Pues sí, ya iba siendo hora. La actriz de Glee Jane Lynch tiene, por fin, su propia estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Los honores le llegan en una época dura, poco después de la muerte de su compañero de reparto Cory Monteith y tras su reciente divorcio con su pareja de toda la vida, la psicóloga Lara Embry. Pero dicen que cuando la vida te cierra una puerta, se abre una ventana y sin duda alguna, este es un homenaje merecidísimo. Sin embargo… se trata de Jane Lynch… y no sería ella si no hubiera un poco de humor de por medio. Parece que el destino también ha querido rendirle su particular homenaje y por ese motivo cuando llegó a Hollywood Boulevard se dio cuenta de que se había dejado el discurso en casa. Pero tranquilas, que al final todo salió bien. La actriz recordó que lo tenía en su tableta y a partir de ahí el acto fue como la seda.
Durante su discurso recordó la primera vez que había visitado con sus padres el paseo de las estrellas, allá por 1992, y lo emocionada que se sintió al sacarse una foto con la estrella de Greta Garbo (jeje, ya apuntaba maneras). La acompañaba en el acto el creador de Glee, Ryan Murphy, que centró su discurso en la calidad artística y humana de su entrenadora de cheerleaders favorita. “Es la que más trabaja en el set… hace que todo el mundo se sienta mejor y más feliz. Es una de las grandes cómicas de este negocio… una super clase”. Ryan, chico, nos has sacado las palabras de la boca. No podíamos estar más de acuerdo.
Jane Lynch ya era una estrella para nosotras, pero ahora tiene la suya propia. Seguro que dentro de muchos años una futura actriz pasará por allí con sus padres y se sacará una fotografía con ella. Bien hecho, Sue Silvester 🙂
Ya sabemos todas lo que son las vloggers, pero si andas un poco oxidada en esto de la terminología cibernética: una vlogger es, básicamente, una bloggera que utiliza vídeos para comunicarse. Internet 2.0 en su máxima expresión. Así que hoy, por eso de facilitaros la vida y daros un poco de entretenimiento gratuito (que nunca hace daño a nadie), nos daremos un agradable paseo por los vídeo blogs croquetiles más recomendables del YouTubeverso.
SPANISH QUEENS
Spanish Queens es algo así como la batidora de los mejores vloggers gay en español. Allí encontrarás desde la reinona insoportable adorable hasta la bollera irremediable. Son ya varias las vloggers que han sido captadas por este multicanal para hacer las delicias de las adictas a estos vídeos. En él colaboran de forma asidua Koala Rabioso o Terafobia, de quienes hablaremos dentro de unas líneas. Si eres de las que prefieren que se lo den todo masticado, este es tu sitio.
¿Quién no la conoce? ¿Quién no ha oído hablar alguna vez de ella? Koala Rabioso no es un animal residente en un zoo sino en nuestros corazones croqueta. Habla de todo un poco, porque el eclecticismo es la meta de toda vlogger que se precie, pero de vez en cuando se arranca con vídeos memorables como este:
Tras su categorización de las lesbianas, tan extensa que podría dar para una Koalapedia, os aseguro que todo lo que podáis encontrar en internet sobre este tema se queda corto. A nosotras es que ni se nos pasa por la cabeza catalogarlas después de haber visto el vídeo. Grande Koala.
Terafobia es una murciana que no tiene miedo a los megas, ni a los kilos, pero sí a los teras (?) Hmmm… sí, es una murciana. Muy graciosa, por cierto. En su canal puedes encontrar muchísimos rants sobre su vida diaria. Su punto fuerte es todo, pero… las gafas. Nos encantan esas gafas de hipster. Y encima la niña es mona. Vaya, que si no te entra por los oídos, te entrará por los ojos. ¿Se puede pedir más?
Como no podía ser menos, Yellow Mellow también tiene gafas. Y lo aprobamos mucho. Pero, sobre todo, Mellow tiene stalkers fans, que se vuelcan en su canal cada vez que sube un nuevo vídeo. Como dice ella: te calmas… te calmas, pero no te la pierdas.
