La nueva revisión de Disney sobre el cuento de La Bella Durmiente, enfocado desde el punto de vista de Maléfica, la más mala entre las malas, sigue su producción sin problemas en el horizonte, y ya podemos ver un minuto y medio de cómo será el resultado final. Os aviso: mola mucho.
http://www.youtube.com/watch?v=NG5786fjozY
¿Y bien? ¿Qué os parece? Yo creo que están haciendo un buen trabajo recreando la atmósfera de los cuentos de Disney. Angelina da todo el miedo que tiene que dar, y aparte un poso de pena y lástima que me parece que va a darle a la historia un twist que nos va a sorprender. El resultado final, en julio.
Siempre es buena noticia que se haga otra película con temática lésbica, incluso aún si esa película va a estar protagonizada por nuestra actriz barra bióloga más famosa de nuestro país y de la prensa rosa. Sí, sí, lo que lees, deja de mirar tu calendario que no es el día de los inocentes. Ana Obregón va a interpretar a una lesbiana, y no sólo eso, sino que va a interpretar a una cantante lesbiana llamada ‘Stella the Diva’, en una ‘The Portrait’s Secret’, una película catalogada como tragicomedia de la que ella misma ha dicho cosas como estas.
Sé que nunca cantaré bien, pero ese es el reto. Y a mí me gustan los retos.
No podemos decir si quizás sea un reto demasiado duro para ella, habrá que esperar a ver la película y a escucharla cantar, aunque seguramente eso no es lo único de lo que tenemos que preocuparnos. También ha dicho que con este papel busca desligarse de su personaje en ‘Ana y los siete’, que debido a su tremendo éxito ha quedado encasillada en ese tipo de papeles.
La película, una coproducción hispanoamericana que contará con actores como Federico Luppi y estará dirigida por la Dr. Janet Álvarez González. De momento no sabemos si Ana nos dará alguna escena lésbica subida de tono (o si la queremos), ni tan siquiera si habrá otra lesbiana en la película, lo que sí sabemos es que la trama girará en torno a los derechos humanos y el maltrato infantil. Sí parece un giro radical con respecto a las cosas a las que nos tiene acostumbrados Ana Anita Anuski, así que seguiremos informando cual paparazzi tras su palmera.
Lima, Ohio, se les ha quedado definitivamente pequeño a los chicos de Glee. El año pasado, con la graduación de la promoción de seniors, Rachel, Kurt y Santana se mudaron a Nueva York en busca de sus sueños, que más o menos se van cumpliendo, y dejaron a la nueva generación haciendo sus cosas en el McKinley High. Cosas con más o menos interés, ya que realmente los fans de la serie sabíamos que lo bueno estaba en la costa este, y la trama de Ohio parecía más bien una repetición de lo acontecido en temporadas anteriores. Pues bien, parece que Ryan Murphy quiere insuflar nuevos aires a la serie, y ha decidido hacer del episodio un episodio clave en varios sentidos.
Y digo en muchos sentidos porque, para empezar, será un episodio doble que traerá reprises de las actuaciones más exitosas que han tenido lugar en Glee. Será la oportunidad para ver de nuevo Valerie, una de nuestras favoritas, Forget You, Dream on y la estupenda Defying Gravity, por poner algunos ejemplos, en versiones nuevas. Porque otras versiones de canciones que nos emocionan nunca vienen mal. La segunda razón, y que tiene más que ver con presupuestos y demás, es que normalmente el episodio 100 de las series trae consigo la sindicación de la serie. ¿Qué es la sindicación? Es la venta de series a canales más pequeños que no pueden permitirse producir programación por si mismos. Como han de repetir episodios para rellenar franjas horarias, se les pide a las series un mínimo (normalmente, aunque siempre hay excepciones) de 100 episodios, para no crear bucles que aburran. A nosotras nos da un poco más igual, porque España funciona de manera diferente, pero más dinero a las cadenas siempre es buena noticia, ya que son ellas las que crean las series y personajes que nos gustan. Thumbs up!
