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¿Sigues enamorada de mi?

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croqueta librePodéis enviar los textos (preferiblemente que no incluyan ninguna imagen) a la dirección de correo que figura en el banner, con el asunto “La croqueta libre”. Los textos se leerán para escoger, pero no se editarán. Es decir, que si tu texto se ajusta a la temática de la web, lo publicaremos, pero sin corregir las posibles faltas. Los textos deben ir firmados con nombre o seudónimo. ¡Ah! ¡Y un título! 

La verdad es que solíamos discutir prácticamente a diario. Las dos estábamos cansadas de tanto discutir, pero a la vez seguíamos ahí. Durante esos 3 meses salir con más gente era lo único que nos animaba un poco. El alcohol nos hacía valientes y nos atrevíamos a besarnos y a hacer el amor esa noche o, por lo menos hacerlo. Besos apasionados en los que necesitas parar para poder respirar mientras las manos recorren los cuerpos, o simplemente acarician. Sentir como empezaba a jugar con su boca en mi cuello, en mis pechos y con el resto de mi cuerpo mientras notaba que me agarraba con fuerza, sin querer soltarme. Eso es lo que más me gusta de ella. Pone ganas y se involucra hasta el fondo en todo lo que hace. He de decir que esa era una de las razones por las que discutíamos tanto, y es que nos parecemos TANTO. Todo nos lo tomábamos a pecho y todo era un mundo. ¿Te has acordado de decirle a la casera lo de la caldera? ¿Les has dicho a tus padres que al final mañana no voy a poder ir a comer? ¿Tan difícil es poner el lavavajillas cuando está lleno? Pues así era. Una buscando los defectos de la otra para recriminarle algo. Estábamos metidas en un ciclo sin fin del que queríamos salir y no sabíamos como hacerlo.

No sabía si estaba enamorada o que, pero aún así me encantaba mirarla mientras dormía (soy de las que se despierta antes de que suene el despertador). Sonreía mientras dormía y hacía unas muecas super monas. Podía estar horas observándola, esas 4 pecas que tan bien le quedan, apartarle el pelo de la cara, sus labios… Dios mío sus labios. Como me gustan esos labios, pensaba. Me moría de ganas de hacerle de todo, pero el orgullo ganaba. Me levantaba antes de que sonase el despertador y preparaba el café. Aún así, no era tan fría, volvía para apagarlo yo y la despertaba con un beso en la mejilla y un buenos días al que ella respondía con una sonría y repitiendo la misma frase. A las dos nos encanta el aroma del café, así que despertarse con él al lado era algo que le encantaba. A partir de ahí ya no hacíamos más de pareja, cada una se iba y nos veíamos por la tarde. Hartas del día a día y sabiendo que en casa lo que esperaba era la probablemente una discusión o un silencio algo incómodo. Como todos, también teníamos momentos de risa. A veces cuando nos reíamos y parábamos, nos quedábamos mirándonos, como esperando a que la otra hiciese algún tipo de señal.

Todos los días me planteaba dejarlo, pero no me hacía a la idea, no quería hacerlo. Ya habíamos pasado por otros baches, pero jamás como este. Un viernes salí a tomar algo y mi ex y yo nos encontramos sin saber como porque estaba lleno de gente. Una cosa llevó a la otra y nos quedamos hablando. Me preguntó como me iba con ella así que me esforcé al máximo en mentirle y decir que todo iba genial. No dio resultado, me conocía demasiado. Me recordó que me seguía temblando el labio superior cuando mentía. Ella seguía guapa, simpática y adorable como siempre. Derrochaba energía y su sonrisa era exactamente igual a la que me enamoró un par de años atrás. Estuvimos tonteando como adolescentes durante horas, hablando de su perro, mirándonos las pulseras y contándome las locuras a las que se había dedicado hace poco mientras yo me moría de la risa. He de decir que siempre supo hacerme reír.

Cuando volví a casa estaba leyendo. Mientras me desmaquillaba y me cepillaba los dientes antes de ponerme el pijama, me preguntó como había ido la noche. Le conté que fuimos a un bar y que estuvimos genial. Siguió leyendo sin decir nada. La verdad es que no lo pensé mucho. Me salió soltarle que había visto a mi ex. Supongo que una mezcla entre rabia y culpabilidad me hicieron perder los nervios. A eso le añadí que me hizo sentir como al principio, libre y feliz.. Al principio pensó que nos habíamos enrollado y recurrió a la tontería de que yo seguía enamorada de la otra pero por orgullo tras los cuernos (mas de 1,  he de decir) no volvía con ella. Nos recriminamos tonterías durante al menos dos horas, hasta que nos hartamos y nos quedamos despiertas atrapadas en un silencio que nos daba miedo romper. La verdad es que era el momento idóneo para acabar con todo, pero ninguna lo hizo. Ahora caigo en que ese miedo era lo que me hacía aguantar. La quería, claro que la quería. Había pasado los mejores años con ella, no quería dejar todo eso atrás, y mucho menos a ella.