Cuando visitas su vlog lo primero que descubres es que Bollicao lleva regalando orgasmos desde 1988. Su año de nacimiento, imaginamos, así que un brindis por ella y por las mujeres solidarias en la cama. Bollicao es canaria y una de las vloggers más seguidas del mundo lésbico. A lo mejor es por vídeos como este. Sí, definitivamente es por vídeos como este:
Y de nuevo… gafas. ¿Estamos creando un fetiche o qué?
Gominuke siempre nos saluda al principio de sus vídeos con un ¡Hey! y no, esta vez no hay gafas, pero no importa, es igual de agradable a la vista (eufemismos, venid a mí) y con ella tienes un buen rato asegurado. ¿Alguien ha dicho stalkers? Sí, hablo contigo, habitante de YouTube. Deja un comentario contándonos tus obsesiones.
¿Te has quedado con ganas de más? Pues no te preocupes, que en este blog siempre nos acordamos de daros una bola extra y por eso aquí te dejamos otras dos que suelen colaborar con Spanish Queens (¿Croquetas? Maybe, baby): Ladyscenevlogs y AdelitaPower.
Como ves, el mundo del vídeo blog tiene muchas lesbianas en su sopa. O parafraseando (más o menos) a Bollicao: todo el monte es croqueta. Seguro que hay alguna más y sin duda aceptamos sugerencias, porque siempre nos encanta conocer a nuevos talentos. ¿Hay alguna vlogger en tu país que merezca la pena ser stalkeada descubierta? Dínoslo para poder hurgar un poco en el hilarante mucho de estas humoristas. Por lo demás, no dudes en meterte en los canales de las que te hemos recomendado para disfrutar de sus bromas, pero también de su compañía. Que aproveche, chicas 😉
Este post no hubiera sido posible sin la inestimable colaboración de @Konanee_
A ella le debemos que nos haya guiado espiritualmente por el inabarcable universo de YouTube. Gracias!
La historia de Dorothy Lucille Tipton es una historia peculiar donde las haya, quizás por su nombre esta mujer no os suene de nada, pero eso es por dos motivos: El primero es que lo que le dio la fama fue el Jazz y que falleció hace ya unos cuantos años, el 21 de Enero de 1989, y lo segundo y más importante es que falleció con el nombre de Billy Lee Tipton. ¿Cómo pasó de Dorothy a Billy en aquellos años 30 y 40? Esa es la historia que os queremos contar hoy.
Dorothy nació en la ciudad de Oklahoma el 29 de Diciembre de 1914, hija de un piloto y una mujer muy metida en el mundo del espectáculo, tuvo una infancia normal con un divorcio de sus padres no tan normal en aquellos años. Tras la separación su madre se mudó a Kansas y nuestra Dorothy siguió el famoso camino de baldosas amarillas durante toda su infancia sin salirse ni una sola vez, pero sus ambiciones iban más allá de lo que la sociedad marcaba que debía ambicionar. ¿Y por qué? Por el simple hecho de haber nacido mujer. En aquella época las mujeres no podían tocar música, aún así ella aprendió a tocar el saxofón y el piano, dándose cuenta poco a poco de lo mucho que amaba la música y de que se le daba bastante bien el Jazz, pero en las bandas sólo podían entrar hombres.
A los diecinueve años tuvo la opción de dedicarse a la enseñanza o de formar parte de una banda de mujeres, pero su ambición fue mucho más allá y fue cuando tomó la determinación de vestirse de hombre para dedicarse a lo que más le gustaba; la música. Formó un grupo de Jazz llamado Cotton Club que empezó a ganar fama poco a poco y ya no hubo forma de detener la bomba que Dorothy había creado. El grupo iba siendo cada vez más famoso, las actuaciones se sucedían una tras otra, una bola imparable de música y mentiras que la engulló.
