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Pon una pelirroja en tu vida: Christina ‘Curvas Peligrosas’ Hendricks

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Atención: Esta entrada puede ocasionar distracciones. Se aconseja no manejar maquinaria peligrosa, no continuar bajando el scroll con una novia celosa cerca, y no leer en el trabajo si no has salido ahí del armario.

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No creo que ella sea una desconocida para ninguna de nosotras, de hecho no creo que sea una desconocida para nadie que tenga hormonas, sea del sexo que sea porque está por encima de la sexualidad. Así que este domingo, con todas nosotras, la pelirroja de curvas más potente del momento: Christina Hendricks.

Hola, Christina.
Hola, Christina.

Quizás para muchos al pensar en ella lo que les venga a la cabeza sea Joan Holloway, su papel en la famosísima Mad Men, pero esta mujer de treinta y ocho años no nació en esta serie, sino que llevaba años moviendo esas curvas por diferentes series sin que ninguna le diera el estrellato que, finalmente, le ha dado Mad Men. ¿Cómo ha sido eso posible? Pues no lo sé, supongo que de la misma manera que series como Smalville consiguen alargarse hasta lo infumable sin que nadie parezca poner el grito en el cielo y como que hubo gente que le dijo a J.K. Rowling que Harry Potter no valía ni para equilibrar una mesa coja. Aún así, para mí, esta mujer nació en otra serie; la más que recomendadísima Firefly (y cuando digo recomendadísima, quiero decir que, de no haberla visto nunca, ya estáis tardando en hacerlo) con su personaje Saffron. No era una de las protagonistas, pero aún yo no fui capaz de olvidar a esa pelirroja de curvas imposibles que me hizo pegarme a la pantalla cual lapa. Y es que, ay, Christina… ¿Quién podía olvidarte después de esa pelea con Morena Baccarin que creo las delicias de todas las que shippeamos femslash? No lo sé, pero yo no fui capaz. Y a juzgar por esto, no fui la única.

¿Estáis conmigo, no? Es imposible verla y no desearla. ¿Y queréis saber que es lo que más me gusta de esta mujer? Pues es muy sencillo y creo que salta a la vista. Y no, no hablo de las tetas. Que también, pero no es lo que más me gusta de ella… Es su edad. En serio, en el mundo de la televisión se premia la juventud y la delgadez incluso hasta niveles extremos, por lo cual que esta mujer haya triunfado de la forma en la que lo ha hecho no es sólo una alegría para nuestros ojos, sino un triunfo para todas las que somos algo más que palos. Por todo ello, queremos agradecer a Christina su aparición en la parrilla televisiva y desearle que lo esté por mucho tiempo, para nuestro disfrute personal y el de cualquiera que tenga ojos y sexualidad. Por todo ello y por esa nariz perfecta que tiene, esos ojazos azules que te dejan sin aliento y esa boca jugosa que tiene. Y es que en serio no es sólo un par de tetas, sino una cara preciosa a juego con un cuerpo de infarto. Pocas mujeres pueden destilar tanta perfección como lo hace ella.

Y ya no sé qué más decir sobre ella… Sólo que quizás todas deberíais echar un ojo a su página de imdb para anotar todas las películas y series en las que ha hecho alguna aparición y hacer un revisionado #porelargumento que es como nos gusta hacer aquí las cosas. Y como creo que ya no queréis leer mucho más y una imagen vale más que mil palabras, os dejo las maravillosas fotos que hizo la revista Esquire de ella y algunos links (web oficial, tumblr) donde podréis disfrutarla más y más, aunque os recomiendo que si queréis verla de verdad, no os perdáis Mad Men que es donde nos dan Christina para rato. Y ahora, Esquire: O como de pronto quisiste ser sandía.

 

¿Os he dicho ya que estoy obsesionada con el color rojo? Pues ya lo sabéis… Feliz domingo.