Empezó a llorar, como si ella estuviese pensando lo mismo, sin dejar que la abrazase o por lo menos la tocase y me hizo la pregunta. ¿Sigues enamorada de mí? Lo dijo lentamente, como con miedo a conocer la respuesta. En sus ojos noté que no estaba lista para escuchar un no, tenía miedo, y desvió la mirada como siempre hacía. Las cuatro palabras fueron como cuatro puñetazos que me fueron directamente al corazón. No podía creer que ella no lo supiese. Rompí a llorar mientras acercaba su cara a la mía apartándole el pelo y forzándola a mirarme repitiéndole el sí más rotundo que había pronunciado en mi vida. Claro que seguía enamorada de sus besos, de su forma de ser, de su forma de acariciar, de su marca de nacimiento en la clavícula, de ella, de todo su ser. Nos besamos y nos miramos. Hicimos el amor no se cuantas veces. Observándonos, susurrándonos, disfrutando del placer propio y del ajeno, frenando los gemidos de la otra con nuestras bocas o manos, lo que fuese. Fumamos y bailamos riéndonos mientras la música sonaba de fondo. No teníamos sueño. Queríamos recuperar todos esos momentos en una sola noche.

.-MG

‘The Runaways’, las cinco chicas que revolucionaron la historia del rock

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Joan, Lita, Cherie, Sandy y Jackie. Cinco adolescentes, ninguna todavía dentro de la edad legal para beber, que sólo querían montar un grupo de rock pero que cambiaron la historia del rock al hacerlo. Su paso por la música fue breve, del 75 al 79, aunque no por ello menos exitoso e intenso y que podría resumirse en sexo, drogas y rock ‘n’ roll.

Todo comenzó con Joan Jett y Sandy West, la primera a la guitarra y la segunda a la batería. Bajo la batuta de Kim Fowley, productor y buscador incansable de nuevas estrellas, estaban decididas a llegar a lo más alto. A ellas se les unió Miki Steele, pero las abandonaría antes de que el grupo despegase para irse a las Bangles y Jackie Fox la sustituiría. Con una Cherie Currie de sólo 16 años de edad en el micro y la poderosa guitarra de Lita Ford, quien estuvo a punto de dejar pasar esta oportunidad al enterarse de que las demás no es que fueran precisamente heterosexuales, el quinteto que compondría Cherry Bomb o Neon angels on the road to ruin estaba listo para romper moldes y estereotipos en el proceso. La primera banda de rock compuesta únicamente por chicas se había formado e irrumpía con una fuerza que nadie podía haber aventurado en el masculino mundo del rock ‘n’ roll.

En 1976, The Runaways publicaría su primer disco homónimo consiguiendo un éxito moderado en Estados Unidos. Telonearon a grupos como Cheap Trick, The Ramones o Van Halen, pero nunca consiguieron el respeto que se merecían, ninguneadas por ser un grupo de chicas adolescentes en una escena dominada exclusivamente por hombres y por ser consideradas un producto prebabricado para la prensa musical. Su segundo disco, Queens of noise, marcaría un antes y un después. El fenómeno The Runaways acababa de explotar y las chicas alcanzarían el status de superestrellas pero, irónicamente, eran ajenas a ello. En los Estados Unidos habían conseguido hacerse un pequeño hueco en la escena punk, pero era fuera de las fronteras estadounidenses donde la verdadera revolución estaba teniendo lugar. Alemania, Canadá, Australia o Japón. Eran esos los países que besaban el suelo que pisaban estas cinco chicas.

El punto álgido de su carrera, a la vez que el principio del fin, fue su gira por el país del sol naciente. Tuvieron su propio especial televisivo, del que publicarían un disco, Live in Japan, que se fue inmediatamente a la lista de los más vendidos, aparecieron en numerosos programas de televisión, y local en el que tocaban, local en el que colgaban el cartel de vendido. Los japoneses parecían no tener suficiente de estas chicas, pero ellas sí.

Los beneficios que generaban eran ingentes, pero ellas no veían más que una minúscula parte, las peleas internas comenzaban a ser cada vez más frecuentes, y los interminables viajes, ensayos, grabaciones y actuaciones les empezaban a pasar factura. Jackie Fox dijo que no podía más y abandonó al grupo en plena gira nipona. Cherie Currie no duraría mucho más. Años más tarde se revelaría que Kim Fowley tuvo mucho que ver con esta ruptura. Había sido acusado de haberse quedado con gran parte de sus ganancias, manipularlas buscando los choques y enfrentamientos para mantener una posición de control, y hasta de abusar verbalmente y sexualmente de ellas, como como ha reconocido Jackie Fox a los medios y Cherie en el documental Edgeplay, en el que la bajista no quiso participar.

Ya sin Jackie ni Cherie, que decidió buscar una carrera en solitario en la música junto con su hermana Marie y, posteriormente, en el cine para poder costearse su adicción a las drogas, The Runaways publicarían dos discos más antes de separarse por desacuerdos creativos y seguir cada una por su lado con más o menos fortuna, Waiting for the night y And now… The Runaways.

En el 2010 estrenaron el recomendable biopic de la banda. Detrás estaba Joan Jett y delante, Kristen Stewart, encargada de representarla, y Dakota Fanning como la rebelde Cherie Currie. La película le ha dado una nueva vida a un grupo que sino hubiera caído totalmente en el olvido. Y ello a pesar de que, si bien su existencia puede haber sido corta, su influencia aún se nota a día de hoy. Sin The Runaways no hubiéramos tenido a las Riot Grrrl, a Hole o a The Donnas, sus sucesoras más directas.

Yo conduzco

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Cuando era pequeña conocí a una mujer que conducía un coche. Ella conducía el coche de la familia. Era raro que una mujer condujera un coche hace treinta años, pero más raro era que no lo hiciera el marido. En esa familia el marido se sentaba siempre en el asiento del copiloto y ella en el del volante. Creo que alguna vez pregunté por qué era así, por qué no conducía él. Supongo que me contestaron con naturalidad, sin darle mayor trascendencia de la que tenía, porque no recuerdo cuál fue la explicación que recibí al respecto.