Pero este episodio traerá consigo un cambio muy sustancial en la estructura de la serie. A partir de este episodio, la serie se trasladará a Nueva York. Y aquí llegan las noticias agridulces, porque no se irán todos los personajes. De momento sabemos que Kurt y Rachel seguirán donde están, y que Blaine, Artie, Sam, Mercedes, Will y, la última en desvelarlo, Sue Sylvester, se mudarán a la gran manzana. Pero,¿y los demás? ¿Qué pasa con Santana? Pues lamentamos comunicaros que no se sabe. Tal cual. El nombre de Naya Rivera no aparece en la lista de actores confirmados, aunque, como la esperanza es lo último que se pierde, quizá esté incluída en la coletilla de ‘y más actores por desvelar’, aunque sería realmente extraño que siendo Santana una de las actrices principalísimas de la serie la metan en el cajón de sastre que implica la expresión. De momento, esperaremos.
Si nos leéis a menudo sabreis que andamos indignadas ultimamente con la forma que tiene de tratar a los personajes lésbicos en algunas de nuestras series. Cierto es que el 2013 ha sido un año de lo más prolífico y eso conlleva, que tenemos series para todos los gustos, algunas con más acierto que otras en el plano croquetil.
El pasado año tuvimos croqueteo de los más variado, entre ellas la gran y grata sorpresa de Netflix, Orange is the new black. Jenji Kohan ponía patas arriba el universo seriéfilo trayéndonos una serie atrevida, ruda y fresca que hizo las delicias de croquetas y seriéfilos en general. Y como ya hiciera en su momento Shane Lword, Laura Prepon OITNB ha marcado un antes y un después en las series lésbicas, porque nos ha dado la caña y realismo que venían pidiendo nuestro cuerpos serranos, y porque nos sentíamos un poco huérfanas en lo que al tema… calentamiento global se refiere. Y eso, que algunas nos desquitamos con Lost Girl y vimos un oasis en el desierto cuando Bo empezó a darnos en toda la croqueta.Tanto L , como Lost Girl y OITNB nos han dado sexo, mucho y del bueno. Saliéndome del debate acerca del morbo fácil, no es lo que nos atañe ahora, diré que se echaba de menos un trato igualitario en este sentido. Una escena de sexo heterosexual introducida en horario, no infantil pero sí de público joven/maduro era, y es, permisible.
Pero como el mundo en el que vivimos es un mundo de extremos. En Rusia no nos dejan ni rozarnos y sin embargo en EEUU nos podemos poner melosas en público viendo un partido de baloncesto. Si miramos las dos esquinas del ring televisivo, tan pronto podemos ver a Natasha Lyonne dándose una ducha de lo más caliente como tenemos a nuestras Fosters moms chocándose la mano en plan colegas. Tenemos a ShowCase y Netflix, sin pelos en la lengua. Y en el otro lado a la “tolerante e innovadora” ABC, que se ha atevido con esto del croqueteo aunque de manera tan tímida que a veces huele a quiero y no puedo. Tratando temas controvertidos, como la homosexualidad, pero cogiéndola con pinzas no sea que les explote en las manos. Y aquí el quid de la cuestión señoras mías, que unas por exceso podrían pecar (pero de ellas no nos quejaremos) y otras por falta pecan, y de estas claro, si que nos vamos a quejar cómo no (con lo que me guuuusta quejarme).
Parece ser que JLo, productora de The Fosters. intentando calmar los ánimos de su extrahiperglucémico show para todos los públicos o simplemente porque ha visto que ya era hora de dar algo de realismo al asunto, nos ha brindado una escena ‘de cama’, en la que se sobreentiende que nuestras mamis favoritas no solo duermen apaciblemente. Pero ya está, con eso nos ha dejado.No os equivoqueis, no pido escenas de sexo hardcore en capillas o encima de mesas de mezclas.Cuando me quejo de los extremos hablo más bien de que pasamos del sexo explícito a la falta total de contacto que cualquier ser humano tendría con su pareja, mujer, marida o como queráis llamarlo. Del contacto físico normal entre los miembros de una pareja, ya sea homo o hetero. Hablo de esos pequeños piquitos cariñosos, de momentos de intimidad, de la complicidad de pareja, de los gestos de afecto en público. Gestos y detalles que se les permite a las parejas heterosexuales de las series familiares tipo ABC, pero que parece ser que incluso atreviéndose a tocar el tema de la familia homoparental, como ya lo hiciera Modern Family, lo tocan con pinzas y buscando ofender a la menor cantidad de gente posible.