‘The Fosters’: todos los besos que no has dado

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Sé que tenemos varías lectoras que siguen The Fosters tan religiosamente como la sigo yo, y es normal que eso ocurra porque los personajes son encantadores y es muy fácil cogerles tanto cariño que sientes deseos de adoptarlos a todos y que sean parte de tu familia. Les quieres, y eso siempre es bueno para una serie. Pero, al igual que ocurre con la familia, quererles no siempre significa estar cegado de amor y no ver todos los defectos que poseen; y eso es algo que también nos pasa con The Fosters. ¿Y por qué? Bueno, creo que cualquiera que haya visto la serie sabe el motivo: ¿Cuántos besos hemos visto entre Lena y Stef? ¿Cuatro…? ¿Cinco? ¡Pues eso! A ver, no es que queramos otro The L Word con escenas de sexo en cada episodio porque desde el inicio quedó muy claro que The Fosters no va de eso, pero creo que el hecho de que hayamos visto más besos entre Jesús y Lexi que entre Lena y Stef es un gran motivo de queja. O que debería serlo, porque no es normal.

Quizás sea cosa de la productora, del horario o de que creen que no importa, pero sí importa, y mucho. Importa cuando Lena besa a Stef en la mejilla. Importa todas las veces que se miran y todo queda en eso. Importa que se vayan a la cama juntas sólo a dormir. Importa que nos den lecciones sobre que el amor entre dos mujeres debe ser igual de respetado como el de entre un hombre y una mujer y no nos dejen ver ese mismo amor del que tanto hablan. ¡Y por eso me quejo! Porque, como dice esa gran frase: “Que tu boca no firme cheques que tu culo no pueda pagar.” Ok, quizás no es la frase más adecuada, pero siento que nos firmaron un montón de cheques que no tenían fondos y me siento algo timada. Y no es que la serie no me haya gustado; todo lo contrario, y creo que es precisamente por ese motivo por el cual la escasez de besos ha sido tan dolorosa. ¡No quiero una serie de compañeras de piso a las cuales shippear! Que para shippear donde nunca me van a dar nada más que amistad y fraternalismo, ya tengo mil millones de series, películas y libros, ¡y no! Eso no es lo que le pedíamos a The Fosters, esto no es lo que nos habían prometido, esto no es lo que queremos.

Queremos que Lena, después del miedo tan terrible que ha debido de pasar al pensar que podía perder a Stef para siempre, en cuanto la tenga en casa la desnude completamente y bese cada centímetro de su piel, queremos ver los labios jugosos de Lena sobre los pechos de Stef, queremos piel erizándose y manos unidas con fuerza, con esa fuerza de quien siente que jamás podrán separarlas y que no hay nadie más en el mundo que ellas dos, queremos que se olviden de los niños que viven en esa casa y se dejen llevar por ese amor que nos venden embotellado con edulcorante artificial que no nos acaba de satisfacer.

¡Queríamos esto!

Y nos han dado esto…

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No sé cómo se os queda el cuerpo a vosotras, pero yo debo decir que estas escenas me hacen pensar en aquella canción de Sabina en la que tan sabiamente nos dice que sólo calan los besos que no has dado… ¡Y menuda forma de calar! Además, hemos visto cosas que nos han dejado bastante claro que las actrices parecen más que dispuestas a darnos acción croquetil de la buena.

Esas sonrisas dicen que quieren más escenas de acción.

¿Y tú qué opinas? ¿Estás conmigo o crees que Lena y Stef nos dieron más que suficiente y que, si queremos más, nos tenemos que ir al porno lésbico?

Lo nuevo de Morinaga Milk se editará en EEUU

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Morinaga Milk es una autora conocida en el fandom yuri.  Aunque su primera obra, Kuchibiru Tameiki Sakurairo, tuvo bastante éxito, no fue hasta Girl Friends que se consagró como la autora de comedia romántica entre colegialas por excelencia. Ambas obras se pueden conseguir en inglés a través de la editorial Seven Seas Entertainment, así que no ha sido extraño que se hicieran con la licencia de Gakuen Polizi (“Policía de Instituto”).

