cariñosa con June”. 

A falta de imágenes de la actriz en la serie distópica, dejamos por aquí el tráiler de la segunda temporada de The Handmaid’s Tale, que nunca está de más volver a flipar con la que se nos viene encima en la aterradora república de Gilead.

 

Vía: Entertainment Weekly.

 

 

Sasha Lane habla de su bisexualidad en la promoción de ‘The Miseducation of Cameron Post’

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Cuando la fama todavía no había llamado a la puerta de Sasha Lane (Texas, 1992), en el año 2015, la joven publicaba en Twitter un mensaje en el que decía que es bisexual. Al año siguiente debutaría en el cine con American Honey, y ahora, durante la promoción de The Miseducation of Cameron Post en el Festival de Sundance, Lane ha hablado de su bisexualidad. Como apuntan en IndieWire, es la primera vez que la joven actriz ha hablado de su orientación sexual pues, eso, siendo actriz.

En esta película dirigida por Desiree Akhavan (directora de Appropriate Behaviory basada en la novela homónima de Emily M. Danforth, Lane interpreta a Jane, una adolescente internada en un campamento de conversión junto a la protagonista, Cameron Post (Chlöe Grace Moretz).

 

“Me gustaba Jane, que tiene un espíritu libre y su propia forma de pensar. Creció en una comunidad donde todos eran libres y vivían la vida de una cierta manera. Después, su madre la trasladó a una comunidad muy conservadora y que no la aceptaba. Pero esas dos comunidades eran cajas. Podía sentirme identificada por eso porque, independientemente de los libre de espíritu que soy, crecí en Texas y es como una caja”, dice Lane en las notas de prensa de The Miseducation of Cameron Post, donde añade que la historia del filme le marcó realmente porque tanto ella como su hermano son gais.

Vía: IndieWire

 

¡Elena tiene un crush! ¿Qué esperamos de la segunda temporada de ‘One Day At A Time’?

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One day at a time

Hoy ha llegado a Netflix la segunda temporada de One day at a time y nosotras no podemos esperar para verla. Tras 8435723042 rewatches de la primera, ya hemos quemado todas las referencias que podíamos hacer. Es oficial: necesitamos que los Álvarez regresen a nuestras vidas.

Pero el problema cuando la primera entrega de una serie es tan buena siempre es el mismo. ¿Estará la segunda a la altura? Esta pregunta nos mantiene en vilo 24 horas al día, 7 días a la semana (salvo pases de micros y galas de OT). Así que hemos hecho una lista de imprescindibles para esta temporada: qué esperamos y qué queremos.

  1. UNA NOVIA PARA ELENA ÁLVAREZ

Si en algo coincidimos es en que queremos ver a nuestra activista favorita dar sus primeros pasos en el terreno amoroso. Y gracias a los teasers, sabemos que es muy probable que esto suceda. Hemos visto ya a la abuela reírse del crush de su nieta y a ella contestar avergonzada que ni siquiera la conoce.

Pero aquí entran los desacuerdos: Sara cree que el primer contacto de la joven con el amor terminará mal, siendo realista, mientras que Irene quiere ver a Elena manejarse con un crush no correspondido. ¡Alegría everywhere!

  1. Penélope feliz con alguien

Sabemos que una mujer no necesita una pareja para estar realizada, y Penélope es una prueba constante. Pero no se nos va de la cabeza lo triste que parecía cuando contaba que echaba de menos dormir con alguien. Por favor, una relación sana para mamá Álvarez. Pero Víctor no, Víctor fuera.

  1. No volver a ver a Víctor

Nunca.

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  1. Lydia como profesora de salsa

O de ser una abuela icónica, nos da igual. El caso es que la mayor de los Álvarez tiene muchas cosas que enseñarnos. Así que queremos verla dando clases de lo que más le gusta, ya sea por dinero o por puro placer.

  1. Penélope estudiando enfermería

Esto es algo que sabemos seguro que sucederá. Lupita toma la decisión ya en la primera temporada de One day at a time y los teasers confirman las cosas. Nos encanta la idea de que, tras todo el trabajo duro, ella también cumpla sus sueños. ¡Vivan las madres solteras trabajadoras!

  1. Alex ganando la partida a la pubertad

Queremos ver a Alex enseñarnos que lleva el gen de su hermana y sacando su personalidad. Por ejemplo, para mandar a la mierda a su amigo el traficante wannabe. Ah, y queremos que sea el próximo “chico guay”, el nuevo Josh del instituto.

  1. Volver a ver a Elena con traje (y las Dr. Martens)

 Nos parecería un delito que no volviéramos a ver el estilazo que se marcó en los quinces.

  1. Schneider aprendiendo a hablar español

Como él mismo dice cuando está cuidando de Alex, “I’m practically cuban“. Aprendió a bailar salsa con Lydia: le queda saber hablar español y cocinar “ropa vieja”.