Cierto es, que sin ser tan arriesgado como lo fuera en otras épocas, y pese a la evolución en materia de derechos civiles que hemos ido viviendo a lo largo de los últimos años. The Fosters se ha metido de lleno, aunque no de cabeza, en la llaga. Pero como todo atrevimiento a este nivel, se ha hecho con un pie fuera y otro dentro del tiesto, no sea que de tan rompedor, se nos rompa en la cara y nos salpique. Aunque en favor de The Fosters he de decir, que se han lanzado un poquito más, de lo que lo hiciese Modern Family con su pareja homoparental, que de tan poco tocarse parecían un par de colegas que compartían casa e hija. Pero ¿por qué hay tanto miedo? En el que caso de The Fosters estamos hablando de que ABC es una cadena, podríamos llamarla familiar y va dirigida a un rango de público tan variado en edades que pese a dar el visto bueno a The Fosters y con eso dar un salto en lo que a su parrilla se refiere, teme ofender la sensiblidad colectiva. Sí, son madres, tienen hijos y están casadas. Tienen vida sexual (suponemos) y problemas y alegrías como todas las familias. Pero Hollywood no deja de mostrar que sigue siendo un pequeño pueblecito en el que el equilibrio entre tolerancia y aceptación es muy fino. Las parejas homosexuales se toleran porque venden, pero ¿se aceptan de la misma manera que las heterosexules? Queda de lo mas exótico tocar un tema de actualidad controvertido como la adopción y el matrimonio entre parejas homosexuales, pero moviéndose con mucho cuidado en el plano de lo políticamente correcto.
Tenemos escenas de sexo reales y no fruto de la imaginación de algún guionista elocuente. Pero cuando se trata de jugar en otro plano, en plano de las series para todos los públicos, nos quedamos años luz de los personajes heterosexuales. Señores y señoras guionistas y productores, las lesbianas también nos damos besitos en el super (y en más sitios).
Con motivo del décimo aniversario (Dios, qué mayor soy) de Thirteen, la película sobre dos adolescentes en la que tuvimos la oportunidad de ver a Evan Rachel Wood y Nikki Red compartiendo algo más que amistad, las dos actrices organizaron una sesión de preguntas en streaming, en la que se trataron temas de todo tipo relacionados con la cinta. Y la pregunta del millón llegó. Conociendo que Evan Rachel es bisexual, le preguntaron si durante el rodaje de Thirteen tuvo un crush, una especie de flechazo, con Nikki Red. Y… resulta que si. La actriz comienza bromeando, diciendo que ‘ Cuando cortábamos, nos estábamos enrollando todo el rato. Siento que os lo perdierais’, pero después intenta explicar sus verdaderos sentimientos.
Sí, tuve un crush con Nikki. No creo que me diera cuenta justo entonces, pero definitivamente recuerdo haber tenido sentimientos por ella y pensar que era guapísima. Pensaba que eras tan guapa y tan divertida que había algo contigo. Las relaciones que tienes con otras chicas cuando eres adolescente, bueno, hay una parte de ti que quiere ser como ellas, hay una parte de ti que las odia, y hay una parte de ti que está enamorada de ellas.
En diez años no habían hablado nunca de esto, parece ser que perdieron el contacto y lo retomaron el año pasado gracias a Twitter, pero Nikki tiene también algo que decir al respecto:
Tu primera amiga representa la primera vez que exploras el amor, y lo que significa amar a alguien que está fuera de tu familia, y no necesariamente de un modo sexual, aunque todas esas cosas locas están pasando en tu cuerpo. Lo más que me había enrollado con alguien por entonces era con Evan Rachel en esta película, fue mi primera experiencia, y tú tienes estos locos sentimientos, y estas cosas que te están pasando… todo mezclado.