Siempre se dice que una mentira te lleva a otra, y ésta a la siguiente, y llega un momento en el que es más sencillo continuar mintiendo que explicar toda la verdad, supongo que eso fue lo que le sucedió a Dorothy y que por ello vivió prácticamente toda su vida como Billy. Pero lo curioso no es eso, sino su vida sentimental en ese momento. Por su cama pasaron cinco mujeres, la primera fue una bailarina de maratones de música catorce años mayor que Dorothy que sí supo que era en realidad una mujer, así que podemos asumir a la perfección que a Dorothy le gustaban las mujeres. Non Earl Harrell, que así se llamaba la bailarina, dicen que fue quien la enseñó todo lo que se debía saber sobre sexo y que tan conveniente le fue después a Dorothy. Ambas vivieron juntas hasta el año 1942, cuando se separaron. En 1943 Dorothy contrajo matrimonio con June, quien asegura que jamás supo que Billy era realmente Dorothy. A pesar de que su matrimonio duró sólo tres años, tras June hubo otras mujeres y ninguna llegó a saber nunca cuál era el secreto que tan profundamente guardaba Dorothy, pero una de ellas aseguró que jamás tuvo un amante tan bueno como lo fue Billy.
Las dos caras de Dorothy
¿Y cómo pudo lograrlo? Dorothy creó una prótesis que sostenía con vendajes y que justificaba diciendo que había sido un accidente de coche o un caballo que le había coceado. Ya sé que a día de hoy nosotras no nos creeríamos algo así, pero recordad la época y el papel que la mujer tenía en aquel entonces en el sexo y en casa con sus maridos. No es tan imposible. Triste sí es, y mucho. Los datos como tal están en todas partes, pero nadie habla de cómo debió ser para Dorothy vivir de aquella manera, supongo que porque nadie lo sabe realmente. No sólo era lesbiana, porque para mí el hecho de que su primera pareja supiera que era una mujer muestra claramente que era una lesbiana que se vistió de hombre simplemente por lograr conseguir su sueño: tocar Jazz para el mundo entero; sino que fingió ser un hombre y esa mentira acabó por delegarla a un segundo plano.
Según parece sólo Non Earl supo que en realidad era una mujer, el resto de las mujeres que pasaron por su vida, lo hicieron enamorándose de Billy Tipton. Y ahí es donde llega la pena. Tuvo cinco mujeres en total y acabó sola. ¿Por qué? Supongo que es complicado ser feliz cuando sabes que tu esposa realmente no está enamorada de ti, sino de un hombre que no eres tú. Y por si fuera poco, cuando Dorothy tuvo la oportunidad de saltar a la fama y convertirse en uno de los grandes de la música, pero lo rechazó. ¿Y por qué? Pues cuentan sus allegados que eso hubiera sacado a la luz su secreto en cuanto se hubiera empezado a investigar para saber más sobre Billy Tipton.
Y así fue como Billy, tras cinco matrimonios fallidos con tres hijos adoptivos, acabó solo viviendo en una caravana en la más absoluta de las pobrezas hasta que la muerte le encontró y, con ella, se desveló el secreto que Dorothy enterró en lo más profundo de su alma. Su última esposa, avergonzada al conocer la verdad, hizo que el cuerpo de Dorothy fuera incinerado lo antes posible y se negó a hablar hasta años después cuando los componentes de su banda y sus anteriores amantes empezaron también a hacerlo.
Y así acaba la triste historia de Dorothy Tipton, quien luchó por conseguir algo que era pecado para las mujeres en aquella época y acabó sin música, sin esposa, sin hijos, sin dinero y sin fama. Espero que, estés donde estés, estés tocando Jazz vestida de mujer con un público entusiasmado que coree tu nombre.
Lo nuevo de Lantana ya está en las tiendas. Detrás de este nombre artístico se esconde Alba Gárate, una catalana que creció en Málaga, maduró como cantante en Madrid y actualmente tiene su base de operaciones en Berlín. Una ciudadana del mundo.
Ella dice que su música es frágil y agresiva a la vez, que todavía no se ha definido. Pero es precisamente esta dualidad lo que la hace especial. Al primer golpe de vista Lantana es tan delicada como un diente de león a punto de ser arrastrado por el viento, pero hay que ir deshojando las capas de cebolla para descubrir a una cantante incisiva, con letras que pueden ser interpretadas de muchas maneras.