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El sueño de ser una defensora de la justicia se cumple para Aoba Sasami cuando la mandan en su primera misión al instituto sólo para chicas Hanagaki. Disfrazada como estudiante, se encuentra con un lugar tranquilo que no parece necesitar de su ayuda. Y por si no era suficiente, ya hay una agente responsable de esa escuela, Midori Sakuraba.  La aventura de las dos compañeras empieza con mal pie, pero qué razón puede haber para que las hayan encargado a ambas de esa escuela?

Gakuen Polizi se ha estado publicando en la revista de seinen Comic High! desde Mayo del 2012. La esperada edición estadounidense llegará en Junio del año que viene, con el segundo tomo para otoño.

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Midori (morena) y Aoba(rubia)

(Via Anime News Network)

Laura Prepon: “¡Tío, las lesbianas me aman!”

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Lo sabe perfectamente. Laura Prepon es consciente del efecto que tiene en las lesbianas de todo el mundo y está más que a gusto con ello. En una entrevista que concedió a Canada.com, la actriz que interpreta a Alex Vause en Orange is The New Black, ha profundizado sobre la locura desatada por el estreno de la serie y nos ha dado más detalles sobre su relación con la comunidad LGBT. La entrevista tiene también una confesión hilarante sobre la escena de la ducha que abre la serie. Así que no te la pierdas.

Te extractamos la parte más jugosa del artículo. El resto puedes leerlo aquí (en inglés).

Sobre la escena de la ducha…

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¡Hola, soy Laura! ¡ENCANTADA!

CANADA.COM: A la fuerza tuviste que crear una intimidad con Taylor Schilling (Piper).

LAURA PREPON: Taylor y yo estamos súper cómodas una con la otra. La primera escena que rodamos fue en la que estábamos juntas en la ducha.

(WHAT? ¿Puede haber algo más raro que eso? Hola, soy Laura, encantada. Y ahora… venga, vamos a enrollarnos jajaja)

CANADA.COM: Esa tuvo que ser una extraña presentación.

LP: Sí, fue como “Hey, qué bueno volver a verte”, porque yo solo la conocía de una vez, cuando estuvimos leyendo nuestros papeles, y luego nos metimos en la ducha. Y fue genial, tuvimos mucha química. La gente me pregunta cómo es interpretar a una lesbiana y estar enamorada de una mujer y es muy interesante porque una de las cosas que he aprendido es que si hay química, simplemente la hay, tanto si es con un hombre como con una mujer. Taylor y yo tenemos mucha, así que cuando tuvimos que hacer las escenas de amor fue muy cómodo porque la química estaba ahí y traspasa la pantalla. He hecho escenas con chicos en las que no había química y es horrible, pero con ella está ahí.

Sobre las cartas de sus fans lesbianas…

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CANADA.COM: ¿Crees que todavía es estigmatizante interpretar a una lesbiana en la televisión?

LP: No lo sé. Yo apoyo a la comunidad gay y lésbica. Tengo amigas que son lesbianas, tengo amigos que son gays. Todo depende del personaje. Sí, hay muchísimas lesbianas en esta serie. Aparte de The L Word no se han interpretado lesbianas así en la televisión. En mi caso nunca había interpretado a una lesbiana antes y creo que es increíble. Como experiencia de aprendizaje, interpretar este amor por alguien delante de una cámara y que sea una mujer es muy interesante porque soy heterosexual y solo lo he hecho con hombres. Hay una comunidad gay y lésbica ahí fuera y es bueno que haya más relaciones en televisión con las que se puedan sentir identificados, y yo estoy muy orgullosa de poder ser parte de eso.

(Es cierto, hay muchas lesbianas en esta serie, como no las había desde The L Word)

CANADA.COM: ¿Has recibido alguna carta de fans de esa comunidad?