Después, con los años, he seguido viendo a mujeres que conducen, mujeres que llevan cualquier tipo de coche o moto y cada vez ha sido más frecuente, hasta que hoy en día es lo más normal del mundo. Conducen taxis, camiones, trenes y hasta aviones.

Sin embargo, aunque tanto hombres como mujeres conducen y lo hacen de forma indistinta, hay algo que me ha llamado la atención hoy buscando juguetes para Reyes. Me ha llamado tanto la atención que quería compartirlo con vosotras.

La imagen que aparece a continuación es de un juguete de una famosa marca de coches y vehículos variados para niños y niñas.

Han pasado treinta años desde que le pregunté a mi madre por aquella extraña señora que conducía el coche de su, dedujo mi “yo” niña, marido. Pero la gran caja del coche con esa imagen (ocupa toda la cara frontal) estaba esta tarde en una famosa y céntrica juguetería de Valencia (junto al Mercado de Colón) y miles de niños y niñas  van a acostumbrarse a ver al niño conduciendo (activo, intrépido) y a la niña dejándose llevar (pasiva, recatada, sin carisma).

Al llegar a casa he seguido con la inquietud metida en el cuerpo y he querido comprobar el resto de juguetes de motor de la marca en cuestión. Cuál ha sido mi sorpresa cuando he visto que tanto niños como niñas conducían coches y motos de juguete de forma indistinta. Pasaba imágenes en mi pantalla y niños y niñas sonrientes conduciendo me mostraban su felicidad. Entonces me he topado con estas dos escenas:

 

Y la realidad me ha golpeado fuerte:

Esta marca permite que la niña conduzca, la niña independiente y libre. Ella sí puede hacerlo, por eso presentan motos y coches de distintos tamaños y colores donde una niña disfruta sobre ruedas. El problema no es si la niña (mujer) puede conducir (cuando viaja sola), el problema (y esta marca lo tiene claro) es que si hay que elegir entre ambos, él es el que lleva el volante.

 

He repasado varias veces la galería de imágenes (no quería equivocarme), pero solo hay estos tres vehículos con dos pasajeros y, como podéis observar, en los tres conduce el niño.

 

Me ha venido a la cabeza que estas fiestas el ayuntamiento de la ciudad junto con el Colectivo LAMBDA* ha promovido una campaña de Navidad especialmente encaminada a la no discriminación por razón sexual y de género a la hora de regalar juguetes. Sin embargo hay tanto por hacer todavía que da vértigo. Porque la norma es tan invisible y la realidad está tan enraizada en nuestro propio inconsciente, fijándose y convirtiendo todo lo que nos va llegando a través de los sentidos en lo cotidiano, que hay que pasar dos veces por la misma juguetería para empezar a reflexionar sobre cómo hacemos las cosas. Sobre el origen de lacras como el machismo o sobre cómo poner freno y educar en contra de la violencia contra las mujeres. Porque cosas como el coche de juguete no debería ser lo que enseñamos a los más pequeños, porque debemos cuestionarnos las cosas y enseñarles a ellos a cuestionárselas también. Porque no es solo el coche, el juguete es la punta del iceberg, es una punta de las miles que vivimos a diario.

El niño que conduce trasmite esta idea al niño que contempla el juguete: “Tú tienes (debes) llevar el control siempre. No te dejes dominar ni muestres nunca tu indefensión o tu miedo. Tú tienes el poder”.

La niña que lo acompaña trasmite esta idea a la niña que contempla el juguete: “Tú tienes (debes) dejarte llevar, confía en quien conduce y no muestres interés en cambiar las cosas. Así es como debe ser”.

 

Podréis decirme que soy una exagerada, una alarmista. Podréis pensar que llevo al extremo un hecho inofensivo, pero justo pensar que es inofensivo, que no es para tanto, es lo que lo convierte realmente en poderoso, porque pasa desapercibido.

 

*Fe de errores: En el artículo indico que el Ayuntamiento ha iniciado una campaña junto con el colectivo Lambda para concienciar sobre el no sexismo en los juguetes, pero en realidad la campaña en la que participa Lambda no la ha hecho con el ayuntamiento, sino con la Consellería de Igualdad. La campaña del ayuntamiento es otra (con la misma idea que la anterior) y la promueve la Concejala de Igualdad Isabel Lozano.

 

 

 

*Aquí podéis leer más sobre la campaña: http://www.eldiario.es/cv/valencia/Juguetes-rebelan-sexismo_0_592840946.html

La palabra “novia”

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Es Navidad y parece que todo el mundo habla de amor. Si no se hubiera ido la luz en la finca en la que vivo, si no nos hubieran hecho un “puente” para devolvernos la electricidad, si continuara funcionando la antena de televisión, probablemente la tele estuviera puesta en casa y yo vería, con desgana, retazos de una película que hablara de amor. La vería sin mirar, sintiendo el amor que tengo alrededor, pero sobre todo sintiéndome herida por el amor que no tengo: por esas llamadas —que cruzaban kilómetros— que no llegarán este año, por los kilómetros que no recorreré yo para ver a personas que se quedaron a atrás, por el mar Mediterráneo que meció mis días las navidades pasadas cuando me sentía ya al borde del precipicio.

Por eso, por el amor que no tengo y por el amor que me llena, no quiero hablar de amor, sino de palabras.