Son canciones melancólicas, de las que te pones en la intimidad de tu habitación cuando hace un día gallego, preñado de nubes, teñido de grises. Entonces emerge Lantana del estéreo y dan ganas de darse un baño de recuerdos.
Curtida en el circuito madrileño de bolos y salas pequeñas, puede ser que a nuestras lectoras más allá del Atlántico su nombre no les suene, pero Lantana no es una desconocida para el mercado español, en donde sorprendió a todos por la nominación a un Goya por su canción Imaginarte, de la película Azuloscurocasinegro.
Ahora acaba de publicar El Encanto, un EP mezclado por Stefan Olsdal, el bajista-guitarrista de Placebo, que también ha producido dos de las canciones de este álbum. Aquí os dejamos Ruido para abrir boca:
[youtube=http://youtu.be/XhG00DfeQec]
Y si barremos para casa y hablamos de música croquetil, comentaros que ha actuado en varias ediciones del Orgullo Gay de Madrid y tiene dos canciones en las que nos habla de sus experiencias con mujeres. Una es Melancolía y la otra Reina o Rey. Si quieres descubrir más de ella, no te las pierdas.
Las fans de Rizzoli & Isles están ya al límite de su paciencia. Cansadas de que los guionistas de la serie les regalen todo el día subtexto lésbico pero sin que nunca suceda nada entre las protagonistas, han decidido iniciar una guerra, organizarse y boicotear el show de TNT.
Al menos esto es lo que asegura National Inquirer en el nuevo número de su revista, aunque no especifican si se trata de un movimiento consolidado o de una amenaza en estado embrionario.
Según una fuente cercana al show, quien más padece el malestar de la audiencia es Angie Harmon, la actriz que interpreta a la detective bostoniana Jane Rizzoli, pues aguanta estoicamente al ejército croquetero y sus continuas amenazas. “Vamos a dejar de ver tu serie porque no os liáis”, le dicen. Angie tiene presente que Rizzoli & Isles es una serie que a veces promueve que la audiencia se sienta confundida sobre la orientación sexual de sus personajes, pero aun así, no puede evitar sentirse molesta por la imagen que las fans tienen de ella…
“Está cansada de que otras mujeres —especialmente mujeres gays— la vean como una butch“, asegura la fuente del National Inquirer, “y no le gusta que la consideren el ‘marido’ de su relación con Sasha. ¡Le irrita muchísimo!”
Según la misma fuente, tanto Angie Harmon (Jane Rizzoli) como Sasha Alexander (Maura Isles) son conscientes de que una gran parte de la audiencia de Rizzoli & Isles es homosexual, pero también saben que no es casualidad, ya que los guionistas han promovido la confusión desde el primer episodio de la serie. Sin embargo, se ve que este no es el problema… “En lo que respecta a Angie, el único problema es que no quiere que la vean como una mujer masculina”, sigue explicando la misma fuente. “No le gustó cuando una página de internet la apodó ‘Angie Hormona’. Dijo: lo siento, pero no soy Angie Hormona”. [El apodo es un juego de palabras entre el apellido de la actriz “Harmon” y la palabra “Hormone” (hormona en inglés)]
Si hacemos caso al National Inquirer, nos da la sensación de que el único impedimento para que sus personajes consoliden su evidente romance es que Angie se siente masculinizada y herida en su sensible ego femenino. Pero para eso hay una solución muy sencilla: que le pongan un vestido a esta mujer y se enrollen de una vez. Sí, somos conscientes de que el vestido no pega una mierda con su personaje, pero que se lo den aunque solo sea para que acabe esta demencia. Si es preciso, organizamos una colecta y se lo compramos. Porque, en serio, ¿a quién intentan engañar? Es ya de dominio público que este show se mantiene en antena gracias a la tensión sexual no resuelta entre las protagonistas. Nunca una serie hetero ha sido más gay que Rizzoli & Isles. Pero eso es hacer trampas. No vale poner la miel en los labios a la audiencia si nunca nos van a dejar catarla.