LP: ¡Tío, las lesbianas me aman! Soy alta, tengo una voz grave. Es como “¡Hola, catnip!” (***catnip es una hierba para gatos que los vuelve locos. No pueden parar hasta que se la comen***). Ahora que se está pasando esta serie, tengo curiosidad por saber qué es lo que va a pasar, porque siempre que salgo las lesbianas tratan de, ya sabes, “convertirme”.

Sobre “convertirse” al lesbianismo…

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¡AMÉN, HERMANA!

CANADA.COM: ¿Convertirte?

LP:  Uno de mis mejores amigos en Los Angeles dirige uno de los bares gays más grandes de la ciudad, y estoy a menudo allí con mis amigas y todos piensan que somos lesbianas, porque no actuamos como las chicas normales suelen actuar… me refiero a que yo crecí rodeada de chicos y la razón por la que salgo con estas chicas es que no son unas princesitas. Salimos sin maquillaje y con nuestro pelo sujeto en una coleta y es como “¿A quién le importa?” Así que cuando estamos en este sitio en varias ocasiones hemos tenido que decirles a las chicas “Eres fantástica, pero soy hetero”. ¡Y nunca me creen! Pero da igual, al final lo que estamos buscando todos es amor, así que ¿qué más da?

Oh, well… hetero, no entero, qué más da. La seguimos adorando, porque tú y yo sabemos que eso de “convertir” a alguien es pura charlatanería. Por ello, ya que en la vida real solo le gustan los hombres, nos queda el consuelo de que en la pequeña pantalla podremos disfrutarla con mujeres. Muchas mujeres.

Si te la perdiste, aquí puedes leer otra entrevista de Laura Prepon.

Gina Gershon interpreta a una madre lesbiana en ‘Dealin’ with Idiots’

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Si eres de las que rebasa la barrera de los 30, esta noticia te hará gracia. Si no, es muy probable que te suene a chino, pero te recomendamos igualmente que la leas porque es pura cultura croqueta.

¿Recuerdas a Gina Gershon? O más específicamente: ¿Recuerdas los escalofríos que te provocó Gina Gershon en Bound (Lazos Ardientes)? Supongo que sí, pero permíteme que te refresque la memoria, por si acaso:

Hola, soy Corky. Hago trabajos de fontanería. (A domicilio).

Efectivamente. Antes de Bette, antes de Shane, antes de Alex Vause, antes de cualquier personaje lésbico que te provoque tembleque de rodillas, lesbianas de todo el mundo ya adoraban a Corky (así, tan terrible como suena), la fontanera que hizo una exhaustiva limpieza a las cañerías de Jennifer Tilly en Bound. Y ahora la actriz que la interpretó (Gina Gershon) vuelve al redil gracias a Dealin’ with Idiots.

Para chuparse los dedos.

La película cuenta la historia de unos padres que tienen a un hijo con pocas cualidades atléticas que se mete en un equipo de baseball. Allí conocerán a Gina y Kerri, pareja de lesbianas y madres de uno de los niños que juega en el equipo.

Al parecer, Gershon sale en pocas escenas de la película, pero habrá que darle una oportunidad, aunque solo sea para verla interpretando a una lesbiana casi 20 años después de Lazos Ardientes. Por si la curiosidad te puede tanto como a nosotras, aquí tienes el trailer (en inglés) en donde puedes verla a partir del minuto 1:23:

Vía AfterEllen.com

Lindsay Lohan no deja espacio a la imaginación en ‘The Canyons’

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Pocas veces una escena de cama me ha dado tanta ¿tristeza? ¿pena? ¿compasión? como esta. Pero como en este blog tocamos todos los palos, aquí está: el momento más tórrido de The Canyons, la nueva película de Lindsay Lohan, que llegó a las pantallas norteamericanas el 2 de agosto y se proyectará fuera de concurso en el Festival de Venecia.