Las dos actrices llegan a la conclusión de que esta revelación cambia el modo en que la película puede verse ahora. Y tanto que la cambia, Nikki. Durante una década nos hemos dedicado al noble arte de imaginar que realmente estabais juntas, que todo lo que se muestra en la película es real, ¡y resulta que teníamos un poco, un poquito de razón! La puntilla la pone Nikki, diciendo que durante la película ellas eran ‘dos chicas enamoradas‘. Y ahora tengo que dejaros, porque me acaba de estallar la cabeza. Este tipo de noticias son las que me hacen seguir viviendo.
Hace tiempo que sabíamos que La vida de Adèle no iba a ser la elegida por Francia para optar al Oscar a mejor película extranjera, ya que la fecha límite para estrenarla en el país galo era el 30 de septiembre, y ésta se estrenó más tarde, pero acabamos de conocer que Adèle Exarchopoulos tampoco optará a la estatuilla como mejor actriz, que era la esperanza que nos quedaba de que esta película tuviera representación en los premios.
Chris Hemsworth ha sido el elegido para anunciar a las agraciadas, y entre ellas no se encontraba la francesa. Así, sólo queda por conocer cuantas nominaciones tendrá el film para los premios César franceses, aunque suponemos que habiendo ganado la Palma de Oro en Cannes, serán muchas y variadas. Las nominaciones se conocen el 31 de enero, y la ceremonia será en París el 28 de febrero, dando así fin al ‘año de Adèle’.
Por otra parte, toca alegrarnos por las nominaciones de Jennifer Lawrence como mejor actriz de reparto por American Hustler, y las de Frozen a Mejor film animado, y su canción Let it go como Mejor canción original.
Hoy comienza el Festival de Sundance en Park City, el festival de cine independiente más importante del mundo. Casi 9000 películas se presentan cada año, y sólamente unas 100 son seleccionadas para los pases oficiales. El año pasado, el festival nos trajo estupendas propuestas lésbicas de las que ya os hemos hablado, como Concussion o La verdad sobre Enmanuel. Pero, ¿y este año? ¿Hay alguna película croqueta o afín? Pues sí, claro.
I love your work
Esta obra de Jonathan Harris es un documental interactivo sobre la vida privada de nueve mujeres que trabajan en el porno lésbico, y consiste en un impresionante compendio de más de dos mil clips de vídeo de 10 segundos, tomadas a intervalos de cinco minutos durante 10 días consecutivos, lo que le dan unas seis horas de metraje. Es el gran reto de duración después de La vida de Adèle.
The foxy merkins
Confirmando que el tópico lesbiana+prostituta está de moda, The foxy merkins (a todo esto, merkin es una peluca vaginal, como todas las fans de The L Word sabréis) narra las aventuras y desventuras de dos chicas de vida alegre en las calles de Nueva York. La una es una novata a la que no le ha quedado más remedio que trabajar de eso, la otra es una hetero experta en escoger a sus clientes. ¿Una Concussion con más comedia?
Appropiate Behaviour
Esta película irano-estadounidense está protagonizada por Shirin, una chica bisexual a la que se le hace muy cuesta arriba el mantener la tradición persa. Su familia no sabe que es bisexual, y Maxine, su exnovia, no entiende por qué no se lo cuenta. Tratando de entender qué es lo que salió mal en su relación con Maxine, se embarca en una aventura que,a base de no encajar en ningún sitio, la llevara a conocerse mejor a si misma.
52 Tuesdays
Esta película australiana, a la que Sundance llama ‘una emocional historia cargada de deseo, responsabilidad y transformación’ narra la vida de una adolescente de 16 años que lidia con los deseos de su madre de hacer una transición de género, lo que limita su tiempo juntas a los martes. De hecho, la película fue rodada a lo largo de un año, sólamente los martes.
The skeleton twins
Cuando los gemelos distanciados Maggie y Milo se sienten un poco al límite,,un reencuentro inesperado con la muerte les obliga a enfrentarse a por qué sus vidas fueron tan mal. Al final, los dos se dan cuenta de que reconectar entre ellos es la clave para solucionarlo todo.
Camp X-ray
Kristen Stewart, que sabemos que tiene hordas de fans lectoras de esta web, vuelve al cine independiente en esta historia en la que interpreta a una joven militar que desarrolla una… curiosa relación con un detenido en Guantánamo.