Hay palabras difíciles de pronunciar. La palabra “novia” quizá sea una de estas. Cuando mi madre quiere preguntarme si salgo con alguien, utiliza la palabra “amiga”. “¿Es tu amiga?”. Y yo la entiendo y no la rectifico diciéndole que amigas tengo (pocas, pero tengo), pero que no salgo con ellas. Que ella lo que quiere decir es si tengo novia, igual que utilizó esa palabra años atrás, remarcándola mucho, arrastrando las vocales y enfatizando la bilabial, cuando hablaba de la chica con la que estaba mi hermano.

Ese podría ser uno de los “indicadores de normalización” que usaran los ayuntamientos, por mencionar alguna institución, para medir el grado de “aceptación”, de tolerancia, de no diferencia, de toda la ciudadanía con respecto de la comunidad LGTB. Yo, que me dedico a la enseñanza, lo instauraría también como indicador de evaluación de los centros educativos. Dejaría a un lado el volumen de suspensos, los resultados en competencias básicas, el número de graduados… y me fijaría en todos los alumnos y profesores, sobre todo profesores, que con capaces de emplear el término novias para describir la relación entre dos mujeres y que renuncian a las miradas despectivas y a la burla fácil, e incluso a las miradas condescendientes, cuando se cruzan con un hombre “de la acera de enfrente”.

Estos son los versos de una canción de Lluís Llach que abren la libreta en la que últimamente escribo.

Suspenderían muchos institutos, me temo, especialmente quizá en el sector del profesorado, porque es difícil pronunciar aquello que no se comprende. Y la palabra “novia” es difícil de comprender.

Esa es la otra cara de la moneda. Ese es el otro motivo por el que hay palabras incómodas, difíciles, que infunden miedo. En esta sociedad efímera, de “efimeridad” (sustantivo claramente inventado, pero idóneo en este caso), en la que el valor del compromiso parpadea como una batería de obsolescencia programada, la palabra novia se atraganta también en las gargantas propias, no solo en las ajenas. “¿Y qué es para ti una novia?”, me preguntaron hace un par de días. Y creo que justamente olvidé mencionar el compromiso. Hablé de compartir, del deseo, de la confianza, del amor en definitiva (pero he dicho que no os iba a hablar de amor); pero no mencioné la capacidad de comprometerse con alguien, de entrar en su vida y de permitir que entre en la tuya, con respeto, con delicadeza: de la mano.

Yo sí puedo pronunciar la palabra “novia”, como pronunciaría bien alto, con orgullo, las palabras “mi mujer”. Entonces aún habría cabezas que se giraran para mirarme y miradas demasiado atentas y más de un indicador de normalización suspenso; pero también habría compromiso, felicidad, amor.

Sin embargo, como os he dicho que no iba a hablar de amor, continuaré dedicada a estas páginas, que a vosotras os llegan a través de la pantalla, pero que para mí son una libreta de papel reciclado (y manchado de tinta negra) que me regalaron en el primer colegio en el que trabajé. Una libreta en la que soy yo misma y en la que os esperaré, como los versos de Lluís Llach que la preludian, hasta el año que viene.

Si me dices adiós,

quiero que el día sea limpio y claro,

que ningún pájaro rompa la armonía de su canto.

Que tengas suerte

y que encuentres lo que te ha faltado

en mí.

Si me dices “te quiero”,

que el sol haga el día mucho más largo,

y así, robar

tiempo al tiempo de un reloj parado.

Que tengamos suerte,

que encontremos todo lo que nos faltó

ayer.

Lluís Llach (traducción mía). Podéis escuchar la canción entera aquí:

Desde HULEMS con amor: ¡Felices Fiestas!

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Y un año más llegó el solsticio, las compras de última hora (-Perdone, señorita, ¿tienen las temporadas de ‘The L World’?), las comidas y cenas de empresa con esa compañera tan mona vestida de gala para la ocasión, y las comidas y cenas familiares con preguntas más o menos incómodas. Llegaron las fiestas y esas tardes de enrollarse en una mantita para ver Rosas rojas. Y nosotras, un año más, nos tomamos unos días de descanso para purificar los chakras y empezar 2017 con energías renovadas.

El staff de HULEMS os desea unas felices fiestas y un buen comienzo de año, así que disfrutad del turrón, los villancicos, los regalos y de las familias políticas y propias. Con amor, ¡felices fiestas!

Marca, Riatha, Gio, Syx, Scout, Toast, Charlie, Darkmina, Pepi, Polioro, Ms Plath, Silviasi, las chicas de Fan Grrrl, Nat, Val, Paula A, Thais y Vanessa.  

Lo mejor del año para el staff de HULEMS, edición 2016

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Marca

Como adivina no tengo precio. El año pasado, por estas fechas, dije que estaba segura de que este año que nos deja iba a ser mejor que 2015 y, mira, no. No sé si el listón estaba muy alto, o qué pasa, pero 2016 ha sido regular. Pero, por mucho que esa sea la sensación que nos queda, siempre hay cosas que lo salvan.

La presencia LGBT en los medios ha sido enorme, más que ningún año anterior. Eso BIEN. También se nos ha tratado peor que nunca. ¿Producto de que crece el número? Pues no sé, la verdad. Pero mi esperanza es que hayamos aprendido, creadoras y espectadoras, y todo esto sirva para algo.