Erwin ha planeado toda la misión para poder capturar a la persona que puede transformarse en el titán con cuerpo de mujer. Sin embargo, en el último momento esta se escapa y va directa a por Eren y la unidad de élite que le protege.
Pero nosotras, para que nos vamos a engañar, todavía estamos sufriendo con la muerte de Gunther a manos del traidor y las explicaciones de Armin y Erwin nos la traen un poco al pairo. Sin embargo, es interesante ver como ambos tienen un cerebro más rápido de lo habitual e infieren rápidamente dos cosas: Que Eren es un novatillo en eso de transformarse y que es más que posible que cada persona que se transforma en titán tenga sus propias habilidades, y que la transformación de Eren ha interrumpido los planes de destrucción de la humanidad de estos infiltrados.
Por una vez los rubios son los listos.
Sabes que las cosas van a ir fatal cuando Erwin dice que no pueden pelear con esta gente a la manera tradicional y va Eren y decide que es justo lo que van a hacer. Eren no es un chaval muy brillante pero claro, si Petra te dice que confíes en ella tu vas y lo haces. Y punto pelota.
“Que te quedes quieto, coño.”
Porque no se llaman unidad de élite por nada. En cuatro movimientos acorralan a la titán y parece que están a punto de conseguirlo. Pero Shingeki no Kyôjin no sería Shingeki no Kôjin si las cosas fueran bien y todo el mundo saliera vivo.
La transformación de Eren somos todas con él, esperando que destroce a la titán que todavía anda tuerta y con esa cara de estar a punto de destrozarse las muelas. El rugido de furia es tan característico que Mikasa y Levi lo reconocen enseguida.
Por si no habíamos sufrido suficiente en la primera parte del episodio, se encargan de restregarnos por la cara nuestro dolor viendo como Levi contempla los cadáveres de sus soldados. Llegados a este punto no se puede ni escribir este recap de las lágrimas.
Eren es todo cabreo, pero como siempre ha sido perro ladrador más que mordedor, la titán se lo pule en un ataque salvaje con esa habilidad suya ideal para enfriar cubatas. Mikasa llega justo a tiempo para ver como se mete a Eren entre pecho y espalda.
OMNOM
Y por supuesto, se recupera de su shock rápidamente para mostrar esa faz dulce y apacible que tanto nos gusta.
Llegados a este punto ya estas con la nariz en la pantalla, jaleando cada vez que uno de sus cortes desestabiliza la carrera de la enemiga. Y no puedes evitar corear cuando aparece Levi a la fiesta. Con estos dos el rescate de Eren (o lo que queda de él) es pan comido. ¿O no?
Peña con la que no te quieres meter en este momento (o en esta vida).
A estas alturas uno quiere cortarse las venas con un plátano de tanto sufrir, pero no os preocupéis. El bueno de Hajime Isayama todavía nos tiene muchas y muy desagradables sorpresas en cartera. Podéis llorar con algunos fanarts aquí o aquí, pero yo me quedo con este, más mono, para superar el trauma del episodio de esta semana:
Que Abdellatif Kechiche es un tirano, podíamos intuirlo, aunque acaba de quedarnos claro con las declaraciones de las dos protagonistas de La vida de Adèle, que aseguran que nunca, jamás, repetirían experiencia con el director de la película.
Así lo confesaron Adèle Exarchopoulos, la actriz que interpreta a Adèle, y Léa Sydoux (Emma) durante una entrevista a The Daily Beast en la que nos cuentan sin pelos en la lengua cómo rodaron las escenas de sexo de este largometraje y por qué fueron tan difíciles para ellas. A continuación te extractamos la parte más interesante de sus declaraciones.
THE DAILY BEAST:Este es un papel muy absorbente, os exigió mucho a ambas. Debíais de confiar mucho en Kechiche antes de comprometeros a hacerlo.
LÉA: La verdad es que en Francia no es como en los Estados Unidos. El director tiene todo el poder. Cuando eres actor en una película francesa y firmas el contrato, tienes que entregarte del todo y en cierta manera estás atrapado.