Marshmallows del mundo, alegraos: CW ha confirmado que se rodará una webserie de Veronica Mars. Después de tanto esperar, parece que tendremos material nuevo de Neptune como para dejarnos satisfechas para otra larga temporada. Según USA Today, los episodios no serán lanzados hasta después del estreno de la película, en marzo, y serán de unos diez minutos cada uno.
No tenemos más detalles de momento, ni siquiera qué actores participarán en ella, ni si será un spinoff, o una continuación, o un extra, o qué se yo, pero realmente nos importa poco. Así de parciales somos los fans. Mientras, si tenéis nostalgia de Kristen Bell, podeis seguirla en la estupenda House of Lies, que estrenó hace nada su tercera temporada.
No es novedad alguna decir que en este blog somos unas grandes fans de Disney y, sobre todo, de sus princesas, cualquiera con dos ojos que haya pasado un tiempo en el blog, lo sabe. E incluso puede saber que no sólo nos gustan, sino que incluso las shippeamos a machete, aunque no es de eso de lo que hemos venido a hablaros hoy, sino del cambio más que evidente que ha ocurrido en Disney.
No sé vosotras, pero yo he sido una niña Disney desde que era una enana, todo el día cantando las canciones de las películas, viéndolas hasta que se rallaban y mis padres preferían morir a ponerla de nuevo, y en todas las películas siempre pasaba más o menos lo mismo: “Chica (porque no todas eran princesas, al menos de momento) conoce príncipe, se enamoran, hay una bruja malvada que intenta matarla, él la rescata y se casan. Fin.” Y con esta premisa nos hicieron una película tras otra. No podemos negar que, aunque nos gustaran, a medida que nos hicimos mayores y empezamos a darnos cuenta de qué preferíamos.
Y de pronto dejamos de soñar con ser princesas que erróneamente fueron puestas en una familia que no tocaba y algún día alguien se daría cuenta de quién eramos en realidad y tendríamos todo aquello que siempre habíamos deseado (un pony), a darnos cuenta de que, como tan bien dijo Riatha: “¿Quién quiere ser una princesa cuando puede casarse con una?” y entonces nuestro mundo dio un giro completo. El problema fue que las películas de Disney continuaban igual, y por mucho que nosotras supiéramos que Nakoma se había chivado porque estaba celosa y cabreada ya que John Smith (en serio que no sé cómo Pocahontas pudo fijarse en un hombre con nombre de marca de zapatillas deportivas…) le había robado la novia. Pero, tal y como dice el nombre del artículo de hoy; algo está cambiando en Disney.
Supongo que realmente la cosa empezó con Mulán, una chica que ni era princesa ni nada, que se hizo pasar por un hombre para salvar a su padre enfermo de ir una guerra que posiblemente le mataría, y que acabó salvando China. Que ahí es nada, ¿sabéis? La primera chica guerrera que nos hizo darnos cuenta de que se podía ser algo más que el adorno de un hombre. No sé vosotras, pero yo me enamoré de ella. ¿¡Y cómo no hacerlo si era la primera chica Disney badass!? Pero a pesar de que fue toda una guerrera y un ejemplo a seguir como mujer, nos metieron a un chico. Casi, Disney, casi. La película hubiera sido fantástica sin el elemento romántico, pero puedo llegar a comprender el motivo por el cual se hizo, y os perdono todo esto porque, Once Upon a Time nos la ha hecho bisexual y eso hace que olvidemos hasta nuestro nombre.