Nuestro trabajo diario en HULEMS se ha visto recompensado de un nuevo modo, y es que ¡nos llamaron para dar charlas!, ¡nos dieron un premio!, ¡hemos editado un libro gracias a que las autoras y las lectoras nos quieren!. No sé, a veces me acuerdo de cuando HULEMS era un cero pelotero y me río sola. Esto, por supuesto, se lo tengo que agradecer a todas las colaboradoras que, en la medida de sus posibilidades, ponen su grano de arena para que esto vaya para arriba. Mola hacer HULEMS, porque las que hacen (y las que leen) HULEMS molan. Es así.

Una parte importante de la web es, por supuesto, todas aquellas personas que no escriben, y a veces ni siquiera leen, pero están perennes, inamovibles, un día tras otro, o incluso Guadianescas, en nuestras vidas. En la mía, las que me aguantan y siempre, siempre, tienen la palabra justa para hacerme reir. Gracias. Y no hay que olvidar que, sobre todo, ne laissez pas tomber votre nation: la disco a besoin de vous. 

 

Pepi

Pepi, aclarándose con la Navidad

Bueno, el encargo era escribir unas líneas (que ya serán más) sobre lo mejor de 2016 (este año tan caótico y apocalíptico) y no tenía por qué ser algo croqueta. Como ha sido un año tan raro y triste creo que prefiero ponerme tonta y alegrarme por todas las cosas buenas (solo algunas) que han pasado en esta web. Parece ya una eternidad, pero nos invitaron a una charla sobre nuevos medios y nuestra directora explicó cómo funciona HULEMS. Sacamos unas camisetas muy chulas y oye, aunque siga sin triunfar por las noches, al menos no triunfo con estilo. Que siempre mola más. Nos dieron un premio (¡el mismo año que a Leo!) y sacamos un libro chulísimo gracias a Marca y a otras once talentosas y bellas almas. Y vosotras, lectoras, habéis seguido ahí. Que eso también es lo importante. Aunque quizá lo mejor de 2016, a parte de haber podido vivir todo esto, es que mis geniales compis no se han cansado todavía de mí como para bloquearme. A ver si en 2017 siguen sin descubrir que soy tonta jijijiji. ¡Suerte a todas con las fiestas y feliz año!

 

Paula Plath

Se acaba el 2016 y, a pesar de que a primera vista pueda parecer que no ha sido un año demasiado bueno, sí que ha tenido cosillas guays y chachis. El estreno de Las cazafantasmas molándolo todo, Westworld, el último disco de Tegan y Sara, Gal Gadot como Wonder Woman, Alex Danvers en esta segunda temporada de Supergirl, o las cada vez menos infrecuentes noticias sobre nuevas heroínas o superheroínas que llegan a la pequeña y gran pantalla y que sólo espero que no se quede aquí y vaya cada vez a más. Los Juegos Olímpicos no podían faltar tampoco en un listado de lo mejorcito del año, sobre todo la merecidísima plata que se trajeron a casa las chicas de basket y que tanto disfruté y sufrí. La canasta de Ana Cruz en los últimos segundos que nos dio el pase a semis… Madre mía. Taquicárdico fue aquello.

Este también ha sido un año de reencuentros, mi reencuentro anual con Alex Vause y la nueva temporada de Orange is the New Black, que sigue tan buena (ella y la serie) como siempre, el de los chicos de Operación Triunfo, que tantos recuerdos y risas (sobre todo risas, muchísimas) me ha traído, o con mis adoradas chicas Gilmore en Stars Hollow.

¡Ah! Y Carol, ¿cómo olvidarse de Cate Blanchett y Rooney Mara en Carol?

Toast

Tras una hora pensando en lo bueno que ha dejado este 2016, el único titular realista es que este año ha sido una caca así* de gorda y así* de grande.

* Inserte aquí una máxima extensión de brazos.

Terrible en cuanto a representación LGTBQ, elecciones, guerras, violencia machista, tiroteos como el del Pulse… y en lo personal tampoco ha sido un episodio de Heidi en el que esta corre con cabras por el monte. Por no hablar de que han creado un plástico de burbujas que no explota al presionarlo. En definitiva, un desastre. PERO, algo bueno ha tenido que haber, y me he propuesto sacar al menos 10 cosas buenas, sin orden específico, por muy rebuscadas que sean. Don’t judge.

  1. Carmilla. Tengo que empezar por aquí porque Dios vendiga a los gays por esa temporada y el anuncio de la peli. Also: Elise Bauman y Natasha Negovanlis. Again.
  2. Los Juegos Olímpicos (ya los echo de menos), y por supuesto Fu Yuanhui. Heroína internacional y reina de la adorabilidad.
  3. Las escapadas con amigos en vacaciones.
  4. He conocido a algunas editoras de HULEMS y he criticado a un viejo verde con ellas. También he probado su brebaje mágico… que contiene whiskey. ‘Burns like hell’.
  5. He iniciado al menos una amistad de las buenas, de las que te llegan a la patata.
  6. Tatiana Maslany ha ganado el Emmy, POR FIN.
  7. He conocido al perro más bobo del mundo y le he nombrado geólogo honorífico porque le gustan las piedras más que a mi. También le he adoptado emocionalmente.
  8. He tenido ataques de risa por cosas absurdas (generalmente la absurda ha sido mi hermana). Dichos momento han quedado grabados y ahora puedo reírme siempre que quiera.
  9. La uni no sé si ponerla aquí porque me va a dejar calva, pero parece que la cosa avanza, así que wooo.
  10. No me ha picado ningún mosquito en todo el año.