(Soy consciente de que te pasarás esta advertencia por el forro, pero para que veas que intento preservar lo que queda de tu inocencia: escena no recomendada a menores de 18 años)

The Canyons es una producción indie centrada en los avatares de un grupo de jóvenes que viven en Hollywood liderados por una aspirante a actriz (Lohan) y su novio (el actor porno James Deen). La película ha tenido que echar mano del crowdfunding para poder llevarse a cabo, y si bien es cierto que esta forma de financiación empieza a ser algo muy habitual, no lo es tanto encontrarse con actrices venidas a menos rodando escenas pseudopornográficas.

Desconozco vuestra opinión sobre Lindsay Lohan, pero imagino que no será muy diferente a la que tenemos por aquí: muñeca rota de Hollywood que podría haberlo tenido todo pero tropezó con sus propios pies por el camino. Más o menos todas conocemos la evolución de Lindsay. La hemos visto drogada, bebida, enamorada, juzgada, encarcelada, croqueta, bisexual, negando su lesbianismo… en fin… qué os voy a contar. Y ahora la vemos desnuda, en una escena de cama a ocho manos.

Juro solemnemente que esas luces de colores no son producto de las drogas.

A estas alturas creo que todas sois conscientes de que en este blog no somos nada mojigatas. Eso quiere decir que una escena así, tan subida de tono, tan bisexual, quizá nos hubiera gustado en otras circunstancias. Pero ver a la Lohan despeñarse de esa manera por los infiernos de Hollywood, desnuda posiblemente por cuatro duros, codeándose con actores porno, mirando a la cámara con esa cara de encontrarse en pleno viaje de ácidos… ¿qué queréis que os diga? Para mí no ha sido agradable. Ni sexy. Ni siquiera insinuante. Ha sido… triste. Sí, creo que triste es la palabra.

¿Y para ti? ¿Qué opinas?

Amber Tamblyn será la hija lesbiana de Charlie Harper en ‘Two and a Half Men’

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A mediados del mes de julio te contábamos que la serie Dos Hombres y Medio (Two and a Half Men) anunciaba la incorporación de un personaje lésbico en su próxima temporada. La croqueta en cuestión sería Jenny, la hija ilegítima del fallecido Charlie Harper, personaje que interpretó Charlie Sheen hasta la octava temporada. Pero esa era toda la información que teníamos al respecto. Hasta ahora.

Acaban de confirmar que la actriz que se pondrá en la piel de Jenny es Amber Tamblyn.

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Amber ya practica para el papel con su camisa a cuadros.

A Tamblyn la conocemos por sus trabajos en programas de televisión como Hospital General, y por su participación en largometrajes como Uno para todas (The Sisterhood of the Traveling Pants) o Django Desencadenado.

Siempre es agradable que la actriz elegida para croquetear sea guapa, aunque la noticia no resta ni un ápice de nerviosismo por el tratamiento que tendrá este personaje en una serie tan machista con Two and a Half Men. Pero como no somos de las que ponen el carro delante de los bueyes, preferimos esperar y mantener la calma. Estaremos ojo avizor. En la sombra. Al acecho.  Como ninjas. Jenny: no nos falles.

Cosas que odio como lesbiana: 4. Los tactos vaginales y la ginecología en general

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Como supongo que la gran mayoría sabréis yo he estudiado medicina. (Asumo que lo sabéis porque a quién queremos engañar: esto es un pueblo al fin y al cabo y todos (todas) nos conocemos y además sois unas putas stalkers y yo tengo un problema con la gestión de mi información personal en la red).
El caso, que ha estado muy bien. Es una carrera preciosa que no puede no gustarte (os reto a decir lo contrario) y por otra parte la gente mola. Es decir, hay gilipollas como en todas partes (en algunos aspectos más gilipollas que en cualquier otra parte), pero es una carrera bastante liberal y por tanto el paraíso gayer y ni siquiera sé cuánta gente entendía realmente en mi facultad porque TODO EL PUTO MUNDO ERA GAYER. En serio. Hubo una temporada en la que mis amigas me contaban que no sé quién era lesbiana y ya ni siquiera era noticia porque: ¿ESA TAMBIÉN?
Era maravilloso.