ADÈLE: Nos advirtió de que debíamos confiar en él —una confianza ciega— y entregarnos por completo. Estaba haciendo una película sobre la pasión, así que deseaba que hubiera escenas de sexo pero que no fueran coreografiadas… quería que fueran escenas especiales de sexo. Nos dijo que él no pretendía esconder la sexualidad de los personajes porque es una parte muy importante en todas las relaciones. Así que me preguntó si estaba preparada y yo le dije “¡Sí, por supuesto!” porque soy joven y bastante nueva en esto del cine. Pero cuando ya estábamos rodando, me di cuenta de que él realmente quería que le diéramos algo. Muchas personas ni siquiera se atreven a pedir lo que él nos pidió, y son más respetuosos… te tranquilizan durante las escenas de sexo y las hacen coreografiadas, lo cual acaba desexualizando el acto.
TDB:Claro. Cortan la acción para buscar nuevos ángulos, etcétera.
ADÈLE: Exacto. Lèa y yo no nos conocíamos al principio y durante la primera escena de sexo me dio un poco de vergüenza tocarla en donde me apeteciera, porque él no nos dijo qué hacer. Tienes libertad, pero al mismo tiempo sientes vergüenza porque yo no la conocía mucho.
TDB: Espera. ¿No os habíais conocido antes de que empezara el rodaje?
ADÈLE: Nos vimos una vez durante un test de cámara, ya que ella ya formaba parte del casting, pero eso fue todo hasta el rodaje.
TDB: ¿Y fue difícil rodar esa escena de sexo de diez minutos? No recuerdo la última vez que he visto una escena de sexo tan larga en una película… gay o hetero.
LÉA: Para nosotras es muy embarazoso.
ADÈLE: En Cannes nuestras familias estaban en el teatro, así que durante las escenas de sexo tuve que cerrar mis ojos. Kechiche me dijo que imaginara que no era yo, pero era yo, por lo que cerré los ojos e imaginé que estaba en una isla muy lejos, pero no podía evitar escuchar, por lo que no funcionó desmasiado bien. La escena es un poco larga de más.
TDB: ¿Eran reales las escenas de sexo entre vosotras? Lo parecen.
LÉA: No, teníamos chichis falsos que eran moldes de nuestros chichis reales. Fue muy raro tener un molde falso de tu chichi y ponerlo sobre el tuyo real. Pasamos diez días rodando solo esa escena. No fue como “¡Ok, hoy vamos a rodar la escena de sexo!”. Es que fueron diez días.
ADÈLE: Y eras consciente de que ese día lo ibas a pasar desnuda y haciendo diferentes posturas sexuales, lo cual es muy duro porque yo no estoy tan familiarizada con el sexo lésbico.
TDB:Yo tampoco.
LÉA: El primer día que rodamos juntas, yo tenía que masturbarte, ¿verdad?
ADÈLE: [Se ríe] Aparte del paseo, fue la primera escena que teníamos que rodar juntas, así que fue como “¡Hola!”. Pero después de eso hicimos un montón de escenas de sexo diferentes. Y él quería que la sexualidad evolucionara también a lo largo de la película, de manera que [la protagonista] estuviera aprendiendo al principio y después estuviera más y más cómoda. En realidad es una película sobre la pasión sexual… sobre la piel y sobre la carne, porque Kechiche hizo unos planos muy cortos. Te da la sensación de que quieren comerse una a la otra, devorarse.
Durante la entrevista, las actrices también hablaron del proceso de legalización del matrimonio gay en Francia, que les pilló en pleno rodaje de la película. Según Léa, el ambiente en Cannes en relación a este tema fue increíble. La actriz considera que “esta película es muy moderna. Es una nueva manera de hacer cine. Nunca hemos visto una así antes… una historia de amor tan realista como esta. Y eso dice mucho de la juventud de hoy en día. Es una película sobre el amor. No creo que sea una película sobre homosexualidad… es mucho más que eso. La homosexualidad ya no es un tabú, aunque no sea considerada “ética” por todos, que es como debería de ser”.
Yo no sé vosotras, pero cuanta más información leo sobre de La vida de Adèle, más me apetece verla. La espera hasta que llegue a las pantallas de cine se va a hacer eterna. Mientras tanto, puedes leer aquí el resto de la entrevista (en inglés).