  1. Que vuelva Carmen. ¡Y Josh!

La segunda temporada no sería lo mismo sin la criatura de la noche más querida por Penélope (se puede dejar el pelo morado de Runaways, no hay problema). Y que hagan squad con Josh.

  1. Que vayan todos juntos al desfile del orgullo gay

Y es que, según el cartel que está haciendo Elena en uno de los teasers: “With gay power comes gay responsibility”. Y, al menos de momento, One day at a time está cumpliendo bien con ella.

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Sex symbols de los 80 y 90 que no sabías que eran croqueta

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La visibilidad de lesbianas y bisexuales en la actualidad no tiene nada, pero que nada que ver con décadas pasadas. Hace poco os preguntábamos cual fue la primera mujer LGBT que visteis en pantalla, esa que recordáis nitidamente, y las respuestas en casi todos los casos se ceñían a personajes de ficción. Pero claro, las lesbianas no surgimos de debajo de una seta en una noche de abril de 1999, antes TAMBIÉN había. Solo que, en muchos casos, no lo contaban. Y resulta que muchas de esas mujeres que veíamos en la televisión no-de-pantalla-plana de nuestros hogares familiares eran croquetas. Qué cosas.

Samantha Fox

Samantha es, con toda probabilidad, el caso más guay de los ochenta. Habitual de las portadas… subidas de tono como Playboy, u otras anglosajonas en las que aparecía en topless, sueño húmedo y oculto de muchos (y muchas) adolescentes de la época, y popular en España a finales de la década por su relación con el torero Rafi Camino, Samantha se enamoró de su manager, Myra Stratton, y contrajo matrimonio con ella. Su esposa falleció en 2015, y actualmente está saliendo con la noruega Linda Olsen.

Leanna Creel

En 1989 NBC estrenaba una serie adolescente que se convertiría en todo un bombazo, y que fue la catapulta para muchos actores y actrices que todavía hoy seguimos viendo actuar: Salvados por la campana.

Elizabeth Berkley, Mario Lopez, Tiffany Thiessen Mark-Paul Goselaar son algunos ejemplos. Pero, por supuesto, Leanna Creel, quien dio vida a Tori Scott, la chica guay, novia de Zack Morris y que con su cazadora de cuero perpetua conquistó más de un corazón. 

Rinat Greenberg es la esposa de Leanna. La pareja, que tuvo una ceremonia de compromiso en 2004 y una boda en 2008, son madres de dos hijos, Levi, de 9 y Milo, de 5.

Sophie Ward

Puede que Sophie Ward no sea super super conocida en España y Latinoamerica, pero en Reino Unido es famosa desde antes de nacer, porque es hija del actor Simon Ward. Comenzó su carrera como modelo infantil a los diez años, e hizo algunos pinitos en el cine y la televisión. Pero si por algo es ultra conocida, y ultra adorada, es por su aparición en el videoclip de una de las canciones más maravillosas de Roxy Music (voy a dejar de escribir en este instante para ponerla en Spotify) (Ya está). Hablo de Avalon.

Realmente todo este artículo es sólo una excusa para hablar de Sophie. Vogue la consideró “El rostro de los 80”, y cuando salió del armario en 1996, algo que contó porque se enamoró de su actual esposa, Rena Brannan, causó conmoción en Reino Unido. Cosas de la vida, el año anterior había actuado en un telefilme llamado A village affair, en donde el affair era que su personaje dejaba a su marido por otra mujer. 

Sophie ha hablado varias veces en la prensa de cómo fue para ella salir del armario con tanta presión mediática, de su matrimonio con Rena, y de cómo cría a sus hijos entre dos hogares, siendo uno de ellos homoparental. En la actualidad sigue actuando, aunque de manera muy esporádica.

Iyari Limon

La conociste en Buffy, haciendo de Kennedy, y te colgaste de ella porque no había otra opción. A Tara también le pasó, no te preocupes. Iyari Limón apareció en nuestras vidas igual que desapareció, de repente, y mientras tanto la pudimos ver con su novia de la época, Sandra Edge, relación de la que, al parecer, sólo existe en internet un testimonio en forma de foto muy pequeñita. Pero te juramos que esto sucedió de verdad.

Foto pequeñita de Iyari y su novia. 

Kelly McGillis

Si conoces a alguien que haya querido ser piloto, seguro, SEGURO, que Top Gun ha influído en su vida de manera fuerte, en plan que puede recitarte diálogos enteros de la película. Entonces, todos los chicos querían ser Tom Cruise, y algunas también querían serlo cuando concieron a Kelly McGillis. Qué guapa, qué barbaridad.

En 2009, Kelly contó que era lesbiana, y al año siguiente se casó con Melanie Leis, de la que se separó en 2012. Hizo pública su orientación sexual porque toda su vida había estado perseguida por rumores (hay una historia recogida en el libro Sing Out que dice que mantuvo una relación con Madonna), y estaba ya un poco harta. Actualmente es actriz de teatro. Y sí, te suena de The L word.