Entonces llegó ella; Mérida. No puedo ni tan siquiera empezar a explicar lo que sentí cuando la película terminó, a pesar de que no fue de mis favoritas de Disney y hubo momentos en los que me parecía floja, la idea de que una princesa Disney se niegue en redondo a casarse de cualquiera de las maneras, que luche incluso por conseguir su propia mano en un concurso para ganarla y que desafíe a sus padres, sus leyes y sus tradiciones para ser la dueña de su propio destino… Wow. Disney, me quito el sombrero ante vosotros. Sobre todo porque tanto yo, como muchos de los espectadores que fueron al cine a ver la película, esperábamos que en algún momento apareciera el típico chico con iba a ayudarla a lograr romper la maldición que ella misma echó sobre su madre y del cual se acabaría enamorando, ¡y no pasó! No hay chico. Mérida empieza la película soltera y feliz y termina más soltera y más feliz que al inicio, sobre todo porque ha conseguido que sus padres no la obliguen a casarse con nadie. Obviamente pronto saltaron las bolloalarmas que nos indicaban que esta chica era una croqueta de armas tomar. No sabemos si es cierto o no, pero yo siempre he pensado que ella y Mulán están hechas la una para la otra, pese a quien le pese. (¿Ves, M? Esto es hacer campaña a favor del Mulán/Mérida, ahora sí puedes echarme la bronca.)
Y esta Navidad hemos tenido Frozen (ojo que hay spoilers), la última película de la compañía que está petándolo todo en cuanto a críticas se refiere. Y no es de extrañar. Admito que fui a verla con las expectativas bajas porque me habían dicho que la película era demasiado infantil y que había muchas canciones (Nota para Disney: Invertid un poco más en la música, como antes, que todas las canciones molaban mucho y ahora tenemos dos en toda la película que de verdad se disfrutan) y es posible que eso ayudara al hecho de que salí del cine pensando en volver a entrar para verla de nuevo, pero no fue sólo eso. No no no no… Fue ella.
Y os pongo la canción en inglés con toda la intención del mundo porque la dobladora es Idina Menzel, quien se hizo muy famosa por ser Elphaba en el musical de Wicked.
Nuestra querida Reina Elsa de Arendelle, a pesar de ser la encargada de helarlo todo y de sumir su ciudad en un invierno eterno, me llegó al corazón. Y al parecer no ha sido sólo al mío porque internet está lleno de Elsas por todas partes, cosa que realmente es de agradecer en todo menos en el hecho de mi ordenador tiene una capacidad limitada de datos que puede contener. ¿Y qué tiene de especial Frozen? Pues básicamente la película empieza con una historia de amor fraternal de esas que te llegan a la patata bien rápido (mi hermana y yo parecíamos tontas llorando el cine mientras sonaba “Hazme un muñeco de nieve…”), y pronto vemos esa relación rota por los poderes que Elsa no logra controlar. Sus padres, en lugar de ayudarla a controlarlo, le hacen ocultarlo tras haber herido sin querer a su hermana Anna, haciendo que ella misma tema y se encierre. Los años pasan y los poderes van a más y a más, los padres mueren y hay que coronar a Elsa frente a todos, y ese día es el que por fin se abren las puertas del castillo y todo el mundo las ve. Y empieza el desastre.
¿Y por qué? Pues básicamente porque Anna, que es enamoradiza, alegre y un poco cabra loca, decide comprometerse con un chico que acaba de conocer y que es el príncipe Hans de no sé qué pueblo de por ahí cerca. Obviamente, cuando al cabo de unas horas le dice a su hermana que quiere que bendiga su matrimonio, ella le dice algo que deberían haberle dicho a todas las princesas disney de la historia.
No puedes casarte con un hombre que acabas de conocer.
Y ahí es cuando Disney rompe con su pasado de un portazo y nos deja a todos con la boca abierta. ¿Ah, no? ¿No puede casarse con un hombre que acaba de conocer? ¿Y qué pasa con Aurora¿ ¿Y Cenicienta? ¿Blancanieves? ¿Ariel? ¿Jasmine? Todas las películas de la compañía nos han vendido el amor verdadero y el flechazo, que es justo lo que Anna le dice a Elsa, que sí puede casarse si es amor verdadero, y ahí es cuando Elsa se cabrea y hunde Arendelle en nieve, huyendo a la montaña porque no quiere hacer daño a nadie y dejando a Anna sola. Lo que pasa es que Anna también es cabezota y además empieza a comprender por qué su hermana la alejó, así que, decidida como es, sale tras ella para que descongele el pueblo y vuelva con ella. Y por el camino va conociendo a gente que no deja de repetirle la locura que es comprometerse con alguien que acaba de conocer.