Syx

Lo mejor de este año dentro de “lo croqueta” es seguir en La sopa. La gente, poder colaborar con cosas como los diseños para las camisetas… Pero sobre todo la gente. Ser una pequeña parte más de la web aunque este año haya escrito más bien poco.
Y los cómics también, claro. Siempre. El yuri que llega más como género propiamente dicho (Flores Azules, Citrus) y que espero que al fin se quede, el cómic erótico con Sunstone, la frescura de Leñadoras
Una cerveza porque el 2017 sea mejor para todas. A por él.

Fan Grrl

Todo el mundo opina que 2016 ha sido un año terrible. Y, a ver, que sí. Pero también ha tenido cosas buenas. Nosotras hicimos un podcast sin mucha esperanza de que nadie nos escuchase y hemos acabado aquí en Hulems, haciendo amigas y encontrando un apoyo que nunca imaginamos. Así que, 2017, para nosotras lo tienes un poco difícil.

Thais


Lo mejor de este 2016 han sido las musas croquetas y la creatividad que nos han llevado a crear dos proyectos maravillosos. El primero, Cada día me gustas más, que me ha dado la oportunidad de compartir libro con mujeres increíbles. Y Tócame, que aunque me está haciendo trabajar mucho, sé que va a quedar precioso y muy sensual. Como se suele decir, sarna con gusto no pica

Gia

Pues los discursos no se me dan, pero como la jefa dijo: Es opcional, Gia, no te preocupes (con el látigo apuntando mi espalda). Entonces entendí que debía decir unas palabras. Éste año, entre el anime y HULEMS he retomado una de mis más grandes pasiones que es escribir. Por ello agradezco primeramente a Marca por darme la oportunidad de ser parte del aquelarre y estar al pendiente de que mis incoherencias se vean por lo menos decentes antes de postearlas.  En segunda, pero no menos importante, a todas las lectoras que se fuman todas las insanidades que escribo, agradezco infinitamente sus comentarios y espero que éste 2017 aún no se arrepientan de leerme.

Por último, sólo me queda desearles a todas una navidad muy croqueta y un año lleno de lesbianidades porque Dios es mujer hasta que se demuestre lo contrario.

*alza su cerveza*¡Que Viva el Yuri!

Val

2016 ha sido un año bastante desastroso a nivel internacional y político-social, para qué nos vamos a engañar, y encima no ha habido Doctor Who. Pero bueno, no estamos aquí para llorar las penas sino para celebrar las alegrías. Entre las cosas buenas que nos ha dejado 2016 destacaría películas como Carol, Cazafantasmas o Moana/Vaiana, el personaje de Barb de Stranger Things, San Junipero y su maravillosa banda sonora o la adorable pareja formada por Soso y Poussey en Orange is the new black.

Pero si tengo que quedarme con una sola cosa, esta es sin duda el momento de cruce de miradas insinuatorias entre Daenerys Targaryen y Yara Greyjoy en el último episodio de la sexta temporada de Juego de Tronos, que da para páginas y páginas de fanfiction croqueta, miles de memes, gifs y fanart súper cuqui para alimentar los blogs de Tumblr y mi alma sedienta de shipping bolleril.

Charlie

Si tengo que hablar de lo mejor del año no sé por dónde empezar. O quizá no sé por dónde acabar, porque a pesar de lo que la gente diga para mi el 2016 ha sido un buen año. Quizá no el mejor, porque dicen que los años son como el amor, que cuando llega uno más bonito no te acuerdas del anterior. He leído mucha poesía y me he dado cuenta de que el mundo es mucho más amplio de lo que queremos creer. Que no todo está dentro de las cosas que conocemos y que, a veces, las acciones de los demás se escapan de nuestro entendimiento.

Hace unos meses me levantaba llorando porque Trump había ganado las elecciones pero recordé todas las veces que el mundo ha demostrado que puede mejorar, aunque el camino sea lento y tropecemos más veces las que me gustaría. Dice mi madre que a veces soy tonta por creer que todo puede mejorar, pero es que si no creemos nosotros ¿quién lo va a hacer? Que en el 2017 creamos más, que al fin y al cabo, es lo único que nos queda.

Los libros más top de este 2016

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Han sido muchos los libros que han caído en mis manos este año. Algunos han pasado sin pena ni gloria por mi vida, otros me han hecho pasar un rato la mar de entretenido pero se han quedado olvidados al cambiar de mes en el calendario, mientras que, otros, siguen todavía conmigo. De estos últimos, y sin ningún orden en particular, estos han sido los más top de todos.

Una de las últimas novedades de Dos Bigotes, es una novela epistolar donde realidad y ficción se entremezclan sin que seamos capaces de discernir cual es una y cual es la ora. Pilar Bellver devuelve, durante menos de 200 páginas, a Virginia Woolf y Vita Sackville-West a la vida. Partiendo de las intensas cartas que ambas cartas se enviaron durante su apasionado noviazgo, y de una concienzuda investigación, en A Virginia le gustaba Vita podemos vivirlo como si hubiésemos estado allí. Puedes comprarlo aquí. 

El regreso de Emma Mars es fresco, divertido y totalmente diferente a cualquier cosa con la que os podáis topar en vuestra librería de confianza. Palabrita. Lo nuestro de otro planeta es la historia de Diana, cansada del amor y de las tonterías que vienen con él, se encuentra, en circunstancias en cuanto menos bizarras con Ada, una mujer que le da un nuevo significado al término raro pero que la hará volver a sonreír (y desquiciarse). Puedes comprarlo aquí. 