El caso es que, obviamente, también tiene sus contras. Como por ejemplo lo incómodo que es estudiar ginecología cuando eres lesbiana y, como ya he hecho constar en otras ocasiones, tus amigas son retrasadas mentales.

Toda la asignatura es en sí una puta tortura, porque de repente parece que eres experta en todo lo que tiene que ver con coños. Si sois heteros, estáis estudiando medicina, y creéis que vuestra amiga la bollera tiene todas las respuestas, dejadme deciros una cosa: NO. En serio, no tiene puta idea y es más, PREFIERE NO TENERLA.
Vamos a ver, que la maldita asignatura va sobre enfermedades de transmisión sexual, cánceres y lo que viene siendo en general PATOLOGÍAS.
Ni lo saben ni lo quieren saber.
(Por no hablar de que si eres heterosexual y mujer, tienes uno de esos entre las piernas, si tú no lo sabes, ¿POR QUÉ CREES QUE YO SÍ?)

Pero si pensabais que esto ya estaba siendo bastante malo y desagradable e incómodo y preferís no pensar en ello, dejad que os diga dos palabras: PRÁCTICAS y SEMINARIOS.

Contrariamente a lo que uno podría pensar, la peor parte no fueron las prácticas.

Al fin y al cabo, las prácticas se hacen como máximo de dos en dos y hay un número máximo de bromas sobre ver y tocar coños que alguien te puede hacer sin que nadie se las ría antes de resultar cansino.

Lo peor fueron los seminarios, pero, por una vez en mi vida, LO PEOR no me lo llevé yo.
Voy a proceder a explicar una anécdota en la que por una vez no fui la pobre víctima y a pediros por favor que seáis empáticas con la pizpireta protagonista.

Todo empezó en un seminario en el que para que nos pudiéramos hacer una idea de cómo se hacía un tacto vaginal y no la liáramos parda cuando empezaran las prácticas, nos trajeron unos muñecos para hacer prácticas como los que se muestran en la imagen:

Iba a poneros las imágenes de los muñecos, pero después de buscar “muñecos tactos vaginales” en Google he quedado traumatizada y me niego a seguir buscando.

No había llegado todavía nuestro turno cuando las bromas de mis amigas empezaron. Lo típico de: “te estará encantando esta práctica”, “podrían convalidarte la especialidad directamente”, “vas a ir a los seminarios de todos los grupos sólo para poder hacer la práctica varias veces” y ya cuando una de ellas soltó un “podrías enseñarnos” no pude resistirme a la sonrisa de medio lado y la mirada intensa. Yo soy una persona que no sabe tontear; de hecho, soy tremendamente lamentable cuando lo intento (y cuando no, pero eso es otra cosa). Pero ni siquiera me hizo falta decirles que si tan interesadas estaban no me importaba hacerles una demostración en vivo y en directo en mi cama, con la mirada y el arqueamiento de cejas fue suficiente.
Ahí aprendí que confundirlas utilizando la idea del sexo lésbico, funcionaba. Fui feliz ese día pensando que las costas a mi chanza habían finalizado, pero no tardé en darme cuenta de que no era así, que se trataba sólo de un periodo de adaptación.
Pero al menos ese día había funcionado.

Y entonces, mientras yo estaba revolcándome en mi triunfo, por fin llegó nuestro turno.