Anna y su amor verdadero
Al encontrar a su hermana, con ayuda de Kristoff y un reno llamado Sven, Elsa se asusta y acaba congelando el corazón de Anna sin darse cuenta, cosa que va haciendo que la pobre se congele poco a poco a menos que haya una prueba de amor verdadero. Y ahí es donde ella le pide a Kristoff que la lleve junto a Hans para ser salvada, cosa que él hace sin siquiera dudarlo. Y jou jou jou… Feliz Navidad. ¿Qué pasa cuando Hans la encuentra a punto de morir completamente congelada? ¿¡Pues qué va a pasar!? Lo típico en las películas de Disney, que la besa y le dice que la ama y que nunca la dejará de amar, rompiendo el hechizo y salvándola. Y fin.
¡Es coña! Lo que Hans hace es mostrarnos su verdadera faceta, que resulta ser la del auténtico villano de la película. ¡Chúpate giro argumental inesperado como pocos en Disney! Que el príncipe es el malo, que no hay amor verdadero, que quiere matar a Anna para así culpar a Elsa, matarla también, y quedarse con el trono. Y con Anna apunto de morir, va en buscar de Elsa dispuesto a matarla por el asesinato de su hermana, pero ella que es más guapa y más lista y más guapa que ninguna, escapa en plena tormenta de nieve al creer a su hermana muerta. Y ahí es donde Disney nos da otra lección y, tras un momento en el que parece que hemos perdido por completo a Anna que se sacrifica para salvar a su hermana antes de que Hans la asesine, descubrimos qué es una prueba de amor verdadero.
Ni príncipes, ni besos mágicos, ni hechizos, ni magos o brujas. Ellas dos. Entonces, ¿estáis conmigo en que algo está cambiando en Disney? Vale que al final Anna sí encuentra a alguien, pero ni hay boda ni nada de eso, y Elsa continua sola, siendo una reina maravillosa y tan guapa que es imposible no amarla. Por cierto, son varias las fuentes que hablan de la posible homosexualidad de Elsa, y aunque nos gustaría que así fuera, haremos como con Mérida y diremos que es posible porque no muestra ningún tipo de interés por ningún hombre, pero claro, eso tampoco lo confirma del todo.
Las fans de Orphan Black estamos con el corazón en un puño desde que vimos con nuestros propios ojos que la enfermedad de Cosima podía ser más que una gripe invernal tonta. De hecho, cuando ves a tu personaje favorito toser sangre te preocupas. Te preocupas mucho. Te preocupas hasta límites de tirarte de los pelos y pensar ‘¡¿por qué!? ¡Por qué, si hay chopocientos clones, tienen que matar a esta!?’ Que no es que tengamos nada en contra de Allison, ni de Sara, ni siquiera de la ucraniana loca. Pero Cosima ocupa un lugar privilegiado en nuestro corazón.
Y, por lo visto, lo mismo le ocurre a Tatiana Maslany. La actriz ha transmitido sus impresiones acerca de este personaje en el panel de la Television Critics Association Winter Press Tour (qué nombre más largo):
Cosima ha sido siempre para mi la que más fascinada ha estado con la vida (…) Es interesante para ella estar enfrentándose a su mortalidad, y es lo que vamos a explorar en la segunda temporada. Ella es la que parecía más ligera, más dinámica, la más llena de vida, ahora está enfrentándose con que la ciencia ha ido mal.
Graeme Manson, creador de la serie, añadió sobre el mismo asunto:
Es duro, porque es mi clon favorito, y la estamos poniendo en una situación realmente descorazonadora, y sin embargo ella es casi tan valiente como Sarah en muchos sentidos. Narrativamente examinar su enfermedad y que mire en su propia ciencia es parte de nuestro misterio, así que ella realiza una historia muy buena en la segunda temporada, así como mirando al futuro y llegando a la propia raiz de su enfermedad
Con respecto a la interpretación de un personaje lésbico, Tatiana dijo más o menos lo mismo que en aquella entrevista que os trajimos hace un tiempo:
No siento que interprete a un tipo específico de mujer lesbiana, pero nunca me he aproximado al papel pensando ‘y ahora, voy a hacer de lesbiana’. No hay diferencias para mi.