Miriam Beizana Vigo, Marta Català, Valerie Col, Thais Duthie, Vanessa Ejea, Clara Asunción García, Eley Grey, Erika Hav, A.M.Irún, Emma Mars y Mila Martínez, algunas de las mejores voces de la literatura lésbica en español reunidas, por primera vez, en un mismo libro. Cada día me gustas más son once relatos de once autoras, cada una con su propio estilo y personalidad, que han aunado fuerzas y para traernos un compendio de historias, muy diferentes entre sí, que satisfará a todos los paladares. Puedes comprarlo aquí. 

Una comedia romántica lésbica hecha libro. Ambientado en los 90, Un pavo rosa es gamberro y desenfadado, como lo son Nick y Alex. La primera, la fiestera, la macarra de la clase La segunda, la rara, la que no encaja. Polos totalmente opuestos en apariencia que, además de compartir instituto, tienen más cosas en común de los que pensaban. Puedes comprarlo aquí.

 

El último libro de Nina Lacour (aunque no por mucho), después del éxito de Todo me lleva a ti, y el último, también, de la superestrella de la literatura juvenil, David Levithan. Escrito desde dos puntos de vista, You know me well es una historia de amor, pero, sobre todo, de amistad, la que une a Mark y a Kate, dos compañeros de clase perdidamente enamorados de un chico y una chica, respectivamente, que se vuelven inseparables tras pasar una noche en la ciudad. Puedes comprarlo aquí. 

Kristen Bell se lleva este año el premio a la mejor felicitación navideña

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Con la cuenta atrás para que den comienzo las fiestas navideñas de este año 2016 llegando a su fin, internet se inunda de fotos navideñas de árboles de navidad, papa noeles y famosos, famosillos y resto de mortales a los que no nos conocen ni en nuestras casas, deseándole al resto del mundo que pasen una muy feliz navidad.

De entre todas esas fotos, ya tenemos el ganador a la mejor. No es que las hayamos visto todas, pero es que no lo necesitamos. Da igual las que se hayan hecho en el pasado o se vayan a hacer estos días que vienen, ninguna superará a esta por tres razones de peso: 1. Kristen Bell, 2. Kristen Bell besando a otra chica, 3. Kristen Bell

Kristen Bell y su maridín, Dax Shepard, no dejan de ganar puntos para que los nombren pareja más guay de este mundo. Ataviados con cazadoras navideñas iguales (#RelationshipGoals), se fueron de fiesta con otro viejo conocido para las fans de Verónica Mars, Dick Casablancas, conocido en la vida real como Ryan Hansen, y su mujer, Amy Russell. La fiesta que, según cuentan, resultó ser la bomba terminó con ellos cuatro deseándonos una feliz navidad de esta manera.

????❄️❄️Merry Kissmas from our SuperSpouses to yours.❄️❄️????

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Las famosas que salieron del armario en 2016

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¿Creías que éramos de esas webs que no hace rankings y listas? Me temo que no, que las listas nos flipan, y si son listas de cosas guays, pues más. El año pasado (y puede que el anterior) ya recogimos a las famosas que había salido del armario, pero este año los cálculos se han desbordado. Muchísimas más mujeres relavantes han hecho declaraciones diciendo que, oye, a mi no me apuntes en lo de la heterosexualidad, porque no. Allá vamos.

Bex Taylor Klaus

Tras la victoria de Donald Trump en las elecciones del pasado 8 de noviembre, la actriz de Scream lanzó un tuit para acallar los rumores que circulaban en internet sobre ella con un escueto “Hola, me llamo Bex y los rumores son verdad, soy muy gay”.

Lauren Jauregui

La cantante de Fifth Harmony, mediante una carta en Billboard, se declaraba una mujer “orgullosamente bisexual”, además de otras muchas cosas. Como en el caso anterior, el detonante fue la victoria de Trump en Estados Unidos, algo que ha actuado como un resorte para muchos miembros de la comunidad LGBT.

Rowan Blanchard

La actriz de Disney Channel, conversando con un fan por Twitter, dijo “Es muy, muy importante para mi, siendo queer, que esa representación esté en nuestro show”.

Kristen Stewart

“Ahora mismo estoy muy enamorada de mi novia”. Estas palabras, de boca de una de las actrices más conocidas del panorama, además de una de las que con más privacidad quiere llevar su vida personal, se convirtieron en una pequeña revolución, al ser la primera vez que ella misma hablaba de sus relaciones.

Lilly Wachowski

Mediante un comunicado en una web, la directora de Sense8 salía del armario como mujer trans, algo que ya hizo su hermana Lana hace tiempo.

Bella Thorne

Una vez más mediante redes sociales, la actriz Bella Thorne salía del armario como bisexual, a la vez que anunciaba una ya rota relación con la ex novia de su hermano.

Elena Delle Donne

Con motivo de los Juegos Olímpicos, Elena, jugadora de la selección estadounidense de baloncesto, concedió una entrevista a Vogue en la que mostraba la casa que comparte con su prometida, la directora de la Academia que lleva el nombre de Delle Donne, Amanda Clifton.

Amandla Stenberg

Tumblr fue la plataforma escogida por la actriz de Los juegos del hambre para contar ciertas cosas sobre ella misma, y entre ellas, su bisexualidad.

Clea DuVall

Aunque siempre ha vivido su orientación sexual con la mayor naturalidad del mundo, este fue el año en que Clea habló sobre vivir fuera del armario. Básicamente ella cree en “liderar con el ejemplo”.

Mara Wilson

La actriz que encarnó a Matilda, ese fantástico libro de Roald Dahl, contó en junio, con motivo del mes de Orgullo LGBTQ, que oye, ella antes se identificaba con la etiqueta de hetero, pero que ultimamente le convencía más la de bi/queer.