Quizás por el intercambio anterior o quizás porque simplemente sabía que ninguna de nosotras sabía hacerlo, una de mis amigas se giró a preguntar a la chica que estaba detrás de ella si sabía hacer un tacto vaginal.
La cosa fue tal que así:
-Malvada Amiga: “Oye, ¿sabes hacer un tacto vaginal?”
-Pobre víctima lesbiana mientras enrojece, cree que le están tomando el pelo y mira al suelo: “Yo… No. Eh… No”.
Malvada Amiga cae en la cuenta de lo que acaba de pasar. Enrojece. Empieza a tartamudear una disculpa: “No, no, no, no. No era… no”.
Silencio sepulcral.

Me gustaría contaros que Malvada Amiga aprendió la lección y nunca volvió a meterse con ninguna pobre víctima lesbiana, pero siento comunicaros que eso no fue así y que de hecho su víctima preferida continúo siendo yo.

Así que, supongo que lo mal que lo pasó la pobre chavala demuestra que no soy la única que tiene los tactos vaginales y la ginecología (además de a Malvadas Amigas) en la lista de cosas que odia como lesbiana.

(Aunque después de la anécdota antes contada voy a asumir que ella lo odia incluso más que yo).

5 mangas yuri que no te puedes perder

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Yamaji Ebine Love my Life

Si ayer hablábamos de aquellos animes que nos quieren hacer sangrar los ojos, hoy toca resarcirse con manga yuri que alimentan el alma. Y es que aunque no hemos tenido mucha suerte con según que adaptaciones animadas, en el mundo del papel hay buenísimas historias que no os podéis perder.

PIETÀ · Nanae Haruno

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De las primeras joyitas que los fans del yuri encontramos, allá por el 98. Esta obra es considerada jôsei aunque la temática central sea la tormentosa relación entre dos adolescentes: una que se autolesiona y una hikikomori. Fue de las primeras veces que el drama estaba bien servido, con razones y consecuencias, pero sin caer en la teatralidad surrealista de Ryôko Ikeda (lo sentimos, pero es así).

AOI HANA · Takako Shimura

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Os recomendaríamos cualquier obra de esta autora, pero sin duda la exquisita Sweet Blue Flowers (título de la edición americana) es una buena manera de empezar. Akira retoma la relación con su amiga de la infancia, Fumi, quien ha descubierto lo mucho que le gustan las chicas. Con todo un plantel de personajes bien construidos vemos crecer a estas dos chicas con sus tristezas y alegrías. Delicada, compleja sin caer en clichés y con un dibujo de aúpa.

STRAWBERRY SHAKE SWEET · Shizuru Hayashiya

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Cuando creíamos que todo iba a ser drama en el género (y estábamos cansadas de ello) vino Hayashiya con un manga fresco, divertido y tan adorable como su mismo título. La obsesión de Julia, una modelo veterana, con la recién llegada Ran es fuente de carcajadas y buenos momentos. Además la autora contenta nuestra alma croqueta repartiendo lesbianidad por todos los personajes de su obra.

MAKA MAKA · Torajirô Kishi

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Si os apetece algo más picante, esta obra lo tiene todo y en color. Escenas de alto voltaje entre dos amigas con mucho derecho a roce, Nene y Jun. Si estáis hartas de tanto yuri en el que sólo se dan la mano, esta serie hará las delicias de vuestros gustos más adultos. Tal vez sólo le criticaríamos que caiga en el error de hacer a todos los tíos que aparecen unos capullos redomados.

LOVE MY LIFE · Yamaji Ebine

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Otra autora que no os defraudará en cuanto a historias reales se refiere. Salir del armario, vivir con otra mujer en una sociedad tan cerrada como la japonesa, crecer y aceptarse a uno mismo… todos estos temas se tratan en Love My Life de manera ascética, sin dramas ni grandes redobles de tambores. El dibujo, simple y expresivo, acompaña a la historia de Ichiko, que después de salir del armario, descubre que su padre es gay y su madre lesbiana. Como extra, en 2006 se hizo una película de acción real con Asami Imajuku y Rei Yoshii.

Y a ti, ¿qué manga yuri te ha marcado más? Si tienes algún favorito, no dudes en compartirlo con nosotras!