¿Te acuerdas de Michelle Chamuel? ¿La concursante LGBT de The Voice USA? Te hablamos de ella allá por el inicio de los tiempos, cuando este blog estaba empezando a andar y el show todavía estaba en antena. Pues bien, te alegrará saber que la semifinalista de la cuarta edición del programa está preparando su primer disco. La noticia les agradará especialmente a nuestras lectoras de Estados Unidos (aprovecho para mandar un saludo, por cierto, que sois muchas y estamos muy agradecidas), ya que no tenemos muy claro si será un lanzamiento internacional o tendremos que reptar por las sombras de internet para poder escucharlo.
Chamuel lo anunció en Facebook a mediados de agosto y puntualiza que es un álbum enteramente producido por ella misma, aunque eso no tendría por qué restarle calidad. El disco se llama All I Want, es música electrónica y estará en las tiendas el 10 de septiembre. Aunque el planteamiento musical es un poco diferente al que nos tenía acostumbradas en The Voice, si a ti también te robó el corazón con su carisma artístico, estate pendiente del lanzamiento porque a lo mejor quieres darle una oportunidad.
Este fin de semana se estrenó Passion en Estados Unidos, la película que suponía el regreso de Brian De Palma a la gran pantalla y que prometía encuentros de alto voltaje entre Rachel McAdams y Noomi Rapace. Teníamos muchas esperanzas puestas en ella, pero verla ha sido tan decepcionante que nos sentimos en la obligación de compartir nuestra opinión con vosotras.
Passion nos cuenta la historia de Christine (McAdams), una agresiva publicista que tiene a sus órdenes a Isabelle (Rapace), a quien le ha enseñado todo en la agencia donde ambas trabajan. La relación entre ellas es de plena confianza, trabajan mano a mano, se aprecian profesional y personalmente, hasta que un proyecto importante convierte a la pupila en maestra y entonces empieza la competitividad entre las dos mujeres.
De entrada, el planteamiento es bueno, parte de una interactuación interesante, la competitividad profesional que hay en muchas grandes empresas —especialmente entre mujeres— y los conflictos sentimentales que esto puede acarrear. El problema es que la película de Brian De Palma se convierte muy pronto en un ejercicio de onanismo masculino y acaba siendo un gran ejemplo de cómo hacer naufragar una buena idea, una gran inversión y un buen reparto.
La película sería infinitamente mejor si hubiera ahondado en el supuesto cariño que se tienen las protagonistas, pero hasta en esto cojea. Desde el minuto número uno hay tensión entre ellas. Nos intentan hacer creer que se quieren, pero lo único que vemos es el odio irracional que se profesan. Cualquiera puede entender la frustración que se siente cuando tu mentora, la persona de quien lo has aprendido todo en tu carrera profesional, te da una puñalada trapera en la espalda. Pero en Passion no hay evolución del amor al odio. Empiezan odiándose, siguen odiándose y acaban odiándose, y así es imposible conectar con los personajes. Dejan en manos del espectador la titánica tarea de intuir que se quieren, pero se acaba convirtiendo en un imposible acto de fe y por eso en ningún momento logramos empatizar con sus sentimientos.
En cuanto a la relación entre las protagonistas, es todo tan decepcionante que no sabría ni por dónde empezar. Rachel McAdams está mejor de lo que esperaba en su papel de jefa manipuladora y malvada, aunque sigo pensando que una actriz con más edad le hubiese dado más peso a su papel, y Noomi Rapace también cumple. Pero sus personajes son tan odiosos, tan psicópatas, que no te arrancan ninguna emoción y esto solo empeora al ver que la química entre las actrices brilla por su ausencia. Las pocas escenas lésbicas —poquísimas y, si me apuras, gratuitas— de la película te dejan con la sensación de no haber comprendido nada. ¿Por qué se besan? No lo sabemos ni nos lo explican. Y, francamente, llega un momento en el que tampoco nos importa. Es casi doloroso verlas juntas, de manera que sus interacciones en este sentido nos dejan frías, lo cual hace que se nos parta un poco el corazón porque, en lo personal, a algunas nos hacía ilusión ver a Rachel McAdams en un papel semilésbico. Sin embargo, la culpa no la tiene su interpretación. Si hay que apuntar con el dedo a alguien es a quien escribió un guión que parece sacado de las fantasías masculinas de lo que debe ser el erotismo lésbico. Pocas lesbianas (¿ninguna?) podrán conectar emocionalmente con esto.