Sharon Osbourne

La que fuera mujer de Ozzy Osbourne, y protagonista del reality homónimo, contó en una entrevista que era bisexual, y que una de las cosas de las que se arrepentía era de no haber explorado esa parte de ella cuando era más joven. Nunca es tarde, Sharon.

Aubrey Plaza

En el programa de Andy Cohen le preguntaron si “había nadado en la charca de alguna mujer”, y Aubrey dijo que sí. ¿Sorpresa?. Para terminar de confirmar, esa misma semana contó en The Advocate que se enamora de chicos y chicas.

Stephanie Beatriz

¿Cómo salía la gente del armario antes de Twitter? El caso es que la actriz de Brooklyn nine-nine utilizó su cuenta personal, que para eso es suya, para decir que guay lo de Aubrey Plaza, y que ella también.

Elizabeth Gilbert

La autora de Come, reza, ama, contó este año que mantiene una relación con Rayya Elias, quien es su mejor amiga , y que a raíz de que a esta le diagnosticaran una enfermedad, pues se dejaron de chorradas y se dedicaron a recuperar el tiempo perdido.

Rebecca Sugar

La creadora de Steven Universe contó en la Comicon que “la mayoría de cosas del show están basadas en su propia experiencia como mujer bisexual”, y nos hizo felices porque la queremos un montón.

Shay Mitchell

Shay, a quien todas conocereis por su papel en Pretty Little liars, hizo unas declaraciones en las que hablaba de que las etiquetas no eran para ella, y que estaba abierta a salir con chicas.

Jennifer Salinas

La boxeadora boliviana contó en un sentido post en Facebook que la relación con su marido había sido una mierda, y que desde pequeña había experimentado una atracción muy intensa hacia las mujeres, algo que ahora le apetecía explorar.

Eva Gutowski

Eva es la persona bisexual con más seguidores en su canal de Youtube, aunque fue Twitter lo que utilizó para contar que estaba “preparada para enamorarme de alguien, sin importar lo que acaben siendo, y he sido así desde que tenía doce. Chico o chica. “

Erin O’Flaherty

Ganar no ganó, pero Erin se convirtió en la primera candidata abiertamente lesbiana a Miss America, uno de los concursos de belleza más populares del mundo.

Hayley Kiyoko

En una entrevista para Elite Daily habló de que su hit Girls like girls estaba hecho para dar representación a “chicas como ella”, y que cuando rodó el videoclip sintió “que estaba contando mi historia por primera vez”.

Stefanie Dolson

Antes de Elena Delle Donne, Stefanie fue la primera jugadora de la WNBA en salir del armario desde Brittney Griner. ESPN magazine fue el medio elegido para hablar de ello.

Kany García

La cantante portorriqueña Kany García presentó justo antes de San Valentín a su novia, la preparadora deportiva Jocelyn Troche. Una foto de las dos seguida de unas líneas fue suficiente.

Gema Hassen Bey

Con motivo del mes del orgullo LGBTQ, la deportista paralímpica concedió una entrevista a Vanitatis en la que habló, sobre todo, de diversidad.

Rachele Bruni

Cuando todos los focos del mundo estaban sobre ella por haber ganado una medalla de plata en los Juegos Olímpicos, ella aprovechó para dedicarsela a su novia.

Sara Ramirez

Sara Ramirez, nos ha dado un motivo más para admirarla, y es la honradez con la que en un discurso del 40 to None Summit, unas jornadas dedicadas a dar a poyo a todos esos jóvenes LGBT que no tienen hogar, salió del armario como bisexual, convirtiéndose en un ejemplo de visibilidad.

 

Tracer, heroína del videojuego Overwatch, sale del armario por navidad

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Overwatch, el videojuego ya mundialmente famoso que salió a la venta en mayo de este año, ha hecho un regalo a sus seguidores –bueno, al menos a los que no son unos haters– por estas fechas navideñas. Tracer, uno de los personajes de la franquicia creada por la desarrolladora y distribuidora Blizzard, ha salido del armario por navidad en el último cómic en el que se puede aprender un poco más de la vida de los héroes y heroínas de Overwatch.

En el décimo cómic del videojuego, llamado Reflejos, Tracer se lamenta de haber pasado sola las navidades pasadas y se propone que este año va a ser diferente. Aunque el día es movidito para la heroína, y no consigue llegar a tiempo a las tiendas antes de que cierre para llevar un regalo “a casa”. Pero como a los buenos les pasan cosas buenas, una niña a la que había ayudado previamente le tiende un regalo que ha comprado su madre para ella. Cuando Tracer vuelve al calor del hogar, vemos por primera vez a Emily, su novia, a la que le encanta el improvisado regalo de su chica.

Los creadores de Overwatch ya habían dejado caer que había un personaje LGBT entre los que componen el mundo transmedia del videojuego. En una entrevista para Kotaku, la artista de Overwatch Rachel Day decía que están aquí para “construir un juego diverso”, buscando “todos los tipos diferentes de personas” y de cuerpos. El diseñador Geoff Goodman añadía que “hay un personaje LGBT en el juego”, pero que era “difícil” porque no querían ser “extrañamente pesados” con el tema. Quizá el diseñador vaticinaba el aluvión de críticas que ha recibido Blizzard tras la salida del armario de Tracer, pero bueno. A nosotras nos alegra que hayan dado este paso y que su videojuego sea, en efecto, uno diverso que representa a muchos tipos de personas.

Vía: Kotaku