Los 5 peores animes yuri de la historia (que todo el mundo adora)

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Kannazuki No Mikô Ending Screenshot Yuri

El mundo del yuri es pequeño y endogámico. Los mismos clichés, el mismo tipo de personaje, las mismas colegialas una y otra vez. A veces la mezcla sale bien y a veces la mezcla sale mal. En ese último caso, está casi asegurado que vendrá un estudio de animación a interesarse por ella. Y, como rebote, se convertirá en una especie de serie fetiche para el fandom.

No es nuestra intención tirar piedras sobre el propio tejado ni mucho menos herir sensibilidades. Sin embargo, que estas cinco series estén en el top de favoritas entre las aficionadas al género es, cuanto menos, inquietante.

STRAWBERRY PANIC · Sakurako Kimino / Madhouse

El pelo de Shizuma nos da pesadillas.

Sólo es perdonable la existencia de un anime tan chorra y estereotipado como este dentro del contexto del boom que fué Maria-sama ga Miteru. Después del aburrimiento mortal que les produjo a muchos la tranquila serie de Oyuki Onno, es sólo natural que saliera esta versión, más picante y frívola. La serie sabe lo que es y a lo que va y no pide excusas por presentarte a personajes planos e imbéciles, situaciones estúpidas y unas tetas que dan escalofríos.

YAMI TO BÔSHI TO HON NO TABIBITO · Root / Studio Deen

El pelo de Lilith nos da... No espera, TODO nos da pesadillas.
El pelo de Lilith nos da… No espera, TODO nos da pesadillas.

Aparte de un nombre que me costó un mes pronunciar y recordar, Yamibou es otra de esas series que no pide excusas: desde el principio sabes que vas a ver fanservice a mansalva. La premisa: una chica busca a su amada a través de diferentes mundos con la ayuda de una bruja que está interesada en ella. Hubiera sido interesante si el diseño no hubiera sido horrible, la historia aburridísima y la relación semi incestuosa de Hazuki y Azuma una fuerte disuasión para encandilarte con el aspecto romántico.

CANDY BOY · AIC

Basta de incesto en el yuri por favor.
Basta de incesto en el yuri por favor.

Aunque nada como Candy Boy para salir corriendo a la primera de cambio. Al ver los diseños esperas puppy love y cosas monas, pero te meten la absurda historia incestuosa de dos gemelas a cual más retrasada. Y claro, no sólo te sientes insultada por ser el público objetivo de semejante patraña, es que no puedes contener el horror al verla aparecer en cualquier foro del género por el que pasas.

SHÔJO SECT · Ken Kurogane / Amacord

Al menos el diseño no era horrible…

Un yuri con argumento y donde se daban algo más que la mano, decían. Shôjo Sect iba a ser la serie de animación que rescatara el género del olvido en el que estaba cayendo. Afortunadamente la OVA pasó sin mucha pena ni gloria aunque te la siguen recomendando si pides anime yuri por ahí. Tal vez se le podría dar puntos por las escenas de sexo, pero como todavía estamos intentando descifrar de qué demonios iba el rollo que se llevaban Shinobu y Momoko, nos abstendremos.

KANNAZUKI NO MIKÔ · Kaishaku / TNK

La escena del ending más reversionada del mundo.

La joya de la corona. La serie sobrevalorada y ensalzada hasta la saciedad por cualquier fan del yuri que se precie. El horror lésbico, por definición. Qué bien pintaba en ese primer episodio y cómo nos hizo alzar más y más la ceja hasta caer rendidas del tedio. Si la psicosis, el síndrome de Estocolmo y la “violación por amor” no te echan para atrás, la soporífera historia de mechas será lo que lo haga.

Muchas fans estarían dispuestas a lanzarse a la yugular por semejantes críticas, pero como diría Darth Vader “Examina tus sentimientos, sabes que es verdad.”

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