Para rematar este despropósito, Passion cae en el “lesbiana feliz, lesbiana muerta”, esa obsesión que tienen los cineastas por cargarse a las mujeres homosexuales como colofón dramático. Que sea un thriller, ya nos dejaba entrever que iba a correr la sangre, pero siempre es decepcionante confirmarlo porque muchas lesbianas estamos cansadas de que a los personajes homosexuales se les niegue por sistema la felicidad en el séptimo arte.
Passion es, en resumidas cuentas, una película cuya única pasión está en el título. Lo único que se salva son las escenas en lencería de Rachel McAdams. Por lo demás, es fría como un témpano de hielo, nuestra vida no va a cambiar tras haberla visto y no es, ni mucho menos, una película lésbica. ¿Soy dura con la crítica? Sí, pero, de verdad, no esperes fuegos artificiales si te decides a verla. Advertida quedas.
La hemos visto de rubia y de morena, pero nosotras la preferimos pelirroja. ¿¡Y cómo no hacerlo si Emma Stone es todo un bombón!? No creo que quede una de nosotras que no sepa quién es ella y haya ido a ver alguna de sus películas #porelargumento y yo no os jugaré por ello porque yo las vería todas sólo por verla a ella un ratito más. Ains… Habiendo chicas como esta y que Ginny Weasley haya sido Bonnie Wright, que no tengo nada en contra de la pobre Bonnie, pero que no llega a lo que J.K.Rowling nos describió en sus libros.
Su carrera empezó con su aparición en varias comedias americanas sin ser protagonista en ninguna de ellas, hasta que llegó Zombieland, comedia de zombies (muy recomendada si os gustan los zombies y las carcajadas) en la que Emma dio un buen par de hostias a más de un muerto viviente y nos demostró que era una chica de armas tomar. Me encantan las mujeres armadas, ya sea con arco, con espada o con pistolas ¿a vosotras no?
Y tras esa gran película (no diré lo contrario jamás ni bajo amenazas de torturas varias), llegó su gran boom. No sé si la habéis visto o no, pero Easy A (Rumores y Mentiras en españa) no tiene desperdicio alguno. Sigue siendo la típica comedia americana adolescente, pero dentro de los topicazos, sabe diferenciarse en ciertos aspectos y dejarnos dar más de una carcajada con gustosa alegría, además de otros momentos que no tienen desperdicio alguno. Para muestra, un botón.
[youtube=http://youtu.be/x9MvUdR6j3w]
Y desde aquí su carrera ya sólo ha ido a mejor cada vez, saliéndose de las comedias típicas nos hizo un papelón en Criadas y Señoras que dicen que fue lo que le abrió las puertas para convertirse en Gwen en la Spider-man de Andrew Garfield, y con la confirmación de Zombieland 2 parece que tendremos Emma para rato, cosa que a todas nos alegra mucho, y no sólo habló de la vista porque esta chica no es sólo una pelirroja sexy, sino que es bastante divertida y eso siempre se agradece.
Pero sé que lo que queréis no son fotos de ella haciendo la idiota, sino de esas que nos hacen entrar los calores hasta el punto de tener que ir a poner el aire acondicionado (no os podéis ni imaginar la cantidad de veces que he tenido que hacerlo mientras escribía este tipo de entradas, mi vida es tan dura…) a la temperatura mínima para ver si la cosa se calma un poco. Conmigo no acaba de funcionar del todo nunca, así que espero que vosotras tengáis más suerte que yo en estos asuntos de la combustión espontanea, porque yo estoy a nada de hacer un “¡Llamas a mí!” por culpa de esa boca, ese cuello y esos labios.